En defensa de la escritura

Por Erick F. Salas Acuña
Escuela de Idiomas y Ciencias Sociales, Campus Tecnológico Local San Carlos

31 de Julio 2024 Por: Visitante
Una mujer escribe en un alibreta datos obtenidos de una computadora.

Imagen con fines ilustrativos, tomada de Adobe Stock, con Licencia.

La escritura es la tecnología que nos ha permitido dejar registro como especie. Ninguna otra forma de vida con la que compartimos el planeta es capaz de plasmar su memoria y compartirla. Poder hacer esto nos ha facultado para acumular conocimiento y crear cultura, lo que se ha convertido en una ventaja para nuestra supervivencia. Sin embargo, más que un dispositivo de almacenamiento, nuestra habilidad para escribir es también una herramienta valiosa para el ejercicio del pensamiento.

Como sabemos, no escribimos como pensamos. Es la escritura la que nos permite traducir el pensamiento de manera articulada. Pero no solo eso, escribir nos ayuda a entender mejor nuestras ideas en tanto nos exige plantearlas con mayor orden, claridad, precisión y síntesis. No en vano se afirma que la escritura es una parte integral del proceso de comprensión. Por eso, que su enseñanza sea una parte fundamental del sistema escolar es clave para el mejoramiento de la calidad educativa.

Sin embargo, en Costa Rica, los últimos informes sobre el Estado de la Educación (PEN, 2021; 2023) son claros en mostrar los índices bajos en el desempeño del estudiantado en lectura y escritura, dos habilidades que van de la mano. Las razones de que esto sea así son diversas, pero las consecuencias son las mismas: estudiantes con dificultades para permanecer en el sistema educativo. Como señalan estos mismos documentos, estas destrezas son necesarias para el éxito en otras materias, razón por la su enseñanza es importante para garantizar el derecho a la educación.

Con todo, la preocupación por el desarrollo de esta habilidad continúa siendo un tema que enfrenta grandes retos, sobre todo luego de la aparición de herramientas de inteligencia artificial, y a las nuevas prácticas asociadas a su uso. La facilidad con que estas aplicaciones pueden generar texto para satisfacer distintos propósitos pareciera, en principio, una ventaja cada vez más atractiva para quienes quieren evitarse el trabajo que significa sentarse a poner por escrito sus ideas.

Sobre esto, el segundo informe sobre el uso de plataformas digitales en Costa Rica (CICOM, 2024) señala que un 9% de la población utiliza ChatGPT. Se trata de un perfil de usuarios conformado por jóvenes con estudios universitarios que disponen de la herramienta en contextos académicos y laborales. Si bien pareciera un pequeño porcentaje todavía, es de esperar que este aumente conforme las personas se familiaricen cada vez más con estas herramientas, y estas también se vuelvan más sofisticadas para responder a distintas necesidades.

No es difícil, por lo tanto, imaginar el impacto que tendrá la inteligencia artificial en la manera en que realizamos múltiples tareas, incluidas la escritura. La pregunta es hasta dónde esto puede ser un beneficio o, por el contrario, convertirse en una práctica que termine debilitando el acto de escribir como ejercicio del pensamiento. Si, por ejemplo, el uso de estas aplicaciones nos exime por completo del proceso de escritura, como parece ser la tendencia en algunos casos, no solo estamos frente a un problema ético, sino también epistémico: al negarnos a escribir, nos estamos negando a pensar.

Por esta razón, resulta necesario proponer usos adecuados de esta tecnología que aporten al desarrollo de la escritura y no la sustituyan. La capacidad de contextualizar temas, de leer y comparar fuentes para asegurar la veracidad de los contenidos, así como de expresar ideas propias, es una parte importante de los aprendizajes a los que nos sometemos cada vez que escribimos. Si bien el uso de la inteligencia artificial para producir la totalidad de un texto puede ser tentador, debemos aprender a utilizar estas aplicaciones sin renunciar a la escritura como una herramienta para favorecer el pensamiento crítico.

Después de todo, no hay que olvidar el potencial impacto político asociado al uso de estas tecnologías. En su libro sobre el tema, Coeckelbergh (2022) desarrolla ampliamente la idea de que la inteligencia artificial es propensa a reproducir las mismas estructuras jerárquicas, concepciones e ideologías de las sociedades de cuyos datos se alimentan. Así, lejos de constituirse en nuevos espacios para la emancipación de las personas, estos sitios se convierten en cámaras de eco para la discriminación, el racismo, el sexismo, la opresión, la injusticia, la desigualdad, entre otros.

Esta es la razón por la que emplear estas herramientas de manera indiscriminada puede resultar en un obstáculo para el libre pensamiento. Al eximirnos del poder transformador de la escritura, la inteligencia artificial corre el riesgo de convertirse en un instrumento para el debilitamiento de la democracia, haciéndonos más propensos a la desinformación, la polarización y la violencia, sustrato por excelencia para el surgimiento de ideologías populistas y totalitarias.   

Por eso, la escritura enfrenta en la actualidad el reto de tener que justificarse como una habilidad necesaria para el ejercicio de una ciudadanía crítica. De cara a los rezagos educativos que vive el país en esta materia, pero, sobre todo, al uso cada vez más extendido de aplicaciones de inteligencia artificial, defender la escritura como una herramienta de transformación social es una responsabilidad de todos los niveles educativos.

Formar en el uso correcto de estas tecnologías, reconociendo sus ventajas, pero también sus limitaciones, debe ser parte de los conocimientos de quienes usan estas herramientas, de manera que se conviertan en un complemento y no en un sustituto de la escritura. No cabe duda de que la inteligencia artificial influirá en cómo escribimos; la clave está en cómo aprender a utilizarla a nuestro favor.  

Bibliografía

Centro de Investigación en Comunicación de la Universidad de Costa Rica (CICOM). (2024). Nuestras Apps de cada día. Informe so riesgo de convertirse en un instrumento para el debilitamiento de la democracia bre el uso de plataformas digitales en Costa Rica. CICOM. https://cicom.ucr.ac.cr/wp-content/uploads/2023/04/Informe-Nuestras-Apps-de-cada-dia-Costa-Rica_.pdf

Coeckelbergh, M. (2023). La filosofía política de la inteligencia artificial. Una introducción. Cátedra.

Programa Estado de La Nación (PEN). (2021). Octavo Informe Estado de la Educación. CONARE-PEN https://estadonacion.or.cr/informes/

Programa Estado de La Nación (PEN). (2023). Noveno Informe Estado de la Educación. CONARE-PEN. https://estadonacion.or.cr/informes/