Hace 10 años, el planeta entero cayó en una de las recesiones económicas más recordadas de los últimos tiempos: la crisis económica mundial de 2008.

Costa Rica no se salvó de sufrir los efectos de ese momento histórico y presentó una significativa contracción en su actividad económica. Al igual que en muchos países en vías de desarrollo, ese hecho incidió directa e indirectamente en sus empresas, entes financieros y población.

A finales del año anterior, a casi una década de acontecida la crisis, el estudiante de Administración de Empresas del Tecnológico de Costa Rica (TEC), Hernán Rojas, dedicó su trabajo final de graduación a realizar un análisis sobre dicho tema.

Con el título “Comportamiento de las entidades integrantes del sistema financiero costarricense durante la crisis económica mundial de 2008”, Rojas presentó un estudio fundamentado en los balances contables e indicadores de bancos públicos, bancos privados, cooperativas y empresas financieras no bancarias del país. 

Según explicó el propio autor, en el análisis y procesamiento de datos utilizó herramientas y procedimientos como la estadística, minería de datos y ciencias de la computación. Como materia prima para su estudio sirvieron los balances contables desde enero de 2008 hasta diciembre de 2012, de cada uno de los entes financieros. Estos datos le fueron suministrados por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).

Líneas de balance contable como activos, pasivos y patrimonio de cada entidad fueron algunos de los datos tomados en cuenta. Además, se estudiaron los indicadores financieros contables, crediticios y operativos; así como las razones financieras de los bancos y demás entes.

La investigación cita el dato de que el periodo de “pre-crisis” inició en Costa Rica a partir de los primeros meses de 2008 y se mantuvo así hasta finales de dicho año. También indica que la crisis como tal llegó en 2009, cuando en los bancos se empezó a presentar contracción de la cartera crediticia al día, un bajo índice de endeudamiento y una alta concentración de pasivos.

Para el autor, estos son síntomas propios de un desequilibrio económico y todos juntos provocaron un incremento de la morosidad crediticia, escasez de recursos en los mercados de dinero y reducción en la diversidad de los mecanismos de captación al público.

Según el análisis, la post crisis comprendió el periodo de enero de 2011 a diciembre de 2012.

Otro de los aspectos determinados en la investigación fue el nivel real de afectación de los efectos de la crisis, que luego de los 60 meses consecutivos analizados, se descubrió que recaía en mayor medida en los bancos privados. Esto debido a la dificultad que tenían para captar recursos líquidos de bajo costo, la desaceleración en la colocación de créditos y el alto riesgo crediticio y cambiario de aquel momento.

Finalmente, el estudio señala las estrategias de mitigación implementadas por las entidades contra los efectos de la gran crisis: generar mayor cantidad de recursos al menor costo financiero posible, la generación de ingresos por intereses al propiciar los niveles de colocación y saldo de cartera crediticia adecuados, por ejemplo.

Publicación en TEC Empresarial

Debido a su destacado nivel de elaboración, la investigación completa de Hernán Rojas fue publicada en la más reciente edición de la revista TEC Empresarial. Puede encontrarla como documento adjunto al final de esta nota.

Dicha Revista sale cada cuatro meses de manera digital y es emitida por la Escuela de Administración de Empresas del TEC.

De acuerdo al investigador, su trabajo es importante porque facilita la comprensión del comportamiento, causas y consecuencias de un fenómeno económico de tal magnitud. “Debemos observar el mismo a través de una óptica distinta, de mayor sustento científico al utilizar herramientas y conocimiento de diversas disciplinas”, aseveró Rojas.

De la misma manera, este vecino de Moravia y con 16 años de experiencia laboral en el área de la banca, insta a todos aquellos estudiantes de cualquier carrera a desarrollar proyectos o ideas que profundicen en temas de impacto real.

“No todo está en la directriz de un profesor o en el cumplimiento de un requisito impuesto por un curso; no debemos tener temor ni la percepción de que el realizar un proyecto de esta índole es posible únicamente para profesionales del sector académico o laboral con un vasto currículo o grandes atestados educativos”, finalizó Rojas.