Surgidas con mayor fuerza en la década de los ochenta, las Zonas Económicas Especiales han tenido sus impulsores y detractores.
Lo que comenzó en China como un modelo exitoso de desarrollo, hoy se ha convertido para algunas administraciones en una especie de piedra en el zapato, esto a pesar de que en la actualidad existen alrededor de 4300 de estas zonas en el mundo.
Los expertos aseguran que el diez por ciento del crecimiento de la economía china se debe a la creación de las Zonas Económicas Especiales (ZEE), un modelo de desarrollo que propicia ventajas para atraer Inversión Extranjera Directa (IED), el aumento de empleos y alivio a la pobreza.
Desde hace 16 años se promueve el desarrollo usando el concepto de las Zonas Económicas Especiales en Cartago, como así se le denomina, y en San Carlos como Agencia para el Desarrollo Productivo de la Región Huetar Norte.
Según el criterio de Manrique Rojas Araya, presidente de la Junta Directiva de la Agencia para el Desarrollo de la Región Huetar Norte (San Carlos) en Costa Rica no existen las ZEE, porque no está preparada para replicar el modelo, pero hay información suficiente como para confirmar que se intenta. “No se trata de un proyecto ni de un programa”, afirma. Lo describe como un proceso de interacción de voluntarios del sector privado y público (que también incluye al sector académico –universidades y colegios técnicos–) agrupados en comisiones, cuya función es conseguir que una zona tenga los servicios necesarios para captar la atención de grandes inversiones. “Nosotros no construimos una carretera, no pegamos blocks, pero buscamos los medios y ayudamos en los procesos para que las obras se lleven a cabo. Este trabajo puede tardar muchos años, es muy lento, razón por la cual nos enfocamos en obras de gran envergadura, que benefician a la mayor cantidad de personas del sector”, señala.
Este tipo de iniciativas han permitido una mayor dinamización y protagonismo de Cartago y San Carlos como sedes para la atracción de empresas de inversión extranjera, gracias al trabajo coordinado de estos grupos, según el criterio de Margarita Umaña, gerente de Planificación y Estrategia de CINDE, pues las experiencias positivas que se han tenido en estas dos zonas han impulsado a otras 14 comunidades fuera de la Gran Área Metropolitana Ampliada (GAMA) en la estrategia que lidera CINDE para apoyar las condiciones de competitividad para promover mayor inversión.
Las agencias no se perfilan como incubadoras de empresas, bajo cuya sombra nacen nuevas oportunidades de negocios, porque están en una etapa más cruda, más bien, actúan a partir de empresas ya formadas; por ejemplo, un sembrador de piña que desea diversificarse y ofrecer al mercado jalea, fruta congelada o deshidratada, pero necesita mejorar las recetas y producirlas en forma masiva.
¿Cómo se mide la eficacia de un ente específico? Solo con hechos concretos.
Logros de la Agencia de Desarrollo de la Región Huetar Norte
Gracias al esfuerzo conjunto de diversos actores, se logró conseguir la donación del Banco para el Desarrollo de América Latina (CAF), así como de 15 empresas y ganaderos de San Carlos para habilitar un tramo de 27 km entre Vuelta Kooper y Chilamate, cuyo costo ascendió a 80 millones de dólares, informó don Salvador Saborío, empresario y miembro de la Junta Directiva para ese momento.
Si bien una buena parte fue donada por la entidad bancaria, otra fue obtenida con el aporte de distintas empresas y de la comisión, que fue a tocar puertas a 40 ganaderos, de los cuales 15 aportaron la suma de 5 mil dólares cada uno para poder terminar la obra. Eso fue parte del trabajo desarrollado por la comisión.
Además, se gestionó un sistema de electrificación trifásico de calidad, ya en funcionamiento.
Se logró la instalación de Internet de banda ancha y desde hace 6 años se trabaja en la construcción del Centro de Valor Agregado, para el que ya se adquirió el terreno, se cuenta con el estudio de factibilidad así como los planos, y hay partidas presupuestarias; no obstante, valoran los fondos que hacen falta.
También, se abrió el nuevo paso fronterizo en Los Chiles, para facilidad del comercio y del tránsito de personas hacia el resto de Centroamérica. Está pendiente construir las oficinas.
Potencial enorme
Lo que ha pasado en Cartago es solo una muestra del potencial de crecimiento para desarrollar el país en diversas vertientes.
Varias empresas multinacionales han aprovechado las facilidades de las zonas francas, del talento humano local disponible y de la cercanía de instituciones de formación como la sede central del TEC.
Por ejemplo, Zollner, empresa de manufactura electrónica alemana, decidió instalar su planta de manufactura en la Zona Franca La Lima; Edwards Lifesciences y Heraeus anunciaron grandes proyectos de inversión en el mismo parque, según Margarita Umaña, gerente de Planificación y Estrategia de CINDE.
