El mundo voltea su mirada hacia transiciones económicas la más sostenibles, donde la bioeconomía se abre paso.
El cambio climático es un tema que debe solventarse a la brevedad y con diversos frentes. “Es un problema que nos está salpicando con lluvias, deslizamientos, inundaciones…”, puntualizó Julie Lennox, jefa de la Unidad de Desarrollo Agrícola y coordinadora del proyecto La economía del cambio climático en Centroamérica, de la Cepal, con sede en la ciudad de México.
¿Qué ocurre?
Las emisiones de América Latina y el Caribe representan el 9% de las emisiones mundiales y conlleva a una tasa media anual del 0,6%.
Este factor nos convierte en uno de los sectores más vulnerables al cambio climático, pero paradójicamente representa mucho menos emisión de gases que otros países.
“Las naciones de América Latina están aceptando que es imperativo bajar el nivel de las emisiones. Uno de los retos es ser más preventivos. Podemos ver esa meta en cómo se ha estado trabajando la respuesta. Hay esfuerzos de reconstrucción pero a veces no nos organizamos propiamente como comunidades”, aclaró Lennox, que también insistió en el importante rol que desempeñan las infraestructuras: “Es muy importante mejorar la infraestructura de los países para evitar que en el futuro se pueda perder”.
Ella señala que el cambio climático es actualmente una de las cinco prioridades de los presidentes latinoamericanos; pero influyen también los cambios de gobiernos. “En muchos de los países del centro y el sur de América hay necesidades sociales, retos fiscales y además hay que ayudar a que se entienda la relevancia que esto tiene para diferentes actores. Es parte de la oportunidad y parte del reto”, subrayó la especialista.
¿En qué otros puntos se debe insistir?
Según Lennox, es esencial buscar un equilibrio entre los recursos. “Parte de la respuesta tiene que ver con la forma en que volvemos sostenibles a nuestras sociedades. Hemos visto que los esfuerzos tienen que ir encaminados al cambio de consumo y demanda. Hay intentos de generar líneas, pero lo que faltan son compradores”, aseguró Lennox.
Una ruta trazada
En el caso de Costa Rica, para el año 2021 hay un objetivo en la mira. Durante la pasada III Cumbre Presidencial de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la secretaria ejecutiva, Alicia Bárcena, se reunió con los jefes de Estado para discutir el tema principal, que fue la lucha contra la pobreza, tema que está muy ligado al cambio climático, pues la destrucción de recursos naturales y la escasez de estos son realidades que contribuyen al incremento de la pobreza y que obviamente son aplicables también en la economía.
Uno de los problemas actuales es la dependencia de los combustibles fósiles y de los medios de transporte; estos últimos suponen un notable aumento en las estadísticas de emisión de gases. “Muchas personas tienen ahora vehículos privados y esto origina unos costos para la sociedad que todavía no están muy bien contabilizados. Hay una serie de beneficios sociales que tiene el transporte público: es seguro, limpio y cumple con los patrones básicos”, comentó Julie Lennox.
Al igual que muchos países latinos en crecimiento, Costa Rica está apostando por el negocio de la bioeconomía, cuyo objetivo es reducir el consumo y la dependencia del petróleo en el proceso de obtención de las fuentes vitales (carbón y energía). Este sistema cada vez está ganando más adeptos. “Hace cien años casi no se usaban productos de petróleo y se vivía bien. En cualquier transición en la que se esté cambiando esa base, hay gobiernos y empresas que participan”, opinó Lennox.
Sin embargo, cabe señalar que la bioeconomía también encierra sus contras. “Es emprendedor, pero también hay riesgos por no tener suficiente espacio en el mercado para los productos”, subrayó la especialista.
En las soluciones y la metodología de acercamiento al problema, Julie Lennox declaró que en la Cepal se está analizando tanto los riesgos como las oportunidades para dar con posibles respuestas. “Para nosotros ha sido un tema en el cual nos hemos acercado mucho a los actores y países, y hemos abogado por ese tipo de respuesta consensuada y sostenible”, declaró.