Manejar en la ciudad: un reto para la convivencia, la salud y el bolsillo, más allá de infraestructura
La movilización en nuestro país se ha convertido en un reto cada vez mayor, gracias a diversos factores que parece se han encontrado en carretera. Mayor tránsito vehicular, arreglos de puentes y caminos o bien accidentes, parece, han complicado el transitar de los costarricenses, en especial en el Gran Área Metropolitana (GAM).
Como costarricenses, nuestra sociedad se acostumbra más al uso de vehículo, lo que es un reflejo, según Oscar Rodríguez, psicólogo de la Escuela de Ciencias Sociales del TEC, de rasgos cada vez más individuales que se marcan en nuestro diario interactuar.
“Hemos llegados a estados de conformismo, donde cada vez más nos gusta las cosas más fáciles(..). Esto nos ha llevado a puntos donde hay menos ayuda, menos colaboración y la disminución de tolerancia” destacó Rodríguez.
Este criterio es uno de los puntos donde la movilización urbana y la interacción social que la misma conlleva se ha convertido, para la socióloga de la Escuela de Ciencias Sociales, Katia Franceschi, en un problema de convivencia social. “El “brincarse” el alto o el semáforo en lugar de esperar ha marcado una tolerancia de acciones erróneas”, asegura la socióloga.
No sólo son acciones peligrosas en el interactuar social que las normas de tránsito marcan, sino que además conllevan un riesgo para muchas personas al manejar inadecuadamente con posturas que no son las más adecuadas.
La salud es otro de las perspectivas que son trascendentales en este contexto. El ingeniero Andrés Robles, de la Escuela de Seguridad Ocupacional e Higiene Ambiental del TEC, destaca la importancia de contar con una ergonomía en el vehículo que nos permita adaptarlo a las necesidades y disminuir así el estrés. “Este espacio se convierte en uno de los que mejor debe adaptarse a las características de la estatura, tamaño de brazos y otras características propias de cada cuerpo” destacó Robles.
Por su parte, la ingeniera en diseño industrial y coordinadora del Laboratorio de Ergonomía de la Escuela de Diseño Industrial del TEC, Olga Sánchez, coincide en que los elementos ergonómicos: acomodo, distancia entre objetos para una correcta circulación sanguínea y cercanía con elementos del panel para movimientos rápidos y que mejoren la seguridad son parte básica a tomar en cuenta cuando se conduce.
Impacto económico
Para el economista de la Escuela de Administración de Empresas del TEC, Dr. Ronald Mora, el impacto ha sido radical con el colapso vial que se ha dado para el bolsillo, pero en especial para el estilo de vida.
Para el especialista, el consumidor puede sentir efectos en el mantenimiento de su vehículo al mismo tiempo que presenta incremento en el tiempo de traslados, lo que se traduce en la pérdida de tiempos para otras actividades. Además, no descarta la posibilidad de que se incrementen los productos y bienes físicos, por el aumento de la logística de traslado.
Sin embargo, destaca otras oportunidades de negocio que se pueden dar por ejemplo a nivel radiofónico, el comercio informal de ventas así como la posibilidad de potenciar contenidos en medios tecnológicos de consumo, durante los lapsos de espera en el medio de transporte.
Cambio de actitud
Para Rodríguez, el costarricense es dado a esperar siempre a lo último, por lo que la planificación es esencial para que la movilización no sea en contra del tiempo y produzca estados de ansiedad.
Las normas y sanciones nos hacen saber qué está mal o qué está bien, por lo que un fortalecimiento de estas, de la mano de una mejor educación en el ámbito vial son, para los expertos en psicología y sociología, dos de las acciones claves que ayudarían a mejorar la interacción social vial.
Los juicios culturales y morales son parte además de un modelo donde las actitudes, las conductas y los comportamientos deben modelarse de manera tal que impacten de manera positiva la interacción social y no de manera negativa como violencia física, verbal o psicológica.
La utilización de transportes alternativos y colectivos son parte asimismo de las soluciones. Es dejar de lado el automóvil como centro de actividad, y pasar a un modelo de menor impacto, de la mano de las tecnologías así como de una adecuada planificación vial.
No obstante, la mejora en las actitudes de manejo para peatones, conductores y otros actores del sistema urbano de movilización son la base de acción para que el proceso de desarrollo como ciudadanos, sea una expresión de respeto hacia nosotros mismos y los que nos rodean.