Las Zonas Económicas Especiales son de larga data; la primera zona que se registra en el mundo fue en la ciudad de Shannon, en Irlanda, a fines de la década de los cincuenta.

No obstante, su mayor auge se dio tiempo después, en los años ochenta, con la incursión de zonas en la ciudad de Shenzhen, en China, con el establecimiento de cuatro de ellas.

Su éxito fue tal que, según estiman los especialistas, lograron un crecimiento del PIB per cápita de más de 150 veces, en cuestión de tres décadas.

Atrás quedó ese pequeño pueblo de pescadores para convertirse en una ciudad de gran crecimiento económico en ese país asiático.

Sin embargo, no todo ha sido color de rosa; en países como África o la India se quiso establecer el mismo esquema, pero no se logró el impacto necesario para sacar adelante su desarrollo.

¿Qué pasó? ¿Por qué en unos países sí ha funcionado y en otros no? Todo va muy en función de la integralidad de cómo se mire ese ansiado desarrollo.

Generalmente, las Zonas Económicas Especiales buscan establecerse en sitios que tienen ciertas características, de mayores rezagos en su parte social, debido a que son “lugares dormitorio”, que carecen de fuentes para la generación de empleo y mayores oportunidades.

De ahí que su verdadero potencial radica en cómo equilibrar ese crecimiento con la inversión generada, de manera que sea sostenible y sustentable en el tiempo.

Justamente son esos puntos donde sus detractores señalan que muchas veces son una apuesta que no garantiza nada o bien que van en función de las denominadas “políticas de la administración de turno”, y que realmente no responden a una visión equilibrada que genere el bienestar que esos pueblos ansían.

¿Qué se necesita?

Una visión integral que permita integrar todos los elementos de desarrollo, como piezas centrales y necesarias dentro de todo ese engranaje que son las Zonas Económicas Especiales.

Esto quiere decir que no solo se deben potenciar las facilidades comerciales y sus incentivos, sino buscar el mejoramiento de la infraestructura, de su economía, de su impacto político y social, para que las nuevas generaciones encuentren un cúmulo de oportunidades en sus zonas de origen.

Así concuerdan Carmen Rodríguez, subdirectora de la Agencia para el Desarrollo de la Región Huetar Norte (San Carlos) y Silvia Hidalgo Sánchez, coordinadora de la Zona Económica Especial de Cartago, quienes han visto cómo la gestión desarrollada puede generar sus frutos a largo plazo.

En el caso de Cartago, coordinado desde el TEC y en colaboración con el sector empresarial y el gobierno, las autoridades universitarias decidieron reproducir en Cartago el exitoso modelo que se había desarrollado 16 años antes en la Zona Norte, creando la Zona Económica Especial de Cartago, ya que la provincia presentaba las condiciones para el trabajo conjunto entre los tres sectores e impulsar el empleo de calidad.

En palabras de Silvia Hidalgo, Cartago se quedó en aquel momento con el primer parque industrial que se creó en el país, pero se quedó ahí. “No ocurrió nada más en el último tiempo y las miradas de los inversores estaban puestas solo en el Coyol de Alajuela y en Barreal de Heredia, cuando el recurso humano más calificado es el cartaginés”, menciona.

Esto generó que se preguntaran qué estaba ocurriendo, por qué las empresas no venían a instalarse en la Vieja Metrópoli.

Historia de las Zonas Económicas Especiales

“Zona Económica Especial es un concepto que viene desde China y que en el caso de la Región Huetar Norte tropicalizamos el nombre. En realidad, fue una estrategia de desarrollo económico local donde se une la Academia, el Gobierno, el sector empresarial, con el fin de mejorar la competitividad de una región específica, impulsar el empleo de calidad en la zona y esto a fin de cuentas contribuye a impactar positivamente la calidad de vida de las personas”, señala Silvia Hidalgo Sánchez, coordinadora de la Zona Económica Especial de Cartago”.

Ese es el punto que los impulsa a trabajar en un proyecto de esta índole, junto a todos los sectores, tratando de evitar que a diario se trasladen en promedio 65 mil personas a trabajar al otro lado del Valle Central. “Eso nos permitiría que no se impactara negativamente su calidad de vida, ni el medio ambiente (sacar el carro, gastar en gasolina) y que los habitantes de la provincia tuvieran mayor tiempo para pasar con su familia al poder encontrar trabajo en su propia provincia”, añade.

Ajustando las piezas

En el caso de la Zona Huetar Norte, ellos tienen un director ejecutivo y funcionan como una Agencia para el Desarrollo. En el caso de Cartago, vieron que no necesitaban copiar el modelo tal cual, porque las condiciones de las regiones son diferentes.

Lo que sí buscaron fue capacitarse durante siete meses, ajustando las piezas de lo que sería la estrategia durante su primera década.

“Conforme fuimos caminando, nos enfocamos en puntos estratégicos diferentes, que son la atracción de inversión extranjera directa, la creación de una Guía de Inversión y la realización de los encuentros de encadenamientos productivos”, menciona la coordinadora de la Zona Económica Especial en Cartago.

