Dejar de vivir en la civilización del espectáculo
La Oficina de Comunicación y Mercadeo no toma como suyas, las opiniones vertidas en esta sección.
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La "metaformosis" al que está sujeto nuestro entorno actual es cada día más cambiante gracias a tendencias que las redes sociales parecen diseminar como pandemia, y que generan acciones que como sociedad parecen muchas veces deformar la responsabilidad y conocimiento que implican las tecnologías y el nuevo modelo de comunicación generado .
Como bien lo indica el reconocido escritor Mario Vargas Llosa, es cada vez común una inmersión en: "La civilización del espectáculo", donde el banalismo y el interés a situaciones de poca transcendencia acaparan cada vez la atención de medios de comunicación y de los mismos espectadores; quienes ahora son también cómplices en la producción informativa que rige hoy el mundo.
Los ejemplos son vastos y nos podemos remitir a hechos de reciente "trascendencia", donde el actuar de una modelo en un concurso de canto, el nombramiento a dedo en un famoso concurso de belleza o bien el audio de una usuaria enojada contra una empresa, parece se han convertido en los principales puntos de atención de quienes reciben y transmiten información.
El interés a este tipo de temas ha convertido a nuestra sociedad en una especializada en linchamiento mediatico. Las noticias y otros hechos "virales", han generado que sea cada vez más común, ver un desglose de comentarios donde muchas veces, sin tener claridad del contexto, las opiniones sin medida son armas que propinan insultos, faltas de respeto y verdaderas luchas campales para decidir quien tiene la razón.
Este linchamiento mediático, se refleja de manera irónica, tal y como lo señala el nobel peruano, a un fenómeno en el que la exaltación y protagonismo de modistos parecen tener el protagonismo que tenían antes científicos y filósofos, así como las "estrellas" de la televisión y los futbolistas tienen la influencia en los gustos y las costumbres que antes tenían los pensadores y teólogos.
El interés olvidado a temas reales de impacto social en desarrollo económico, político, así como los científicos y tecnológicos son los grandes vacíos que sin duda tienen las discusiones que se desarrollan ahora mismo en las redes sociales.
La transformación no solo viene entonces de la tecnología. Proviene de un cambio de paradigma en nuestras mentes y acciones, de modo tal que la reflexión sobre lo que compartimos, comentamos, y consumimos, debe darse cada vez, con más conciencia. Seamos parte de un verdadero desarrollo; dejemos de vivir en la civilización del espectáculo. El poder está en nosotros.