1971-1981 Memorias del TEC

El presidente y varios jóvenes caminan por el campus del TEC.

Las personas que fundaron y dieron forma al Tecnológico tenían mucha claridad sobre la misión que debía seguir la institución: graduar a los responsables de construir el futuro del país. Después de un inicio humilde, en un barrial, la Institución experimentó unos años de rápido crecimiento y al final de la década ya estaba mucho de lo que es el TEC de hoy.

Por: Johan Umaña Venegas - 3 de junio, 2021

El presidente de la República de aquel entonces, Jose María Figueres Ferrer, fue el encargado de brindar la primera lección inaugural del Tecnológico de Costa Rica, el 5 de marzo de 1973. Archivo TEC.

Esta no es una comparación del ITCR de los años 70 con el TEC de hoy. Aunque al hablar de los inicios del Instituto Tecnológico de Costa Rica no se pueden dejar de lado registros como la lucha de los cartagineses, el lodazal del ‘Cantarranas’ o la entrañable Estudiantina. Esta es una crónica de las muchas similitudes de aquel antaño con nuestro mañana. Porque a pesar de tener memoria, desde su surgimiento el TEC vive con la visión fija en el futuro. 

Entre los primeros recuerdos del Tecnológico de Costa Rica (TEC) encontraremos los motivos de su forma de ser y del carácter tozudo mas a la vez optimista, que impregna a sus estudiantes, docentes y funcionarios y funcionarias. 

Lo más paradójico de viajar al pasado, a la década de 1970, para revisar las memorias del surgimiento del TEC, es encontrarse con una Institución que nació y sigue siendo para el futuro. El Ing. Vidal Quirós Berrocal, primer rector, nos habla en 1979 como bien podría hacerlo hoy: 

“Ocho años cumple el Instituto Tecnológico de Costa Rica. Ocho años en busca de la configuración de un grupo humano capaz de hacerle frente a los retos del mundo del año 2000. Ese mundo que nos causa incertidumbre, porque a veces lo vemos como algo inaccesible, matizado de fantasías, o a veces visto por el lente del pesimismo, de la auto-destrucción. Hace algún tiempo comentábamos que a veces los seres humanos vivimos de cara al pasado y descuidamos el futuro. Hemos hablado en este lapso de tiempo, de marcos condicionantes, de la fuerte influencia de la tradición mal entendida y de la importancia de generar un grupo humano capaz de la auto-crítica constructiva que se compromete con el futuro. El reto está en hacer lo mejor en el presente, de tal forma, que conociendo y aprovechando las experiencias del pasado, no cometamos los mismos errores. Es en ese entonces que forjaremos el futuro de esta Patria que nos tocará vivir a nosotros y a las futuras generaciones”, escribió Quirós en su informe de labores de 1979.

Las palabras de don Vidal eran tan válidas al final de la década de los 70, como lo son hoy. Compartimos con aquellos costarricenses la incertidumbre de un futuro matizado por fantasías y teñido con pesimismo. También compartimos con aquellos primeros estudiantes y funcionarios del Tecnológico, los valores, la voluntad y la ilusión para trabajar por crear un futuro mejor:

“Cuando nos hemos decidido a afrontar la vida con valentía, honor y actitud positiva, buscando la excelencia de nuestras acciones, podemos estar seguros de que estamos realizándonos en el presente y construyendo nuestro futuro”,
Inq. Vidal Quirós Berrocal, 1979.

Acto oficial para celebrar la creación del TEC, realizado frente al Edificio Pirie, en Cartago (1971). Archivo TEC.

EL TECNOLÓGICO PARA CARTAGO

En 1966 surgen varias iniciativas para la creación de un instituto politécnico o instituto tecnológico en Costa Rica, para la formación de técnicos que pudieran impulsar la agricultura, el comercio y, sobre todo, la industria.

El proyecto fue impulsado por tres diferentes grupos de diputados, cada uno con la intención de que la nueva institución se edificará en su provincia:  Alajuela, Heredia o Cartago. Fue Cartago la elegida inicialmente. Pero el gobierno de turno decidió que dejaría al Instituto en San José. 

