En las altas montañas del sur de Perú, donde el cambio climático amenaza la supervivencia de la agricultura tradicional, las comunidades de Carmen Alto y Koriñahui buscan destacarse por su notable capacidad de adaptación.
Estas comunidades quechuas, situadas a más de 3.900 metros sobre el nivel del mar, han desarrollado una serie de conocimientos ancestrales que les permiten enfrentar los extremos climáticos y conservar su valiosa agrobiodiversidad, la cual, incluye plantaciones de productos como la papa, quinoa, cañihua, tarwi, coca, papaliza, izaño y avena, entre otros.
Esta riqueza cultural y científica, así como de productos agrícolas, mantienen la eficacia y calidad de producción gracias a conocimientos milenarios; actividad que ha sido el objeto de estudio principal en la investigación de tesis doctoral del peruano Zenón Porfidio Gomel Apaza, en el marco del Doctorado en Ciencias Naturales para el Desarrollo (DOCINADE), [2] posgrado interuniversitario del Tecnológico de Costa Rica (TEC), la Universidad Nacional (UNA) y la Universidad Estatal a Distancia (UNED).