Se conoce como Talamanca una de las cordilleras que atraviesan Costa Rica y Panamá, así como un cantón de la provincia de Limón, al igual que uno de los territorios indígenas más importantes de Costa Rica (Guevara,1982). No obstante, hoy Talamanca es tan sólo una pequeña parte de un gran territorio que abarcaba la Bahía de Almirante y la Laguna de Chiriquí, entre otras tierras (Fernández, 2006). Talamanca no es un nombre de origen indígena, según fuentes documentales la designación indígena para esta región es Ara (Borge, 1997; Solórzano,1997). Posiblemente venga de la palabra bribri alà (niño/niña) o Alá (trueno), refiriendo la ubiacacion de los viceitas (bribris) en las márgenes del río Arari o Lari (Fernández, 2006). Se sabe que Talamanca es un nombre de origen español, hace alusión a la efímera fundación en 1605 de la cuidad de Santiago de Talamanca por Diego de Sojo en la margen derecha del río Terire o Telire (Fernández, 2006). Según Bozzoli (2010) muy probablemente cerca de donde se encuentra hoy Suretka.
Estas tierras fueron habitadas por diversas tribus desde el momento de la invasión española, hasta el presente: teribes, bribris, cabécares. Del pasado, se mencionan urinamas y aoyaques (afines a los cabécares) y moyagua (afines a los bribris), chánguenas (afines a grupos panameños). En la costa sureste, hacia Panamá hubo una colonia mexicana, denominada “sikua” o “sigua” y hacia el noroeste estaban los tariacas, pero estos eran principalmente limítrofes a lo que hoy se conoce como Talamanca (Bozzoli, 2010).
Talamanca nunca fue conquistado por los españoles, esto a pesar de los muchos intentos de los invasores por establecer asentamientos en las márgenes del río Sixaola- Telire (Bozzoli, 2006; Fernández 2006). Sin embargo, a fínales del siglo XIX y principios del siglo XX llega al territorio indígena talamanqueño la compañía bananera Chiriquí Land Compañy, se establece en el valle de Talamanca en el periodo que va desde 1909 hasta 1938, cuando es expulsada del valle gracias a la fluencia de los Usekӧlpa (máximo lideres religiosos) (Borge y Castillo, 1997). Se puede decir que con la llegada de la bananera se profundiza un periodo de grandes trasformaciones tanto para el ambiente como para la cultura bribri; transformaciones que continúan hasta la fecha y, están muy relacionadas con el proceso de aculturación y los cambios en el modo de vida indígena (Murillo, 1995).
Es interesante que para referirse a la región de Talamanca no se suele utilizar actualmente la palabra Ara entre los indígenas, sino que la palabra acepatada entre las y los actuales bribris es “ditsӧkata o ditsö̀kẽ” (García, 2012). La palabra “ditsӧ” significa semilla tanto para bribris y cabécares, asi que podemos traducir literalmente ditsokata o ditsokẽ como el lugar de la semilla. Este topónimo encierra un gran significado, pues bribris y cabécares en su cosmovisión de origen se definen como semillas de maíz traídas por Sibӧ. Tanto para bribris como cabécares los primeros clanes se originaron como semillas de maíz, esos primeros clanes son ditsӧ o la humanidad en la tradición oral (Jara y García, 2003). Origen que podemos interpretar como un simbolismo en relación con el inicio de la agricultura, pues indirectamente se identifican como decendientes del maíz, un origen muy ligado a la posible domesticación de dicho cultivo y por ende su origen como pueblo.
Hoy bribris y cabécares son de las etnias indígenas costarricenses más numerosas, aún conservan su idioma, tradición oral y cargos tradicionales. Estos pueblos se relacionan geográficamente con las culturas chibchas del área intermedia, la estirpe chibchense ha venido ocupando el istmo de Centroamérica meridional desde hace miles de años. Por eso es importante rescatar que a través del tiempo la diversidad en idiomas, de ADN y de cultura material de estas poblaciones, ha sido el resultado de procesos internos de evolución cultural y no la influencia de migraciones de gran escala provenientes del norte y del sur de América como se pensaba antes (Hoopes, 2004).
Las casas tipo cónicas son las tradicionales de bribris y cabécares, ellas encierran una serie de simbolismo e historias que reflejan cómo los bribris y cabecares interpretan su mundo. La construcción del u suré (la casa bribri) se remonta a los tiempos de su gran Dios Sibӧ, la creación de la tierra y la semilla indígena en Sulayӧm (González y González, 1989).
