‘No se puede ser autónomo de las grandes demandas que tienen nuestras sociedades’: el papel de la extensión universitaria
- Franco Morán, de la Universidad Nacional de Córdoba, visitó el país para dar un taller formativo de extensión universitaria
La extensión y el trabajo con las personas es inherente al quehacer de la universidad, porque “no se puede ser autónomo de las grandes demandas que tienen nuestras sociedades contemporáneas”.
Así explica el Lic. Franco Morán uno de los principios que cimientan la labor de extensión de las casas de enseñanza superior en Latinoamérica.
Morán, trabajador social y experimentado extensionista de la Universidad Nacional de Córdoba, en Argentina, visitó Costa Rica para dar un taller sobre extensión universitaria, invitado por el Laboratorio Experimental de Ingeniería en Computación del Centro Académico de Alajuela del Tecnológico de Costa Rica (TEC).
Gracias a la gestión de este laboratorio –en colaboración con el Programa de Regionalización Universitaria del Conare–, Morán impartió un taller formativo de extensión universitaria los días 26 y 27 de abril, con participación de profesionales y estudiantes de la Universidad Nacional, la Universidad Técnica Nacional y el TEC.
Su estadía en el país también se aprovechó para que hablara de uno de los grandes hitos en la historia de las universidades latinoamericanas, pues justo en su casa de enseñanza nació hace 100 años la Reforma Universitaria de Córdoba, un movimiento estudiantil que se extendió por la región y sirvió para democratizar las universidades y asentar el carácter científico y social de las mismas.
El 25 de abril Morán presentó una charla sobre la autonomía universitaria en el Salón de Beneméritos de la Patria, en la Asamblea Legislativa.
Platicamos con Morán sobre la extensión universitaria, su visita a Costa Rica y los retos de las universidades latinoamericanas. A continuación un extracto de la entrevista:
¿Qué significa la autonomía universitaria para la Universidad de Córdoba?
Pensar los años de la reforma es pensar en todas las libertades que nos faltan, de todas aquellas cuestiones internas de nuestras universidades, y externas de la sociedad, que aún son pendiente y que aún necesitan de transformaciones y de involucramiento. Básicamente, lo que planteaban los reformistas, no era solo criticar una formación conservadora y reproductivista, sino también criticaban el aislamiento de las grandes necesidades de la mayoría de la población de nuestra América Latina, que justamente es uno de los continentes más desiguales del mundo y que creo que también sigue siendo pendiente de qué manera la universidad pública aporta a una realidad que nos interpela cotidianamente (...).
Esto del legado, parte tiene que ver, que fue una de las que dio comienzo a dar relevancia como una de las funciones universitarias fundamental, que es la extensión universitaria y que sigue siendo todavía una de las funciones que viene menos apoyada, o que todavía requiere de mayores esfuerzos y acompañamientos de toda la comunidad universitaria.
¿Cómo se relaciona el tema de la extensión universitaria con la autonomía?
El tema de autonomía es un concepto siempre discutible, no es un concepto que se pueda describir a priori, no es un principio en sí mismo, sino que tiene que ver con cómo las autonomías son relativas en función también de proyectos políticos, de proyectos de universidad, de proyectos de país (...).
Por eso se dice, es necesario tener autonomía de todos los intereses corporativos, individualistas, mezquinos; pero no se puede ser autónomo de las grandes demandas que tienen nuestras sociedades contemporáneas.
¿Cuáles son los principales retos internos que deben enfrentar las universidades latinoamericanas para ser más efectivas en la extensión?
En un punto de vista particular, de lo que es nuestros debates en la universidad pública argentina y cómo cada universidad interpreta la cuestión de la extensión, en Argentina, en Brasil, y en Uruguay, sobre todo, es un proceso primero de jerarquizar la extensión, porque venía siendo una función bastante descuidada y por ende con poco apoyo institucional. Además, la institucionalización de distintos dispositivos y mecanismos para formalizar distintas iniciativas y prácticas extensionistas. Por lo cual hay un primer punto que yo creo que es una de las funciones que mayor impacto logra en la sociedad, pero que viene siendo la función, a diferencia de la investigación y la docencia, que menos financiamiento tiene (...).
La jerarquización también implica lo presupuestario, implica el recurso humano, implica la infraestructura y, además, un punto clave que trabajamos durante el curso, es la necesaria coordinación para optimización de los recursos. Hace falta mejorar la coordinación entre las prácticas universitarias extensionistas de distintas unidades académicas, de distintas universidades públicas. También la coordinación de los esfuerzos, que la extensión por lo general se da en espacios sociales, territoriales, comunitarios, con la coordinación con otras políticas públicas, con otros organismos del Estado, que también están presentes en muchos de los espacios, de los territorios, de las temáticas que trabajan los proyectos extensionistas.