La Unión Cartaginesa para el Desarrollo asumiría la coordinación de la defensa de la consigna del Instituto Tecnológico para Cartago. El detalle lo cuenta el Arq. Rolando Ferreto Monge: 

“En 1970, recién pasadas las elecciones presidenciales, encontré de casualidad en los pasillos de la Asamblea al Dr. Manuel Patiño Troyo, diputado saliente por Cartago, quien tuvo a bien informarme del proyecto de Ley de creación del Instituto Tecnológico de Costa Rica. Me hizo la acotación de que la Administración Trejos Fernández lo devolvía a la Asamblea con su visto bueno, pero para construirlo en San José y no en Cartago, como establecía el proyecto original presentado por nuestra diputación en 1966. Había que pelearlo”, contó Ferreto en un texto escrito para las Memorias con motivo del 45 aniversario del TEC.

Fue así como se organizaron fuerzas vivas de la ciudad y, junto a estudiantes, marcharon a la Asamblea Legislativa el 31 de mayo de 1971, donde pasaron la noche para asegurarse de que el Instituto Tecnológico se quedase en Cartago durante la discusión, en primer y segundo debate, del proyecto de ley. 

La Ley Orgánica del Instituto Tecnológico de Costa Rica fue sancionada el 9 de junio de 1971 (decreto Nº 4.777), para ser construido en Cartago.

Un día después, el 10 de junio de 1971, los cartagineses celebraron un acto ceremonial solemne en el gimnasio del colegio San Luis Gonzaga.

DEL PIRIE AL CANTARRANA

La primera sede del Instituto Tecnológico de Costa Rica fue el edificio Pirie –actualmente patrimonio arquitectónico y sede de Casa de la Ciudad–, donado por la Municipalidad de Cartago. Ahí se instalaron las oficinas administrativas y, durante dos años, se llevó a cabo la planificación de cómo sería el TEC. 

Se eligió a un ingeniero de 33 años, Vidal Quirós Berrocal, como el primer rector (1971-1982). Se esperaba que la formación en el Tecnológico de Monterrey y el paso por el Ministerio de Obras Públicas le dieran a Quirós las luces para darle forma al proyecto.

“No se sabía mucho de tecnológicos. Entonces a la gente a cargo, como Rogelio Coto (Monge, del Ministerio de Economía) y Carlos Bianchini (Pirera, del Ministerio de Agricultura y Ganadería), se les ocurrió buscar gente que hubiera estado en una institución de tipo tecnológico y a mi me recomendaron para eso. 

“Fue una cosa muy natural, muy improvisada. Yo estuve pensándolo inclusive, porque yo estaba muy contento ejerciendo mi profesión, y no había pensado en meterme al área de educación. Entonces, conversando con familiares, sobre todo con mi padre que era un gran educador, él me dijo que le gustaría mucho, que era una bonita oportunidad, y a mi me fueron convenciendo”, contó el ingeniero Quirós en una entrevista reciente.

Edificio Pirie.

El Arq. Vidal Quirós cuenta cómo inició el TEC.

Vidal Quirós y Milton Rubio. Archivo TEC.

La concepción del TEC también se acompañó de la mano amiga del Tecnológico de Monterrey, tanto así que el ingeniero mexicano Milton Rubio fungió como rector adjunto y estuvo en el país durante el año 1972.

A don Vidal se le conoce como el padre del TEC y con buen motivo, pues fue él y su grupo de colaboradores los que le dieron a la Institución sus principales características, entre ellas el hecho de que el Tecnológico no sería una universidad más, pues se enfocaría en transmitir los conocimientos de la ciencia y la matemática a la práctica. También que se trabajarían 11 meses al año (no 9, como la UCR) y se confiaría en personal joven, al que se le brindaría el apoyo para que creciera dentro de la Institución.

Entonces, las autoridades del TEC seleccionaron a los mejores graduados de la UCR y enviaron algunos a México para que investigaran cómo formar un instituto tecnológico.

Vista de las primeras aulas del TEC  en el Campus Central de Cartago, en medio del característico lodazal de “Cantarranas”. En la explanada se observa, en primer plano, el lugar en donde se encuentra actualmente la Escuela de Ingeniería Electromecánica. Foto de 1973.

“El primer año yo entré siendo el 1 febrero de 1973, en ese momento no había nada, nosotros nos llamaron y nos entregaron un potrero de 100 hectáreas que tenía una chanchera únicamente y las oficinas nos las dieron en el edificio Pirie”, cuenta el ingeniero Walter Bolaños Quesada, uno de esos primeros profesores.