El sistema de parentesco entre los bribris y cabécares se basa en clanes matrilineales: la afinidad clánica se hereda vía materna (Bozzoli, 1967). Asimismo, tradicionalmente es la mujer quien hereda la tierra.
En estas tierras podemos encontrar aún los awapa (sukias), son los especialistas en medicina bribri, muy respetados en Talamanca y sus conocimientos van desde historias, construcción, cantos y medicamentos. Ellos curan por medio de sus cantos y la comunicación con los espíritus, conocidos en Talamanca como dueños de las enfermedades, los awapa también utilizan sus piedras adivinatorias (Sĩã o Sĩõ) a las cuales se les atribuyen poderes sobrenaturales (Bozzoli, 1982a; Aguilar, 1986; Jara y García, 2008).
Talamanca ha sido una tierra con una gran complejidad religiosa, hoy han desaparecido sus máximos líderes religiosos como los Usekӧlpa y los cantores fúnebres o Tsukurpa (Bozzoli, 2006). No obstante, se escucha de algunos cargos tradicionales que aún se mantienen tales como, los Bikaklapa (maestros de ceremonias), Òkӧmpa (enterradores) y Sῖᾶ’ tᾶmῖ un cargo exclusivo para mujeres cuya labor es cuidar las piedras curativas de los awapa o médicos tradicionales (Jara y García, 2008). Estos cargos se salvaguardan en la memoria del pueblo, pero muy pocos indígenas se interesan por ejercer este tipo de cargo, por eso es muy probable que los mismos puedan desaparecer de Talamanca en poco tiempo.
En el pasado la cacería era parte fundamental para la dieta del indígena (Solórzano,1997). Sin embargo, en la actualidad no es muy común la cacería principalmente en algunas comunidades del valle de Talamanca donde el monocultivo a sustitudo el sistema tradicional indígena de cultivo, lo cual a causado la rápida pérdida de la cobertua forestal y por ende la escasez de especies disponibles para el auto consumo. No obstante, se conservan en la memoria de muchos bribris las restricciones y códigos para ir de caza tratando de no enojar a los espíritus protectores de los animales, para así evitar las mordeduras de serpiente, u otros accidentes provocados por el enojo de algún espíritu de la montaña como Duwalӧk.
Entre otras manifestaciones culturales resalta la chichada, es la fiesta tradicional celebrada en territorio indígena donde se preparan y beben grandes cantidades de chicha, siendo la más popular, la ingesta de chicha de maíz acompañada de comida tradicional. Las chichadas son la máxima expresión de un sistema solidario de trabajo de acción reciproca en la sociedad bribri, comúnmente en las chichadas los y las bribris realizan el baile del bùlikale o sorbón (baile circular que simboliza la primera fiesta de la creación celebrada por Sibӧ)
Sin lugar a dudas Ditsӧkata es un lugar de gran riqueza natural y cultural, una tierra indómita que no se cansa de luchar en contra de los intereses foráneos de explotación de sus recursos naturales. Tierra que ha inspirado obras maestras de la narrativa costarricense de grandes artistas literarios como Carlos Luis Fallas y Tatiana Lobo, que nos muestran o denuncian una realidad llena de injusticia, desigualdad y exclusión para esta región.
Hoy las amenazas para las y los talamanqueños dejaron de ser los invasores españoles y la compañía bananera, para transformas en proyectos de minería a cielo abierto, exploración petrolera, marinas turísticas e hidroeléctricas en sus ríos sagrados como el Lari, entre otros proyectos en el marco del “desarrollo” en una economía de mercado capitalista que junto con el acelerado proceso de aculturación, ponen en grave riesgo de reproducción para las culturas autóctonas de Talamanca.
Ditsӧkata es un lugar de vida, el lugar de la semilla indígena. Un lugar para reencontrar nuestros orígenes culturales y sobre todo reaprender a vivir en armonía con lriria (La niña Tierra). Está en las manos de todos y todas el conservar nuestro patrimonio cultural y natural.
Cargos tradicionales del pueblo bribri
- Sibö: Dios
- Usékör: Sumo sacerdote. Interventores entre los bribris y Sibö. Este título se les otorgaba a los jefes del más alto rango entre los bribris y los cabécares. Fueron los mayores sabios hasta la segunda o tercera década del presente siglo. Se les atribuye extraordinarios poderes mágicos, y por eso no se podía hablar directamente con ellos, sino que era necesario hacerlo por medio de un intérprete (bikili´). Solo podían provenir de determinados clanes y solo intervenían cuando ocurría calamidades, como pestes, inundaciones o serios conflictos sociales. Se dice que Bóknãmã era su jefe.
