Hacer ciencia

Desde sus inicios, la adquisición de nuevos conocimientos, le ha permitido a la humanidad evolucionar en la búsqueda de aquello que llamamos “calidad de vida”.

Ya lo decía en su momento el gran filósofo, Aristóteles, quien consideraba a la investigación científica como un proceso circular que iba desde las observaciones hasta los principios generales, para luego seguir observando, explicando y deduciendo a través de lo que iba descubriendo.

La investigación ha contribuido al avance de muchas áreas del quehacer humano, especialmente de la salud. Los nuevos conocimientos que comenzaron a gestarse décadas y siglos atrás, nos han permitido ampliar el espectro en beneficio de tratamientos y nuevas herramientas terapéuticas para la colectividad. Pero también, con su incursión han sido sujeto de muchos cuestionamientos e interrogantes por diversos sectores. No es para menos, a lo largo de la historia del ser humano muchos hechos han ocurrido “en nombre de la ciencia”, llevando a establecer una serie de parámetros y normas éticas y morales para un verdadero desarrollo solidario, altruista, de la investigación en seres humanos, donde la dignidad humana siempre se salvaguarde.

Ya nuestro país dio el primer paso, ahora falta propiciar el espacio idóneo para contribuir y apoyar a hacer ciencia.

Con un sistema de salud que está a la altura de los mejores países del mundo, Costa Rica a lo largo de los años ha generado resultados promisorios en sus índices de salud y desarrollo y esto, sin duda forma parte de la calidad humana y científica de sus profesionales; quienes han ambicionado mejores condiciones para la población en general. Prueba de ello es que para el 2025 nuestro país estará entre las diversas naciones del mundo que tendrán una expectativa de vida de ochenta y un años.

Si bien, lo anterior representa un verdadero logro, esto nos reta como sociedad y como Academia a ir por más. Lograr la búsqueda de nuevos y mejores conocimientos a través de la investigación y desarrollo, pilar fundamental para contar con un mayor bienestar, pero ante todo, poder posicionar nuestras investigaciones como ejemplo de innovación y competitividad en el mundo, debe ser la consigna.

Tenemos el capital humano, el expertise, pero ante todo la calidez humana, ética y científica para lograrlo. El campus del Tecnológico de Costa Rica (TEC) y nuestras sedes son un claro semillero de conocimientos y nuevas habilidades que nos potencializan a diario en esa búsqueda inquieta y desafiante por mejorar y evolucionar. ¡Que disfruten esta edición!

Carla Garita Granados

Directora General

Jorge Quesada Araya

Coordinador Editorial