En la actualidad, la provincia cuenta con una nueva Zona Franca ubicada en La Lima y fue desarrollada por los dueños del Parque Industrial El Coyol, la desarrolladora Garnier & Garnier. Hoy ya cuenta con empresas de dispositivos médicos de gran importancia para el país, donde el 98% de su personal es de Cartago y el 100% de sus ingenieros son del TEC.

A criterio de Silvia Hidalgo, la Vieja Metrópoli se está convirtiendo en la zona 2.0 de dispositivos médicos. Pareciera que va siendo un segundo cluster de dispositivos médicos, muy atractivo para ese sector.

Eslabones fundamentales

Son múltiples los factores clave para atraer inversión; uno de ellos es que la provincia de Cartago tiene un recurso humano sumamente atractivo para el sector empresarial (mencionado por los mismos empresarios). Ese personal capacitado cuenta, a su vez, con un sentido de pertenencia, que logra mucha fidelidad con las empresas en donde se desempeña.

“Nosotros le decimos al empresario que no se preocupe por encontrar mano de obra capacitada, en eso le ayudamos. Por eso desarrollamos una bolsa de empleo consolidada, donde están todos los colegios técnicos; de hecho Cartago tiene 13 colegios técnicos. Están también en esta base de datos el TEC, la Cámara de Comercio, la Municipalidad, el INA. Entonces el empresario puede encontrar ahí desde el señor que hace el jardín hasta un ingeniero en Mecatrónica, si es lo que necesita; eso es un factor de peso, es un factor de éxito”, menciona.

Otro factor de éxito es que, al contar con su propia compañía de electricidad, la Junta Administrativa de Servicios Eléctricos de Cartago (Jasec), constituye un elemento diferenciador en el tema tarifario, ya que este es muy competitivo. Además, la Jasec brinda servicio a sus clientes a través de los grupos de calidad que dan atención individualizada a todo el sector industrial al que sirven; eso es valor agregado. “Por otra parte, después de que una empresa se instala, el grupo de Zona Económica Especial Cartago le ayuda al inversionista en todo el tema de tramitología, desde sugerir adónde puede llevar a sus hijos a estudiar (hay familias que se desplazan, vienen de otro país), dónde puede encontrar vivienda y ayudarle también con trámites en la Municipalidad, o en los diferentes lugares donde tiene que sacar permisos; entonces se siente acuerpado y eso es fundamental”, añade Hidalgo Sánchez.

Se estima que, en el mundo, las Zonas Económicas Especiales han sido exitosas cuando logran promover el desarrollo económico y el bienestar social de la zona, no solo en la generación de empleo sino en impactar a todos. Ese es su verdadero potencial.

Mapa, posibles Zonas Económicas Especiales como polos de desarrollo

Guías de inversión

La provincia está tan bien analizada, que hoy día se cuenta con toda la información requerida por un inversionista.

Cuántos comercios, escuelas y colegios existen; cuánta es la población económicamente activa, cuántos hoteles hay, cuántos terrenos industriales, de cuánto son los costos de electricidad, cyánto es el recurso humano capacitado y en qué áreas.

Encadenamientos

El TEC ha funcionado como un gestor para ir ajustando las piezas en todo este engranaje.

Hoy día, se cuenta con toda una guía de inversión de la provincia que contiene todos los elementos solicitados por un inversionista.

Eso es lo que contiene una guía de inversión, que ha implicado el esfuerzo de los diversos actores involucrados y la sinergia de los diez años de trabajo, “que ha sido un éxito; tan es así que hoy hablamos de 6 mil empleos generados en Cartago”, señala.

Parte del trabajo desarrollado ha sido la realización de los encuentros de encadenamientos productivos. Se han llevado a cabo tres encuentros; el primero en el 2011, el segundo en el 2013 y el tercero en el 2017. Estos se organizan en conjunto con Procomer, que es el ente nacional de encadenamientos productivos y la Cámara de Comercio de Cartago; cada uno cumple su rol para generar citas de negocios entre empresas demandantes y empresas oferentes de productos y servicios, lo que implica una reactivación de la economía local y el establecimiento de relaciones comerciales de largo plazo entre las empresas. En este proceso, el TEC capacita a las pymes, todas de Cartago, para que tengan mejores elementos para la negociación y el aprovechamiento del tiempo durante las citas de negocios en los encuentros.

“El primer encuentro se realizó con la participación de 25 empresas demandantes de productos o servicios y generalmente son empresas exportadoras grandes, y con 52 pymes. Ahí se cerraron negocios por más de un millón y medio de dólares; eso es reactivación de la economía local, dinero que les queda a las pymes nuestras. En el segundo encuentro (como el primero fue tan exitoso), se cerraron negocios por más de 3 millones de dólares. Ahí escogimos otras 50 pymes y tratamos que fueran diferentes para darles oportunidad a otras empresas de la provincia”, indica Silvia Hidalgo.

Si bien todas las pymes oferentes son de Cartago, las empresas grandes (que son las demandantes) pueden venir de diversas partes del país; lo que se busca es que la generación de riqueza quede en la provincia.

Fuente: Silvia Hidalgo, Coordinadora de la ZEE Cartago.

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