“¡Lean, no tengan miedo!”: una invitación a explorar el arte
Los ganadores del Premio Nacional de Cultura Magón 2021 subrayaron la importancia del arte para la vida.
Con esta excitativa de Arabella Salaverry concluyó la lección inaugural del Campus Tecnológico Local San José, la cual reunió a la escritora y actriz con el artista plástico Fernando Carballo, quienes fueron recientemente galardonados con el Premio Nacional de Cultura Magón por parte del Ministerio de Cultura y Juventud.
La actividad comenzó con la exposición de Carballo, quien recordó la forma en la que desde muy pequeño mostró inclinación por el dibujo y la pintura. “Mi trabajo siempre he sido yo y yo he sido mi trabajo, nos hemos criado juntos. Desde los 4 o 5 años me robaba los carbones de la cocina para ir a dibujar a la gente que de alguna manera me había impactado”, rememoró.
De esta manera, dibujó a sus hermanas, a su madre, a sus tías y a varios vecinos. Según afirma, esta fue su forma de meterse en el mundo de los grandes con el fin de transgredir cosas y situaciones con las que nunca ha estado de acuerdo.
“De chiquito tuve experiencias muy amargas con el machismo, la gente que discrimina porque no jugábamos fútbol o porque no tirábamos piedras, sino que nos dedicábamos a bailar, a cantar, a dibujar, a conversar. Mi experiencia siempre fue una manera de evadir esas formas de ser a las cuales yo ni me adaptaba. Pero parte de mi trabajo tiene mucho que ver con tratar de romper estas reglas completamente inútiles porque no dicen nada de nadie, son puros temores de que se les quite el poder a los señores que se creen muy hombre, muy varones, muy machos”, recalcó.
Carballo confesó que nunca fue un buen estudiante porque, en lugar de estudiar, pasaba haciendo dibujos y formas en su mente y no le ponía atención a nadie. Eso provocó que lo expulsaran de sétimo año. Posteriormente, ingresó a un colegio nocturno y trabajó en varias partes como dibujante comercial.
“Eso me ayudó a hacer del dibujo un arma a la cual le dediqué mucho tiempo, investigándolo, purificándolo, perfeccionándolo, porque era una manera de calificarme dentro del mercado publicitario”, señaló.
"No se intimiden y crean en ustedes mismos, en lo que tienen. Tenemos fuerza y disposición para hacer, para caminar con nuestros sueños, con nuestros valores. ¡Adelante! Crean en sí mismos, no tengan temor".Fernando Carballo Jiménez, artista plástico, Premio Nacional de Cultura Magón 2021
Por su parte, Arabella Salaverry estructuró su exposición a partir de las respuestas que ella ha encontrado a lo largo de su trayectoria de 60 años como escritora a la afirmación de un poeta francés, quien aseguraba que la poesía es indispensable, aunque no sabía para qué.
De acuerdo con Salaverry, la poesía sirve para:
- Mostrar las incongruencias y las injusticias sociales.
- Hacer reflexiones ontológicas.
- Referirse al amor en sus diversas facetas.
- Fortalecer la mente.
Para cada función, la escritora leyó varias de sus poesías. Por ejemplo, Violencia cotidiana, Bombarderos y Canción de niña africana, ilustraron la forma en la que Salaverry alza su voz ante sus preocupaciones sociales.
Pero, la poesía también sirve para hablar del amor, desde el amor platónico hasta el erótico. En este sentido, enfatizó en la necesidad de que las mujeres se autorreconozcan en sus diversidades y plenitudes, porque hay una serie de estereotipos en la sociedad que las obligan a una supuesta perfección sin darles el espacio para reconocerse en su unicidad y en la perfección que esa unicidad lleva.
“Este es un mensaje para las mujeres jóvenes que están comenzando el ciclo: ámense en su cuerpo y no pierdan el espacio para amar a los otros y para la mirada solidaria hacia los demás. Ámense en su diversidad y en su unicidad”, subrayó.
“La poesía es una poderosa arma de comunicación y también puede ser una caricia muy dulce”.Arabella Salaverry, escritora y actriz, Premio Nacional de Cultura Magón 2021
Para Salaverry la función más importante de la poesía es el fortalecimiento mental, sobre todo para quienes se han decantado por estudiar una carrera técnica. Según manifiesta, leer y escribir poesía es un ejercicio mental incomparable, porque desde el momento en el que la poesía rompe con la estructura convencional de la gramática, propone nuevas formas de enfrentarse al idioma y esto obliga a pensar más intensamente y de manera novedosa.
“En definitiva, la poesía colabora para que seamos un poquito más inteligentes, para que tengamos una mayor capacidad de analizar desde el asombro, desde perspectivas nuevas, los problemas, incluso los problemas cotidianos. La poesía, en definitiva, nos permite enfrentarnos al mundo con mayor lucidez sin importar el ámbito en el que nos desempeñemos”, remarcó.