Después hay otros puntos que tienen que ver con cómo la extensión desarrolla una actividad integrada con la investigación y la docencia, y no es una función fragmentada. Que camine paralelo con las otras funciones universitarias. Obviamente, también que todas nuestras formaciones curriculares de todos nuestros estudiantes tengan asignaturas o prácticas preprofesionales que ejerciten lo que tiene que ver con la extensión, entendiendo que la extensión es además una fuente de construcción de conocimiento y de diálogo de saberes, importantísimo y que completa, y profundiza aún más la capacitación que pueden tener las profesiones.
Morán facilitó un taller formativo en extensión universitaria, desarrollado los días 26 y 27 de abril en el edificio Luis Alberto Mong de la UTN, en Alajuela. En este taller participaron 29 personas de la UNA, la UTN y el TEC. Fotos: Cortesía Centro Académico de Alajuela.
En Latinoamérica muchas veces se ha visto la extensión como un servicio social asistencialista o como transferencia de conocimiento. ¿Cree que falta mucho de explorar en cuanto a ver la extensión como fuente de conocimiento?
Es un aspecto que se remarca muchísimo también para plantear un modo de pensar, la extensión que no ha sido hegemónica, sino que más bien se pudo expresar en los últimos 15 años, por lo menos en América del Sur, que plantea básicamente la perspectiva de la extensión como diálogo de saberes y no solamente como un proceso. Que si realmente se da con responsabilidad y con generosidad, posibilita el aprendizaje mutuo del universitario y el no universitario. También en la posibilidad de reconocer otros saberes, no científicos, como saberes fundamentales para poder pensar al límite que el conocimiento científico hoy tiene. Creo que falta mucho explorar y falta mucho para desarrollar en ese sentido, pero que claramente lo estamos viendo en algunos proyectos, por lo menos que nosotros trabajamos.
En el taller desarrollado en Costa Rica, ¿cuáles fueron las principales temáticas que se abordaron?
Constitución histórica y fundamentos de la extensión universitaria; perspectivas epistemológicas sobre la relación entre conocimiento científico y conocimiento común; coordinación interinstitucional entre las universidades y las políticas públicas, integralidad de funciones universitarias y diálogo de saberes.
¿Cómo estuvo el intercambio de ideas?
Yo quedé muy satisfecho porque la idea del curso era una metodología de taller que validara y permitiera la participación y reflexión de los asistentes, no estaba pensado como una cuestión expositiva solamente. Nos encontramos con estudiantes y docentes, de varias universidades, con muchísimas inquietudes respecto a la extensión, con muchísimas preocupaciones en relación al rol de la universidad, en relación a la extensión, que creo que en muchos casos salió como un tema recurrente ‘¿cuál debe ser nuestro rol de la universidad pública ante distintas situaciones?’. Pero realmente fue un espacio muy interactivo en el que circuló mucho la palabra y permitió empezar a generar un ámbito colaborativo de distintas universidades públicas de Costa Rica.
¿Cuáles estrategias han encontrado ustedes efectivas para impulsar de mejor manera la extensión universitaria?
En el 2007, la universidad empezó un proceso político institucional que priorizó y jerarquizó el desarrollo de las políticas extensionistas, no solo desde su área central, sino colaborando con las facultades y unidades académicas. No solo fortaleciendo la asignación presupuestaria para el desarrollo de distintos programas de becas, proyectos de subsidios y nuevos programas que incentivaron la actividad extensionista, sino también generando ámbitos de reflexiones y de discusión a partir de distintos congresos y foros, de debates y de presentación de trabajos académicos sobre el tema extensionista, que creo que eso también colabora muchísimo.
Después, sobre todo un trabajo creciente, de articulación de las iniciativas extensionistas con las iniciativas de las políticas públicas, en los contextos locales en los que están insertas las universidades. También la necesidad de que esto se vaya curricularizando en todas las carreras o haya asignaturas comunes a todas las carreras, o las carreras empiecen a tener una dimensión de la práctica sociocomunitaria. Son cuestiones que a nosotros nos han dado grandes resultados, nos han dado una gran enseñanza, nos ha permitido repensar y hacernos preguntas que tal vez no teníamos antes.
¿Qué perspectiva le dejó su visita a Costa Rica?
Veo una muy buena predisposición de algunos colegas universitarios del TEC; además de ser una universidad con muchísimo potencial. Herramientas tecnológicas para afrontar diversas problemáticas implican poseer un capital enorme en un mundo tecnologizado. La experiencia de sede (Centro Académico de Alajuela) con su proyecto de Laboratorio Experimental lo demuestra. Lo interesante es que la extensión es un proceso continuo, siempre queda mucho por crear y generar.
Por otra parte, la cooperación y colaboración entre universidades públicas en materia de extensión es fundamental. Es más, es un ámbito en que fluye muy fácilmente la ayuda mutua. En mi caso ya estoy colaborando en un proyecto del TEC. Además estamos pensando en actividades de intercambio entre diferentes experiencias extensionistas que involucran a la tecnología en las universidades de América del Sur y el Caribe.