Apoyo conjunto
Hay quienes consideran que la participación de la empresa privada en el modelo de las ZEE no es conveniente. Manrique Rojas no está de acuerdo con esa apreciación y ofreció un caso como ejemplo. En el área del turismo de salud y bienestar, o Wellness, idóneo para aplicar en San Carlos, se solicitó la ayuda de universidades públicas y privadas para realizar un estudio que permitiera promoverlo con éxito en nuestra zona. Surgieron datos muy interesantes, dado que se descubrió que cada una de las 50 fuentes de aguas termales escrutadas tiene distinta composición bioquímica para diferentes necesidades terapéuticas. ¿Cómo explotar esa riqueza con éxito? “Nos fijamos en la forma sobresaliente como lo hacen en un pueblo de España. Llevamos a los empresarios y a instructores del INA, quienes ya vinieron capacitados para trasladar los conocimientos”, menciona.
Lo que algunos objetan son las ventajas de las ZEE que benefician, en su mayoría, a la empresa extranjera, no a la nacional, a los inversionistas con mucho capital, no al pequeño productor, que queda en el camino, víctima de una competencia desigual. Como decían los abuelos, “se va lo comido por lo servido”. Entonces, cuando la multinacional escoja mano de obra más barata en otro país, nos quedamos “sin el santo y sin la limosna”.
Ese es el criterio de Salvador Saborío, empresario que señaló la realidad que viven algunos pequeños productores de yuca y piña en San Carlos, dado que, en ocasiones, se les da más atención a los grandes inversionistas y los pequeños quedan a un lado.
Una realidad imposible de esconder
Un pequeño agricultor de piña de San Carlos ya no sembrará más. Su producto no se vende, no puede competir con empresas que sus ojos ven inmensas. “La piña se pagaba a 140 colones el kilo, hoy se vende a 15 colones el kilo. Producirla cuesta 10 colones, me quedan 5 colones de ganancia. La semilla me cuesta entre 20 y 30 colones, pero debo cuidarla un año para que produzca. Han venido empresas muy grandes, a comprar grandes cantidades de terreno, con maquinaria moderna y plata para trabajar. Ellos pueden dejar de vender 200 000 piñas, pero eso no es un problema para ellos. La entierran y siguen trabajando. Entonces, pregunté: “Y… ¿si diversifica? ¿Qué tal hacer mermelada, pulpa? Respondió: “¡No saqué ganancia en años! ¿Cómo puedo soñar en algo que me endeuda más?”. Este relato es recurrente.
Las grandes incógnitas
Según datos del Banco Mundial, se estimó que en años anteriores al 2010, en el mundo, el 22% del PIB, 46% de inversión extranjera directa, 60% de exportaciones y más de 30 millones de empleos provenían de Zonas Económicas Especiales.
Se tiene conocimiento de que hay 4300 ZEE repartidas en el 75 por ciento de los países del mundo.
Costa Rica no se queda atrás. Sin embargo, hay quienes están convencidos de que las ZEE tienen desventajas importantes.
Creen que un crecimiento acelerado de las zonas puede producir una competencia entre ellas y reducir su efectividad. En algunos casos, no hay suficiente talento calificado para sostener proyectos de gran envergadura, el medio ambiente puede afectarse y cabe la posibilidad de que no haya suficientes recursos para sostener la actividad económica.
Hay casos en los cuales la inversión es menor a lo planeado, no siempre se logra crear un ambiente amigable entre las leyes de un país y los inversionistas, la infraestructura en algunas zonas no alcanza el estándar requerido y, en algunos casos, ha habido incumplimiento de alguna de las partes. Otros observadores están resentidos porque consideran que las ZEE acomodan las leyes del país para que los inversionistas se expandan con el menor costo posible.
Existen detalles menos perceptibles, pero igual de importantes. ¿Habrá igualdad de oportunidades? ¿Promoverá el crecimiento del gran exportador, así como del agricultor que abastece el puesto de la esquina? Si el capital es extranjero, ¿promueve la fuga de divisas? ¿Incluyen dentro de sus metas gestionar controles para evitar la competencia desleal? ¿A través de las instituciones estatales, se fiscalizan los sueldos de quienes dan la mano de obra? En otras palabras, ¿se vela para que, en realidad, todos los actores reciban lo justo?
Un bisturí libre de intereses puede responder esas y muchas preguntas, pero, ajustándose a la realidad, nada es del todo bueno y nada es del todo malo. Habrá que sentarse a investigar qué es lo mejor, lo más conveniente, aunque los resultados dependerán de los ojos que los escruten.
Otros logros
- Inglés como segundo idioma. La empresa Amazon se contactó con la Agencia porque requerían personal con un nivel alto de inglés. Doscientas personas realizaron exámenes en línea donados por CINDE para su evaluación y hoy 50 de ellas laboran desde su casa para Amazon.
- En este momento, se valora la posibilidad de construir un aeropuerto en San Carlos. A través de la gestión del Consejo Técnico de Aviación Civil se consiguió el dinero para el estudio de factibilidad, una empresa donó los estudios topográficos y otras pusieron a disposición sus datos sobre radiación y estudios climáticos.
- San Carlos también cuenta con una serie de características que la hacen atractiva para las empresas de IED, como la presencia de instituciones académicas importantes que forman recurso humano en áreas de interés, la existencia en la zona de operaciones nacionales de alta tecnología de servicios (empresas desarrolladoras de software como Avantica San Carlos) y el interés de la comunidad de desarrollar proyectos de este tipo.