Las asociaciones que cultivan ostras y mejillones en las islas y costas del golfo de Nicoya recibieron el apoyo de universidades nacionales e internacionales para seguir creciendo y ofreciendo al mercado un producto innovador, de gran valor nutricional y totalmente seguro para el consumo. Esto por medio del proyecto Ecomar [2], que financió la Unión Europea (UE).
[2]Ecomar es una investigación única en su clase, ya que es el primer estudio de contaminantes emergentes en aguas marinas de Costa Rica y Centroamérica, a la vez que culminó con capacitaciones y un manual de buenas prácticas, para que las personas que cultivan estos moluscos puedan asegurar a sus clientes la inocuidad en sus productos.
“Los contaminantes emergentes empezaron a estudiarse hace más de 20 años en Europa, en Asia y en África. Pero en Latinoamérica los estudios son escasos o incluso inexistentes. La gran mayoría de los esfuerzos en Latinoamérica se han concentrado en agua dulce, la información que corresponde a agua de mar y zonas costeras es muy limitada y ni decir en lo que corresponde a organismos acuáticos, sean ostras, mejillones o peces”, explica la Dra. Nancy Ariza Castro, investigadora de la Escuela de Química del TEC [3].
Según Ariza, el estudio de contaminantes emergentes sirve para diagnosticar la salud del medio ambiente acuático: “para evaluar la salud de esas zonas podemos utilizar organismos que son filtradores, como los moluscos, los cuales se pueden considerar como organismos de muestreo pasivo que nos permiten mapear por periodos prolongados de tiempo cómo está la salud del medio ambiente acuático donde éstos se encuentran”.
“El interés de esta investigación es levantar alertas y diagnosticar las fuentes de contaminantes emergentes a las cuales se les debe prestar atención, para que dicha contaminación no aumente en la zona de estudio”, detalló Ariza.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las concentraciones de contaminantes emergentes que se han encontrado en los medios acuáticos marinos son ínfimas, por lo que no representan un riesgo inmediato para la salud humana. Sin embargo, advierte que es necesario continuar realizando estudios a largo plazo, porque la descarga continua de residuos de este tipo de sustancias puede potencialmente generar algún efecto adverso.
El proyecto Ecomar es liderado por el Tecnológico de Costa Rica (TEC) [4], y cuenta con la participación de otras universidades públicas, como lo son la Universidad Nacional (UNA) [5], la Universidad Estatal a Distancia (UNED) [6] y la Universidad de Costa Rica (UCR) [7]; junto a la Universidad de Montpellier (Francia) [8] y la Universidad Federal de Sao Paulo (Brasil) [9].
Este proyecto es financiado por la Unión Europea (UE) [10], bajo la coordinación del Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplan) [11]. En el marco de Desarrollo en Transición [12], actualmente se ejecutan tres proyectos innovadores que inciden en el cumplimiento de metas del Plan Estratégico Nacional 2050, iniciativas que se desarrollan en las comunidades costeras y fronterizas, con un enfoque de género y de descarbonización de la economía.