Recientemente ha tenido lugar un avistamiento único en Limón. Un flamenco americano fue reportado en Moín el 28 de setiembre y poco después se desplazó a la boca del Estero Negro. Se trata de la primera vez que esta especie se ve en Costa Rica, según confirmó el Sistema Nacional de Áreas de Conservación.
Este avistamiento ha despertado gran interés entre los amantes de las aves, ya que los flamencos no son originarios de la costa caribeña del país; esta especie en particular habita en la costa atlántica de Estados Unidos, el Golfo de México, el Caribe (excepto Nicaragua, Costa Rica y Panamá), Guyana y la Islas Galápagos. Aún no están claras las razones de por qué un individuo de esta especie ha llegado a Costa Rica.
El flamenco americano cuyo nombre científico es Phoenicopterus ruber, mide aproximadamente 1,30 m de altura, se alimenta filtrando el agua hasta que logra retener animales invertebrados y algas que conforman el fitoplancton. Son estas algas las que contienen pigmentos carotenoides y ciertos crustáceos que las consumen los que le dan el color característico a los flamencos, que puede variar entre un rosa pálido y un intenso carmesí.
Es muy importante que la población comprenda que un ave como esta, al igual que cualquier otra especie de fauna silvestre, requiere su espacio, por lo que debe evitarse cualquier interacción incorrecta, como tratar de acercarse para lograr una buena fotografía o ir acompañado de mascotas. La mejor forma de disfrutar de esta maravillosa ave es con unos binoculares o un telescopio, en silencio y a una buena distancia, lo que permitirá apreciar su comportamiento mientras se alimenta o se desplaza en vuelo.
María A. Maglianesi, autora del libro Avifauna neotropical. Ecología y conservación.