Ese potrero se convirtió en un barrial con los movimientos de tierra para construir los primeros edificios. Le apodaban Cantarrana, por motivos obvios. Así que muchos de los funcionarios y profesores tenían que llegar en botas al trabajo.

El arquitécto Vidal Quirós cuenta cómo se escogieron los terrenos del Campus Central de Cartago. 

INICIAN LAS CLASES

Inauguración del curso lectivo, en 1973. Archivo TEC.

El 5 de marzo de 1973 el presidente de la República, José María Figueres Ferrer, llegó al incipiente TEC para impartir la primera lección inaugural de lo que a la larga sería la segunda universidad estatal de Costa Rica. 

Ahí, en medio de los únicos dos edificios levantados a la fecha, le dijo a 105 jóvenes ilusionados (la cantidad de alumnos admitidos, 35 por carrera) y 18 profesores aún más ilusionados, que ellos iban a construir el futuro de este país.

Bolaños estuvo ahí, pero pronto partió a México. Él fue parte de esos primeros profesores a quienes se les mandó al exterior a visitar tecnológicos, fábricas y más. A aprender y ganar experiencia rápidamente, pues eso era lo que iban a enseñar. 

“A mi me tocó el reto de investigar, de irme a México, andar por tecnologicos, andar por las industrias, revisar por las carreras, ver cómo lo hacían, qué tipo de conocimientos y equipos se requerían; a ver cómo, con otros compañeros, le dábamos forma al Tecnológico (...).

“Aunque andábamos con mucha libertad, teníamos mucho compromiso. Yo hasta tuve la oportunidad de dar clases, en Cuernavaca, y trabajar en la ciudad industrial en algunas empresas, porque era un ingeniero no solo joven sino que de poca experiencia, y me interesó adquirir un poco de experiencia en la industria para poder llegar a enseñar con más propiedad aquí a Costa Rica”, contó Bolaños, quien después fuera director de escuela, vicerrector y otros puestos antes de retirarse en el Tecnológico.

Seguimos enumerando similitudes del TEC de los años 70 con el de ahora, como lo es la altísima exigencia académica. Aquí es donde les cuento que en los primeros años (a excepción del primero) las clases eran de enero a diciembre –con dos semanas de vacaciones en Navidad–, de lunes a viernes y de 7 a.m. a 5 p.m. Los sábados eran para hacer examen. 

Algunos sábados también servían para participar de las actividades deportivas y culturales, como la agrupación musical de la Estudiantina o algunos equipos que representaban a la Institución, a cargo del profesor Rafael Bolaños Azofeifa. 

“Fue muy bonito, fue muy emocionante, porque jamás creímos que íbamos a poder concluir con una formación como la que al final tuvimos. Pero sí fue bastante duro, porque la presión era mucha, si uno perdía un curso tenía que esperarse todo un año para volver a agarrar el programa y eso hacía que uno se esforzara mucho”, cuenta el ingeniero Jorge Acuña Acuña, uno de los jóvenes que recibieron el título en la primera graduación Tecnológico (1975).

Al inicio habían tres primeras carreras: Ingeniería en Construcción, Ingeniería en Producción Industrial e Ingeniería en Mantenimiento Industrial.

A como lo cuenta Acuña, todo mundo se imaginaba qué era Construcción, pero él y sus compañeros no tenían muy claro qué iban a aprender cuando se matricularon en Producción Industrial. 

Los primeros jóvenes matriculados en Mantenimiento Industrial estaban aún más intrigados: esa carrera no existía prácticamente en ninguna parte del mundo. Fue una innovación que don Vidal y su grupo de colaboradores decidieron emprender.

Los primeros graduados debían ser “técnicos superiores”. Sin embargo, los profesores habían formado muy bien a esos muchachos: en cantidad de horas dedicadas al estudio y en conocimiento adquirido, eran prácticamente ingenieros. Eso obligó a reconsiderar los planes de estudio. Afortunadamente la Ley no limitaba al Tecnológico a graduar solo técnicos.

Otra particularidad, propia de la época, en aquellas primeras clases era la escasa presencia de mujeres. Fue hasta en 1975 que ingresaron las primeras estudiantes. 