- Bulu: rey o jefe. El clan de los últimos reyes bribris es el clan Sálkwak o gente del mono colorado. El último rey, Antonio Saldaña, murió en 1910. Se dice que su clan venía de progenitores que tenían dos rabos, adelante y atrás, y también ojos en la cara y en la cabeza, o que tenían dos cabezas. Los miembros de este clan podían ser, además de reyes, intérpretes (bikili´). Los reyes deban las órdenes de los trabajos que deberá hacer la comunidad: la limpieza de caminos, la construcción de puentes hamaca, ete. (Bozzoli 1979:45; Palmer, Sánches y Mayorga 199:31,46).
- Tsököl: cantor, encargado de trasmitir la historia antigua (sũwõ´). Los campos correspondientes a este cargo eran principalmente cantos fúnebres. En la actualidad no existen cantores que realicen esta función específica. Como sobrevive solo el cargo de médico, son estos los que fungen como antores y a veces también como enterradores. Los cantores tuvieron su origen en la planta de jícaro (tã). Sibö trajo muchas ramas de esta planta, pero solo sembró una. Esta rama echó una sola fruta y cuando sazonó, cayó al suelo y se rompió. De ahí nacieron las semillas de los cantores, que podían hablar y cantar. Eran cuatro: el quetzal (kabék), la lora (pá), el tucán (tsiö) y la guacamaya (kikã´). De ellos, la guacamaya cantaba fuerte y se podía escuchar de muy lejos: el tucán en cambio cantaba bajito. La semilla del quetzal eran las que se llamaban tu´ditsë semillas de tubérculo. Los cantores vinieron para cantar cuando se tocan los tambores, en los trabajos funerarios como böshte, sbuláũk, siákölsht. (Bozzoli 1977 a:185-186) Otras ceremonias fúnebres que eran responsabilidad de los cantores son: kolóm, para jóvenes, y sulàr kéli, para ancianos (Jara Murillo 1993:115).
- Bikili´: intérprete entre el usékölpa y los demás clanes; únicamente los miembros del clan Sálkwak pueden llegar a ser bikili´. La palabra bikili´en el bribri común se refiere al zorro pelón o zarigüeya. En la historia tradicional que cuenta el mal agüero del zorro, es un personaje aliado de Sibö. Según la historia, cuando Sibö llegó a ser adulto regresó de donde se había escondido para vengarse de sus perores enemigos, los diablos Sórbulu. Tomó su alimento, que era un zorro seco, y lo revivió en un ritual en el cual el zorro hace de cantor (tsököl) y Sibö actúa como su ayudante. Con esto asustó tanto a los Sórbulu, que estos decidieron deshacerse del zorro y no volver a probar su carne. Por eso el zorro no se puede comer.
- óköm: enterrador, encargado de los ritos fúnebres. Su jerarquía se ubica entre el Tsököl y la encargada de cuidar las piedras curativas del médico Sĩõ ´tãmĩ. Es el especialista en la manipulación de los cadáveres.
- Awá: médico indígena con habilidades para manipular los componentes de las plantas y utilizarlas para el alivio de males o curaciones.
- Tsuru´oköm: encargada de calentar y repartir el cacao o chocolate en funerales y otras actividades en las que esta se reparte ceremonialmente. También se le denomina tsuru´nãmãbata.
- Sĩõ ´tãmĩ: cuidan las piedras de los Awá al momento de su deceso; también es una función exclusiva de las mujeres indígenas.
- Bikákla: sirviente, maestro de ceremonias, organizador de fiestas. El maestro de ceremonias se encargaba de conducir los rituales festivos, desde el tiempo en que Sibö hizo la fiesta para inaugurar el mundo (Jara Murillo 1993:30, 141); también conduce los rituales en las ceremonias de formación de los cargos y las graduaciones.
- Skré: la población común.
