Para quienes lo conocen y saben de su altísimo nivel y destacada trayectoria nacional e internacional, no fue una sorpresa el hito que logró Luis Alejandro Castro Coto en el atletismo de los más recientes Juegos Universitarios Costarricenses (JUNCOS).
¿Se imagina usted a alguien que en dos días de competencias logre colgarse en el cuello tres medallas de oro?
Pues este vecino de Cipreses de Oreamuno se lo planteó como objetivo, trabajó para ello y lo consiguió en la pista de atletismo de la Universidad Nacional (UNA), en Heredia.
“Loco”, como es conocido cariñosamente en todo el país y en el Tecnológico de Costa Rica (TEC) [2] –su casa de estudios desde 2017–, no dejó posibilidades para sus competidores en las carreras de 1.500, 5.000 y 10.000 metros planos, siendo su desempeño motivo de la admiración del público y de los demás atletas que se encontraban en los alrededores de las instalaciones deportivas.
Su racha comenzó el 17 de mayo, cuando con un tiempo de 15:52.54 se hizo con los 5.000 metros planos. Apenas unas horas después, el éxito se repitió en los 1.500 metros planos, con una marca de 4:10.74, y el viernes 19 de mayo cerró con su tercera medalla de oro en los 10.000 metros planos, llegando con su 33:53.66 a la meta con más de un minuto de ventaja sobre el segundo lugar.
Este logro a nivel universitario se une a un currículo extenso de participaciones y triunfos que tiene Castro Coto en competiciones por América Latina, Estados Unidos y Europa; incluso conformando la selección nacional de atletismo en repetidas ocasiones, tanto en pista y asfalto, como en campo traviesa.
Para obtener estos resultados, el joven de 27 años asegura entrenar los siete días de la semana; cumpliendo generalmente con su práctica desde las cinco de la mañana y sin importar las condiciones adversas que se puedan presentar.
Luis Alejandro proviene de una familia dedicada a la agricultura, como es usual en la zona norte de Cartago. Esto, según él, le ha facilitado su exigente estilo de vida. “Solo por el entrenamiento logro mis metas y mentalmente me siento muy bien y mejor capacitado por haber trabajado mucho en el campo. Eso me ha hecho muy fuerte”, aseveró Castro, quien además recomienda aplicar el denominado “entrenamiento invisible”, que consiste –entre otras cosas– en dormir suficientes horas, hidratarse, comer bien y pensar siempre en positivo.
En adición al enorme esfuerzo y la disciplina con la que rige su vida como deportista y estudiante, Castro cuenta que el llevar la carrera de Ingeniería en Agronegocios [3] le ha sido útil para mejorar su preparación.