Dos investigaciones de la carrera de Ingeniería Ambiental [2], del TEC [3], utilizaron tecnologías avanzadas y técnicas novedosas, como son la modelación a partir de datos e imágenes satelitales, procesamiento de información geográfica y aprendizaje automático (machine learning), para proyectar la contaminación que llega a los ríos y cuencas de agua de Costa Rica.
Estos estudios revelan una alerta temprana de que los principales humedales de Costa Rica, como los son el de Sierpe, en Osa, y los de Tortuguero, en la costa Caribe, podrían estar recibiendo grandes cantidades de nitratos provenientes, principalmente, de los fertilizantes utilizados en la actividad agrícola.
Ambas investigaciones fueron hechas como tesis de grado por los estudiantes de Ingeniería Ambiental Joseph Rojas Zamora y Gabriela Chaves Brenes, con el apoyo del Centro de Investigación en Protección Ambiental (CIPA) [4], del TEC, y el Laboratorio PRIAS [5], del Centro Nacional de Alta Tecnología (CeNAT-CONARE).
Ellos, junto a la investigadora máster Laura Hernández Alpizar –tutora de ambas tesis–, apuntan a que estos estudios demuestran la capacidad del modelaje y métodos de computación con base en la inteligencia artificial para potenciar el uso de las bases de datos nacionales e internacionales de acceso abierto.
Hernández señala que estos productos de investigación aportan información muy valiosa para que instituciones nacionales, como las municipalidades, puedan usarla en la definición de planes reguladores del territorio o en la realización de mediciones ambientales, entre muchos otros usos. También para que los sectores productivos agrícolas puedan gestionar mejor su actividad y su eficiencia en el uso de fertilizantes y otros recursos.
Mientras que para el máster Iván Ávila Pérez, investigador del Laboratorio Prias, la validez es que estas investigaciones permiten, por medio de la teledetección y el uso de bases de datos, tener una visión amplía y rápida del comportamiento de los cuerpos de agua.
“Son investigaciones bastante importantes porque los recursos hídricos usualmente son difíciles de estudiar continuamente. El país tiene toda una normativa de calidad de agua, pero usualmente los estudios para verificar esa calidad de agua y el estado de los cuerpos hídricos se hacen con estudios de campo, y eso implica más gasto de recursos de tiempo, de personal”, complementó Ávila.