Tomado textual de Jara Murillo, Carla Victoria y Garcia Segura, Alí: Cargos Tradicionales del Pueblo Bribri: Sio´tami-Óköm – Awá, 2008. Cargos tradicionales de pueblo bribri
Awá: médico, especialista en medicina tradicional bribri
Los Awápa son los depositarios del conocimiento, los grandes sabios. El médico cura mediante cantos especiales que Sibö (el dios de los bribris dejó para tal efecto. Existe un canto para cada enfermedad. El médico debe conocer muy bien cómo actúa el dueño de cada enfermedad para poder enviarla a su lugar de origen, debajo de donde nace el sol. Mediante el canto, se comunica con los ayudantes de Sibö para que lo ayuden a desterrar la enfermedad. Dependiendo de la gravedad de esta, el canto puede durar dos, cuatro u ocho noches; lo más frecuente es un canto de cuatro noches. El canto de awá se simboliza como un ave que viaja al más allá para conversar con el espíritu de la enfermedad. El médico solo canta de noche, en un lenguaje especial, a veces llamado habla ritual o “canto”. Es el lenguaje del tiempo de la oscuridad, antes de que Sibö creara la tierra y la iluminara. Además del canto, los médicos utilizan plantas para curar, que actúan como ayudantes en el proceso, al igual que las piedras curativas sagradas (Sĩã ̴ Sĩõ) pieles de animales y otros elementos. Un objeto importante es la balsa, que consiste en un palo de madera de balsa (ulú) en donde el médico dibuja la enfermedad y a los seres que intervienen en la curación. También dibuja a Sibö y a Sula´, el artesano. La balsa se hace en casos de enfermedad grave.
Sĩõ o Sĩã son piedras sagradas con que diagnostica el médico aborigen. Se dice que antes de nacer, Sibö era una piedrita curativa; se escondió en el vientre de Síitãmĩ, la luna, para poder nacer. Existen piedras macho (duwálk), que son redondas, y piedras hembra (dikúswa), que son planas.
Siõ ̓tãmĩ se encarga de cuidar las Siõ cuando un Awá muere. Siõ ̓ tãmĩ debe guardar estas piedras en un lugar seguro, sólo ella puede poseer las Siõ, nadie puede poseer estas piedras de los contrario cosas muy malas pueden sucederle a la gente común.
El primer paso para ser Siõ tãmĩ, es expresar una gran vocación y deseo por ejercer el cargo, la joven o niña debe ser de un clan específico para ello, además el proceso de enseñanza debe llevarse junto a un estudiante de Awá.
El proceso de enseñanza para este cargo puede iniciarse desde muy joven, si la niña viene de un clan donde existe una Siõ tãmĩ el aprendizaje comenzará desde el hogar. Siempre el aprendizaje se da al lado de las y los mayores. Es importante mencionar que en el pasado muchos de los y las mayores ejercían algún tipo de cargo o profesión en la sociedad bribri tales como Oköm, Bikákla, Awá, etc.
Antes de graduarse se tienen por lo menos que cumplir con cuatro de las ceremonias de iniciación. Para graduarse como Siõ tãmĩ, se deben desempeñar fuertes pruebas, una de ellas es la de salir a la montaña para aislarse en un rancho hecho de hojas donde se quedaran la estudiante y el estudiante de Awá, por cuatro días aprendiendo el lenguaje de la naturaleza, se debe también hacer dieta y aplicar los conocimientos adquiridos de curación.
En el mundo bribri y cabécar, las piedras curativas tienen la posibilidad de convertirse en un animal o algún ser que puede crear enfermedades a los seres humanos. Las piedras hembra (dikúswa) solo producen enfermedad, mientras que las piedras macho (duwálk) son las que se pueden convertir en animales. En algunos casos se han convertido en animales que matan a los humanos; es por esto que las reglas y el estudio deberán cumplirse rigurosamente. El entendimiento entre las Sĩõ y Sĩõ tãmĩ es importante, puesto que de esto depende que las piedras sagradas no se conviertan en un mal contra la humanidad.
Hasta la fecha los clanes han sobrevivido en Talamanca, estos clanes tienen la peculiaridad de ser matrilineales, lo que significa, que sólo las mujeres pueden heredar clan a su descendencia. El sistema de unión de las parejas en Talamanca se ha caracterizado por ser un asunto muy bien estructurado y complejo, donde cada clan debe saber cuál es su respectivo clan para conseguir pareja. En mayoría las culturas indígenas de América, solían tener una estructura matrilineal, entre ellas los grupos indígenas, cherokees, creek, chotaw, pawnws, natchez, ononaga, iroqueses en caso de América del Norte (Martín-Cano, 2001,2008).Según la Doctora Bozzoli (1979), en la estructura de alianza talamanqueña “casamientos”, los tíos maternos deben entregar las sobrinas a sus propios hijos, este es el matrimonio preferido. Una mujer con el hijo de su tío materno, o lo mismo, un hombre y la hija de su tía paterna. Esto se realiza para evitar las uniones entre los mismos clanes.