"Así que ustedes, queridísimos estudiantes que van para carreras técnicas les dejo el reto: ¡Leamos poesía!"Arabella Salaverry, escritora y actriz, Premio Nacional de Cultura Magón 2021
¿El arte se trae o se aprende?
Ante esta consulta de Elías Calderón Ortega, coordinador de la licenciatura en Administración de Empresas en el Campus TEC San José, Carballo confesó que se trata de algo que inquieta a la persona. “Yo siempre anduve viendo cómo dejaba en algún lugar el retrato, los rasgos de algo o alguien que me había impresionado mucho. Eso se trae”. La ejecución de esas inquietudes se transforma en un oficio y se va sofisticando. Se nace con la inquietud, pero se perfecciona por la pasión y el cariño que se tiene por la práctica artística.
Por su parte, Salaverry recordó cómo se refugió en la literatura desde su infancia para evadir su soledad, gracias a un entorno que propició su acercamiento a los libros y a la escritura, tanto en su casa como en su educación formal. “Uno se va familiarizando con la palabra y la va haciendo su arma y su escudo y su bastón. Al igual que Fernando, pienso que algo se trae, pero también se va haciendo en el transcurso de la vida”.
“Hay muchas maneras de expresarse. No necesariamente tiene que ser la literatura o la pintura. Una persona puede sacar a flote toda su pasión por medio del baile o del tejido o haciendo jardinería. Los seres humanos tenemos una enorme posibilidad de formas de expresar nuestra pasión. Lo importante es tener esa pasión, eso es lo que nos hace humanos y lo que nos hace crecer”.Arabella Salaverry, escritora y actriz, Premio Nacional de Cultura Magón 2021
¿La inspiración se busca o aparece espontáneamente?
Juan Pablo Campos Navarro, gestor cultural de Casa Cultural Amón, le planteó esta consulta a ambos galardonados. Fernando Carballo fue el primero en reaccionar:
“El color es algo con lo que uno se identifica y vamos haciendo una especie de trato, como de matrimonio, como de noviazgo con ellos. Yo soy casi como loquito por los colores azules y, de pronto, como una respuesta, los naranjas y los rojos, que son como la otra parte, el azul es como de ensueño, como de infinito; mientras que lo rojo y lo naranja es más nuestro y cercano.
“Yo no puedo usar muchos verdes, no me identifico con los verdes, los uso solo a la par de un azul. En esto hay que dejarse ir y no llevarle la contraria, como un enamorado, porque es parte del lenguaje que te está dando el ambiente, el medio. Los colores no podemos inventarlos, tienen que ser afín a nosotros.
Por su parte, Salaverry señaló que ella es muy observadora del ambiente y a aprendido a mirar con ojos de investigador. “Yo no soy una persona muy creativa en el sentido de que me pueda imaginar circunstancias o cosas, yo parto mucho de la realidad para escribir. Por ejemplo, el libro Llueven pájaros surge de estar en una ventana de mi casa donde todas las mañanas veía multitud de pájaros distintos. Y las poesías que surgieron a partir de esa observación son reflexiones que van desde lo social hasta lo ontológico”, detalló.
¿Cómo mantener la pasión a lo largo de los años?
Jeannette Alvarado Retana, directora de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo, le expresó esta inquietud a Salaverry, quien contestó de la siguiente manera:
“Se conjugan muchas cosas. Por un lado, el apoyo desde la familia con un entorno estimulante. En mi caso, mi familia era muy lectora y tuve la oportunidad de ir los últimos años de secundaria al Conservatorio de Castella, donde me dieron clases profesores de calidad internacional. Mi refugio para paliar la soledad era la lectura y mi refugio para recibir cariño fue el teatro.
“Durante muchos años no me reconocí como escritora. Y esto es para las mujeres. Muchas veces uno necesita la mirada de afuera para ser reconocido y no se vale. Si se tiene una pasión, si se sabe que lo que una es, hay que trabajar y luchar para lograr metas en ese campo, no sentarse al lado del camino a esperar a que otros te reconozcan.
“Siempre estaba llena de temores sobre la calidad de lo que yo producía y me daba hasta vergüenza. Fue desde la mirada de ese gran hermano que es Alfonso Chase, quien ya conocía mi obra, que logré publicar mi primer poemario. Yo adoro a Alfonso, le agradezco profundamente que me ayudara a dar ese paso, pero insto con vehemencia a todas las mujeres a que no esperen que venga de afuera, que se autorreconozcan.
“Y la pasión sigue, la pasión puede, de pronto, tomar otros caminos, pero hay que abrirle el espacio a la pasión en la vida porque sin pasión mejor apague y vámonos. Yo tengo 75 años y estoy llena de proyectos, o sea, el tema de la vejez no me inquieta par nada. Creo que eso pasa por el hecho de estar comprometida con cosa por hacer”, concluyó la escritora.
La actividad se realizó de manera virtual y asistieron estudiantes, docentes y personal de apoyo a la academia del TEC, así como vecinos de Barrio Amón.