La Oficina de Comunicación y Mercadeo no toma como suyas, las opiniones vertidas en esta sección.

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En la mayoría de las ocasiones en que voy a tomar una fotografía de retrato recibo una advertencia sin siquiera haber hecho click en el disparador: “eso sí, me hace Photoshop”. Eso significa para quienes no lo entienden, una edición o “retoque” a la fotografía para quitar imperfecciones en un programa llamado Photoshop.

Y me quedo con esta palabra en la mente: imperfecciones… generalmente llamamos imperfecciones a líneas de expresión o unas curvas que nos caracterizan y definen, entonces ¿son imperfecciones verdaderamente?.

En muy pocas ocasiones me siento frente a mis programas de edición fotográfica a quitar “marcas” en la piel, y esto casi nunca sucede porque yo fotografío la vida, así tal cual es, con todas esas hermosas expresiones que nos dejan las experiencias vividas. Para mí son líneas de vida que nos dicen que disfrutamos, que comemos en familia los fines de semana y nos damos ese gustito delicioso con la comida, que reímos hasta más no poder y esa sonrisa quedó marcada en nuestro rostro, que los años pasan y aún estamos aquí. Eso son las líneas y curvas que no me gusta quitar.

Hace mucho dejé de “retocar” mis propias fotografías y con más razón la de las demás personas, porque ¿quién soy yo para quitarles toda esa vida de encima? Prefiero aceptar y convivir con las personas tal cual soy y darles mi mayor honestidad con el lente fotográfico que es la extensión de mis ojos para materializar imágenes que conservarán nuestro paso por este mundo.

Siempre he pensado que uno de los más hermosos actos de amor hacia nosotros mismos es hacernos una sesión de fotos de retrato, porque queremos guardar esos instantes de la vida y enfrentarnos a una cámara y mostrarnos tal cual somos, es un acto de amor y aceptación completo, es una honestidad profunda con nosotros mismos.

Prefiero creer que podemos reinventarnos cada día y cambiar eso que no nos encanta de nosotros y ponernos metas para mejorarlo. Tal vez de cuidarnos más pero de la mano a eso es amarnos y aceptarnos así tal cual somos hoy, para tener un mejor mañana, “hacer Photoshop” no es la solución mágica y verdadera, es solo un espejismo, el verdadero “retoque” está dentro de nosotros mismos, en los ojos con que nos miramos al espejo cada día.