Los resultados del vuelo suborbital del Proyecto MUSA [2], que se realizó en noviembre pasado, fueron positivos, ya que se validó la operación de los sistemas mecánicos, electrónicos y de software, del experimento.
Esta iniciativa, liderado por la empresa Orbital Space Technologies [3] (OST) –creada por estudiantes del TEC–, consiste en dos etapa: la primera fue el vuelo suborbital a bordo de un cohete de Swedish Space Corporation [4] (SSC), y la segunda será enviar el experimento a la Estación Espacial Internacional (ISS, en inglés).
La finalidad del proyecto, en el que colaboran distintos especialistas y laboratorios del TEC, es aportar al estudio del Mal de Panamá, que amenaza a las plantaciones de banano de todo el mundo, mediante el análisis de la interacción en microgravedad del hongo Fusarium oxysporum f.sp. cubense raza 1, causante de la enfermedad, y su antagonista natural, el Trichoderma harzianum.
A la vez, se quiere comprobar la tecnología y la capacidad instalada en Costa Rica para realizar este tipo de investigaciones de alto nivel en el espacio.
En esta primera etapa, los estudiantes y especialistas del Tecnológico de Costa Rica (TEC) [5] lograron constatar que el dispositivo diseñado para el experimento reaccionó adecuadamente a las exigencias de un vuelo espacial y que se integró adecuadamente a los sistemas del vehículo.
Además, comprobaron que se mantuvo las condiciones requeridas para la supervivencia de los hongos, de manera que puedan interactuar en el espacio y que el experimento funcione como fue diseñado.
También funcionaron adecuadamente las cámaras y sensores de monitoreo.
“Estamos satisfechos con los resultados, porque nos reafirma que vamos por un buen camino y valida la ingeniería que representa la base para el experimento orbital y demás misiones por venir”, comentó Valeria Dittel Tortós, jefa ejecutiva de Orbital Space Technologies.
Una importante lección aprendida, aseveran los investigadores, es que se pueden optimizar los mecanismos de contención de fluido, para mejorar la integridad del sistema de distribución hidráulico.
“Es información invaluable para prepararnos para la ISS. Fue posible observar que la bomba funcionó de manera correcta entregando fluido a las muestras durante su estado activo en microgravedad. Sin embargo, el sistema de sellos aún puede mejorarse y estamos contentos de haber encontrado este punto de mejora ahora, lo que nos permitirá llevar el producto más robusto a la plataforma orbital”, comentó Carlos Rodríguez Delgado, jefe de operaciones de OST.