Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia, la Lesbofobia y la Transfobia

Nada que curar: voces del TEC se unen en contra de las llamadas ‘terapias de conversión’

  • Personas funcionarias, estudiantes y autoridades del TEC se suman a campaña para pedir que se prohíban las mal llamadas “terapias de conversión”
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  • Consejo Institucional instó a que se apruebe proyecto de ley que prohibiría esas prácticas
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  • La Comisión Institucional contra la discriminación por orientación sexual, identidad y expresión de género recuerda que numerosos dictámenes y pronunciamientos las califican de torturas
16 de Mayo 2024 Por: Johan Umaña Venegas
jóvenes con el rótulo de No hay nada que curar

Tanto estudiantes, como personas funcionarias y autoridades del TEC, se sumaron a la campaña "Nada que curar", para pedir que se prohiban las terapías de conversión en el país. Fotografía: DOSIEG / TEC.

El Consejo Institucional, la Comisión Institucional contra la discriminación por orientación sexual, identidad y expresión de género (DOSIEG), y cientos de personas funcionarias, estudiantes y autoridades, han levantado sus voces para que en el país se terminen con las llamadas “terapias de conversión”. Una actividad que se ha calificado, tanto por diferentes instituciones como por especialistas nacionales a internacionales, como verdaderas torturas en contra de la población LGBTIQANB+.

El pasado 20 de marzo, en la sesión ordinaria No. 3356, el Consejo Institucional del Tecnológico de Costa Rica (TEC) acordó exhortar a las personas diputadas para que voten de forma positiva el proyecto  20970, denominado  “Ley para prohibir todas aquellas ‘terapias’ dirigidas a revertir o modificar con fines de pretendida ‘curación’ la orientación sexual de las personas LGBTI”.

La propuesta para llegar a este acuerdo tomó en cuenta tanto las políticas institucionales relacionadas a la no discriminación por orientación sexual, como los fines institucionales de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida del pueblo costarricense.

Asimismo, los numerosos dictámenes y pronunciamientos que condenan este tipo de supuestas terapias, de parte de organizaciones como la Facultad de Medicina de la Universidad de Costa Rica, el Colegio de Médicos y Cirujanos, el Colegio de Psicólogos de Costa Rica y la Caja Costarricense de Seguro Social, entre otras.

También de instancias internacionales, entre ellas la Organización Mundial de la Salud (OMS) o la Asociación Americana de Psicología (APA).

Criterios que fueron recogidos por la Comisión Permanente Especial de Derechos Humanos de la Asamblea Legislativa, cuando emitió un dictamen afirmativo de mayoría respecto al proyecto de ley en cuestión.

DOSIEG enfatiza que desde la OMS se ha reconocido que la orientación sexual o la identidad de género no son una enfermedad y que, por el contrario, hay evidencia científica que señala que el apoyo de una persona adulta a una persona LGBTIQANB+ reduce hasta un 40% el riesgo de suicidio.

De hecho, este 17 de mayo se celebra el Día Internacional contra la Homofobia, la Bifobia, la Lesbofobia y la Transfobia, en conmemoración de la fecha en que la OMS eliminó la diversidad sexual de su lista de enfermedades mentales, en el año de 1990.

“Todas las prácticas que se realizan para forzar el cambio de orientación sexual, identidad o expresión de género, están dirigidas a la ridiculización, sembrar la culpa, el sufrimiento emocional, la violencia física, verbal, humillaciones, aislamiento, que llevan a las personas a sentir vergüenza y rechazo de sí mismas, trayendo como consecuencias la ideación suicida, los suicidios, la culpa, la ansiedad, depresión, abandono de los centros educativos, entre otros”, enfatizó Shi Alarcón Zamora, presidentx de DOSIEG.

De igual manera, en el Informe de Experto Independiente para el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) –elaborado por Víctor Madrigal Borloz en 2020–, sobre la protección contra la violencia y la discriminación por motivos de orientación sexual o identidad de género, se señala que las torturas de conversión “implican, por su misma naturaleza, un trato cruel, inhumano y degradante y entrañan el riesgo de que se perpetúe la tortura”. (Al final de este artículo encontrará el resumen de este informe)

El informe considera que las denuncias concretas sobre la práctica de “terapias de conversión” deben ser investigadas “sin demora y, si procede, se debe enjuiciar y sancionar a los responsables, de conformidad con los parámetros establecidos en virtud de las obligaciones internacionales de derechos humanos relativas a la prohibición de la tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes”.

También  que “el dolor y sufrimiento psicológicos provocados por las ‘terapias de conversión’ son profundos y duraderos y a menudo exacerban el riesgo de suicidio”. Esto en la página 16 de dicho informe.

No hay nada que curar

Tomando en consideración estas evidencias y más información relacionada al tema, en marzo pasado inició en el Tecnológico la campaña “Nada que curar”.

El primer acto se dio el 7 de marzo, cuando estudiantes, personas funcionarias y autoridades, convivieron con algunas diputaciones que sesionaron en el Campus Tecnológico Local San Carlos, en el marco del Día de la Mujer.

Después, se han sumado cientos de personas de los demás campus y centros académicos de la institución, quienes se toman fotografías con el rótulo de “Nada que curar”, para expresar su apoyo a la diversidad sexualy al proyecto de ley que pretende prohibir las torturas de conversión.

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