La comprensión lectora en el contexto universitario: una mirada desde la neuroeducación

Por: Wilmer Casasola-Rivera*

Escuela de Ciencias Sociales – TEC

wcasasola@tec.ac.cr

3 de Septiembre 2025 Por: Visitante
LINRO

Imagen ilustrativa. Tomada de Pixabay

La situación de la comprensión lectora

Las lecturas éticas o filosóficas representan un reto interpretativo y analítico para los estudiantes universitarios. A menudo, se quejan de que son demasiado teóricas y poco prácticas: “En mi carrera hacemos más práctica que teoría”, dicen algunos, con cierta molestia, cuando se les pide leer, interpretar, contextualizar y aplicar contenidos a la realidad social. Les explico que detrás de toda práctica hay algún fundamento teórico, aunque no siempre sea evidente: al diseñar un puente o programar un software, se aplican leyes físicas y principios matemáticos y lógicos. En el caso de la ética, la diferencia está en el enfoque metodológico: la ética utiliza una narrativa filosófica-argumentativa para establecer principios y abordar situaciones complejas en la toma de decisiones que pueden afectar el curso social. Sin referentes teóricos, la práctica profesional sería simplemente ensayo y error.

Más allá del viejo recurso de apelar a la práctica en lugar de la teoría, lo que se oculta es una realidad incómoda: puede haber estudiantes capaces de programar un dron, pero incapaces de interpretar con precisión un ensayo filosófico o un informe científico. La neuroeducación permite explicar el porqué de este fenómeno y facilita herramientas para enfrentarlo. La comprensión lectora no es solo un asunto de estudiantes universitarios; es un problema que afecta a muchas personas, incluso a profesionales activos.

En los últimos años, el nivel educativo en varios países ha experimentado un preocupante retroceso, como lo evidencian informes de la OCDE y el Estado de la Educación 2023, en Costa Rica. Es posible que el nuevo informe ofrezca un panorama similar.

Ambos documentos señalan un estancamiento o declive en competencias clave como la comprensión lectora y matemática, lo que afecta particularmente a los sectores más vulnerables y provoca un aumento en la desigualdad de habilidades dentro de los países. La situación en Costa Rica es alarmante, ya que se le considera uno de los países latinoamericanos con mayor pérdida de aprendizaje. Este fenómeno impacta de manera crítica la educación superior. Las deficiencias en habilidades básicas, como la lectoescritura, que no se abordan en la educación primaria, se arrastran hasta la universidad y generan problemas significativos. Muchos estudiantes atribuyen sus altas tasas de reprobación a las bases débiles de la educación secundaria y a la falta de preparación para las exigencias académicas universitarias.

Procesos cognitivos, comprensión lectora y factores sociales

La comprensión lectora y la memoria de trabajo están estrechamente relacionadas. Desarrollar la capacidad lectora implica formar representaciones significativas del texto, conocidas como modelos mentales. Tanto la inferencia como la integración de símbolos y significados contribuyen a construir un modelo coherente de lo que se lee. Al aprender a leer, el cerebro transforma los símbolos percibidos en sonidos, activando áreas en la parte superior del lóbulo frontal, donde se integran visión y audición. Gracias a la tecnología, hoy es posible identificar las áreas cerebrales activas durante el aprendizaje de la lectura, desde la infancia hasta la adultez, y comprender con mayor claridad cómo se desarrolla esta capacidad.

Existen habilidades que facilitan la comprensión lectora, como la producción de inferencias, el monitoreo y la inhibición. La producción de inferencias consiste en elaborar representaciones significativas de un texto y explorar más allá de lo que plantea, estableciendo coherencia, causalidad y emociones en el lector; su desarrollo se relaciona con la edad y las habilidades individuales de comprensión lectora. El monitoreo permite obtener una comprensión global del texto y detectar inconsistencias o contradicciones, una capacidad que puede mejorar con la edad, aunque los niños con dificultades lectoras suelen presentar deficiencias en esta. Finalmente, la inhibición se refiere a la capacidad de suprimir información irrelevante y concentrarse en lo que contribuye a la comprensión del texto o de la tarea.

Fuente: Elaboración propia con Canva.

