Alberto Hernández Torres
Oficial de Seguridad del TEC

Durante los últimos años, nuestra Institución, el Tecnológico de Costa Rica, en su sede Central, Cartago, ha venido impulsando el desarrollo tecnológico en materia de seguridad institucional, enfocado principalmente en el resguardo integral de toda la población del TEC: estudiantes, funcionarios y demás visitantes. Además de esto, el resguardo del Campus y todos sus activos.

De esta forma el fin primordial de la seguridad institucional es velar por que lo anterior pueda llevarse a cabo de una forma eficiente.

Ahora bien, los sistemas tecnológicos en este caso, la instalación de cámaras de video, para el uso de la videovigilancia son herramientas que proporcionan un largo alcance de visión, se obtiene la posibilidad de observar diferentes puntos durante un mismo tiempo, permite brindar un seguimiento de objetivos previamente señalados, registra y almacena la información que ha enfocado la cámara. Todo esto, ha permitido agilizar y direccionar la función de la seguridad, marcando una pauta en el tema de la prevención, que ha venido siendo una tendencia en cuanto a la lucha en contra de las personas dedicadas a la comisión de hechos delictivos, cual fuese su índole.

Es importante rescatar que, dentro del accionar de esta tecnología, el recurso humano que le da el uso y manejo es la parte vital, para que se convierta en un engranaje y que le permita a la comunidad TEC, contar con un sistema eficaz para el uso de la prevención y resguardo efectivo de la Institución.

La Unidad de Seguridad y Vigilancia ha optado por direccionar efectivamente el uso de estas herramientas de trabajo, ya que como medio de prevención es un gran aliado en una Institución donde transitan continuamente más de 1500 personas de forma diaria, que además se encuentran de manera dispersa en los diferentes recintos, en un campus muy amplio, que a su vez cuenta con seis accesos (tres vehiculares y cinco peatonales), con controles mínimos y de fácil ingreso, principalmente de forma peatonal.

Esto permite, en algunos casos, el ingreso de personas con fines contrarios al orden de la Institución, y es aquí donde inicia la utilización de la herramienta de las videocámaras, mediante el uso y la experiencia laboral de cada uno de los oficiales que hacen uso del sistema; permitiendo identificar personas ajenas a la Institución y que no refieren al uso adecuado del campus; actuando de forma previa al acontecimiento de algún hecho que traten de generar estas personas. ¿De qué forma?... es aquí donde el recurso humano tiene su segunda intervención dentro del proceso de la prevención. El uso de la presencia con personas en la envestidura de un oficial de seguridad, el cual se ubica en puntos clave cercanos a la o las personas identificadas, cohibe a que estos incurran en una situación, si así lo tenían ya planeado, por lo que terminan retirándose, captados efectivamente por el oficial que monitorea las cámaras de video.

Por lo que ha venido ser una gran inversión en cuanto a materia de seguridad institucional se refiere, rescatando el aporte y conocimiento de cada una de las personas que hacen uso de estos sistemas y permiten direccionar el trabajo de una manera óptima, para y por el bienestar de nuestra querida Institución.

“Para comprender la seguridad no hay que enfrentarse a ella, sino incorporarla a uno mismo”.

Alan Watts

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