“Sí, aún me parece mentira cómo sobreviví y no me dejé vencer ante lo que pensaba era mi sueño. Ni las palabras de advertencia de los estudiantes más grandes, ni la incertidumbre que me esperaba me hicieron desistir de lo que de verdad soñaba ser: ingeniera en Construcción. Años de esfuerzo y de entrega al estudio, cuando el semestre terminaba un día antes de Navidad y se ingresaba de nuevo el primer lunes de enero; se llevaba bloque completo y el horario era de 7:00 a.m. a 5: p.m. Ahora digo orgullosa: felizmente lo logré”, contó la ingeniera Ana Grettel Leandro Hernández, una de las primeras mujeres en graduarse del TEC, para el libro Memorias, hecho para el 45 aniversario.

Agrupación musical La Estudiantina. Archivo.

ERA DE EXPANSIÓN

El TEC aceleró su crecimiento en la segunda parte de la década de 1970. Dos préstamos con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) financiaron las construcciones y para el informe de 1981 don Vidal ya consignaba números significativos: 

  • 2.218 alumnos regulares y 1.295 de educación continua.  
  • 16 carreras.
  • 750 funcionarios.
  • 33.667 metros cuadrados de construcción.

Para dar pie a la apertura gradual de las nuevas carreras (se llegó a 13 de grado y 3 de diplomado) se hicieron estudios de factibilidad y curriculares. 

En 1976 se empiezan a impartir las carreras de Electrónica, Administración de Empresas, Computación Administrativa, Administración de Agropecuaria, Ingeniería Agrícola e Ingeniería Forestal.

El Dr. Fernando Volio Jiménez, ministro de Educación, y el obispo Román Arrieta Villalobos develan la placa de la inauguración de la Sede Regional de San Carlos en 1976, en las instalaciones de la Escuela Técnica Agrícola de San Carlos.

Proceso de construcción de la Escuela Técnica Nacional, que posteriormente sería el Centro Académico de San José.

Paralelamente el TEC también se expandió por el territorio nacional, al asumir la Escuela Técnica Agrícola de San Carlos (en 1976) y la Escuela Técnica Nacional (1978), en San José. Estas dos facilidades pasarían a lo que hoy son los Campus Tecnológicos Locales de San Carlos y San José.

Las nuevas sedes impulsaron la apertura de carreras, como Agronomía, en San Carlos, y Dibujo de Arquitectura e Ingeniería y Supervisión de Operaciones, en San José. 

En 1979 se inició la carrera de Educación Técnica Industrial, que tenía los énfasis de dibujo técnico, electrónica, electrotecnia y mecánica de precisión. 

A finales de la década se construyeron el edificio administrativo que alberga la Rectoría y otras dependencias (inaugurado en 1980), la biblioteca José Figueres Ferrer y la calle que rodea el campus.

La fase de construcción continuaría avanzada la década de los años 80, tanto en Cartago como en San Carlos. A las aulas y cubículos se empezarían a sumar talleres y laboratorios, hacia 1984. 

“Especial mención debe hacerse de la planificación realizada en estos últimos años tanto desde el punto de vista académico como administrativo, en lo que hemos dado por llamar el Plan de Desarrollo Institucional, así como el reto que significa en los próximos cuatro años terminar de construir, equiparar y consolidar los campus de Cartago y San Carlos, financiados con el segundo préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo, el cual constituye todo esfuerzo conjunto institucional, que nos permita llevarlo a cabo con la eficiencia y oportunidad con que terminamos la primera parte constructiva de esta institución.

“Me sentiría muy satisfecho si de estas palabras se despertara la inquietud de analizar los aspectos fundamentales y circunstanciales que han ido conformando la vida de esta Institución, que ha tenido, tiene y tendrá como la meta fundamental la búsqueda de la excelencia en sus acciones y en ese entonces podremos estar seguros de que estamos realizándonos en el presente y construyendo nuestro futuro formando HOMBRES MEJORES PARA UNA PATRIA MEJOR”, destacó el Ing. Vidal Quirón en aquel informe de labores del año 1979 que citamos al inicio.    

"La cosa no era jugando". El Arq. Vidal Quirós describe la visión del Tecnológico como universidad pública costarricense.