Además de estas habilidades, los procesos cognitivos influyen en la comprensión lectora tanto en niños como en adultos. Entre ellos destacan la comprensión fonológica, que permite distinguir y manipular los sonidos de las palabras; la inteligencia verbal, que facilita razonar y expresarse mediante el lenguaje; y la memoria de trabajo, que retiene y organiza la información mientras se lee. También cabe mencionar otras formas de memoria, como la visual-espacial, que ayuda a recordar y organizar imágenes o formas, y la verbal, que facilita recordar palabras y frases.

La comprensión lectora en los niños está estrechamente vinculada con su capacidad de lenguaje, es decir, con el vocabulario, la comprensión de significados y el uso adecuado de las palabras. Si un niño tiene dificultades para procesar sonidos, manejar vocabulario o retener información mientras lee, su comprensión se ve afectada, al igual que otras formas de memoria esenciales para el aprendizaje.

Los niños con dificultades lectoras suelen presentar limitaciones en el lenguaje, problemas de decodificación, vocabulario reducido y deficiencias en la memoria de trabajo. Estas dificultades afectan no solo la lectura, sino también el aprendizaje en áreas como las matemáticas. Por tanto, es fundamental considerar la madurez cerebral, el estado sensorial o motor y posibles niveles de ansiedad. La comprensión lectora, más que una habilidad escolar, es el resultado de un complejo entramado de procesos neurológicos, lingüísticos y emocionales. Su desarrollo temprano y su fortalecimiento posterior son esenciales para un aprendizaje significativo en cualquier nivel educativo.

Comprensión lectora e inteligencia artificial

En relación con los datos de la OCDE y del informe Estado de la Educación 2023, en Costa Rica, es importante examinar el papel de la inteligencia artificial en la lectura y comprensión lectora, especialmente las plataformas que procesan textos y generan resúmenes. ¿Se trata de herramientas que potencian esta habilidad intelectual o de instrumentos que la debilitan? Este es un tema que merece discusión.

En este contexto, ¿qué ocurre con el estudiante universitario? El estudiante promedio es, en gran medida, producto de esta base educativa en comprensión lectora. A este problema estructural se suma la nueva variable: la Inteligencia Artificial (IA). Hoy proliferan plataformas que permiten a los estudiantes evitar la lectura de textos y obtener al instante un resumen de las ideas principales. No siempre estos resúmenes son correctos, pero el estudiante intenta memorizar y repetir los datos filtrados.

Sin embargo, el proceso lector no puede reducirse a recitar resúmenes mecánicos generados por una inteligencia externa. Repetir información no significa comprender un tema, ni adquirir cultura intelectual. Si no existe una estrategia didáctica clara para utilizar estas plataformas, cuyos datos serán reproducidos por estudiantes de cualquier nivel, el problema de comprensión lectora podría agravarse. El resumen generado por una IA puede convertirse en un acto mecánico memorístico que marchita el gusto por la lectura como experiencia comprensiva. Leer es un placer que surge de maravillarse al comprender, interpretar y conectar lo leído con la propia existencia y con la realidad social. La lectura potencia la inteligencia analítica y social, mientras que los resúmenes mecánicos podrían formar parte de una educación técnica que se aleja del concepto de universidad.

La neuroeducación aplicada al contexto universitario podría ofrecer herramientas prácticas para mejorar los procesos de lectura y comprensión lectora. Se pueden implementar estrategias que fortalezcan las habilidades metacognitivas, permitiendo al estudiante enfrentar el texto como una herramienta para comprender la realidad social y proponer soluciones a los problemas que enfrenta. El texto constituye un universo de ideas que requiere exploradores capaces de entender su contenido y su vínculo con la sociedad. Sin embargo, existe una realidad silenciosa que a menudo se ignora: es posible graduar profesionales con títulos, pero sin la capacidad de comprender lo que leen.

*Sobre el autor. Poseo formación en neuropsicología, neuroeducación y neurociencia aplicada a la enseñanza, lo que me permite vincular la investigación sobre cerebro y aprendizaje con estrategias pedagógicas prácticas, útiles para docentes e instituciones que buscan innovar y optimizar sus procesos formativos.

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