Fotos: Ruth Garita / OCM

El Tecnológico de Costa Rica celebró este viernes 9 de setiembre, su graduación número 247, correspondiente al primer semestre del año 2016.

En esta ocasión se graduaron 277 hombres y 203 mujeres, entre ellas Analí  Vargas Calderón, quien mediante una entrevista a “Hoy en el TEC”, comenta su experiencia como estudiante, proveniente de una zona alejada: la provincia de Limón.

Ánali Vargas Calderón ingresó al Tecnológico de Costa Rica en el año 2011 y hoy es una orgullosa graduada de esta Institución de Educación Superior.

Con  22 años de edad, y proveniente de la zona de Guápiles, Pococí, provincia de Limón, recibió el título en la carrera de Ingeniería en Seguridad Laboral e Higiene Ambiental (ISLHA).

“Una de las mayores dificultades que tuve para ingresar a la universidad fue dejar mi casa y mi familia, para enfrentarme por mi misma, al desafío de estudiar, y saber que no sólo cargaba con esta responsabilidad, sino también con la de administrar el restringido presupuesto "patrocinado" por mi mamá y distribuirlo entre compras, estadía, servicios de agua, luz, internet, y otros; ya que mi beca solo cubría los derechos de estudio”.

“El graduarme representa para mí la culminación de una etapa muy importante en mi vida, la primera de muchas metas por cumplir. Es una gran satisfacción saber que tuve la oportunidad de estudiar en una universidad tan prestigiosa y logré concluir con éxito”.

“Sin lugar a dudas, tengo la confianza de que estoy, bien preparada para enfrentarme de la mejor manera al mundo laboral”. 

“El TEC es una universidad de calidad y haber alcanzado este título me llena de orgullo y me ha abierto y me abrirá  muchas puertas”. 

Durante sus años de estudio, Analí, tuvo la dicha de contar con personas incondicionales, que la apoyaron en todo, entre ellos sus amigos y compañeros, que fueron muchos y con los que compartió momentos felices y ratos tristes, como ella misma manifiesta:

“Recuerdo que en varias ocasiones llegué a parar al hospital por las intensas migrañas producto de las innumerables "palmadas", también llegué a padecer problemas digestivos por el estrés… Todo sacrificio tiene su recompensa y fueron más los lindos momentos que viví. El TEC se volvió parte de mi vida y ahora me voy con muy buenos amigos, experiencias inolvidables y al fin puedo decir que tanto esfuerzo valió la pena”. 

En  la fotografía anterior aparecen varias de las compañeras, que también se graduaron junto a Anali: Irina Morales, Andrea Simón y Erika Vindas; todas de la carrera de ISLHA, además de Rocie Gamboa de la carrera de Ingeniería en Biotecnología.  

Su madre,  Ana Giselle Calderón Solano está orgullosa por la obtención del título de su hija, ya que es  la  mayor y la primera que se gradúa de una universidad. 

“Ella hizo hasta lo imposible porque yo estudiara, comenta Analí y ahora ver como tanto esfuerzo rinde  frutos, es  muy gratificante para ella. De alguna forma espero ser ejemplo de perseverancia y dedicación para mis dos hermanos Jose Pablo y María Mercedes”.