El festival Amón Cultural regresó a la presencialidad completa y con él volvieron al protagonismo la arquitectura, música, danza, teatro, pintura, gastronomía y mucho más actividades cotidianas del hermoso rincón de San José que son los históricos barrios Amón y Otoya, y sus alrededores.
Y es que el público no dejó pasar la oportunidad de meterse a “vinear” por esas patrimoniales casas que conforman la barriada, pasar por el Museo TEC, escuchar a la Fuerza Pública cantar, disfrutar de un torneo de breakdance o cerrar la noche con “olor a agua” en un concierto bajo la lluvia de la agrupación Malpaís.
Amón Cultural 2023 fue extenso, tanto en variedad como en duración: desde las 8 a.m. hasta terminado el día no paró la actividad, con todo tipo de expresiones artísticas y culturales. Y eso que, según sus organizadores, esto es solo una muestra de lo que esta zona ofrece los 365 días del año.
“Amón Cultural es un proyecto permanente, pasa con actividades desde la academía a lo largo de todo el año, como conversatorios, exposiciones, charlas, proyectos de investigación y extensión con estudiantes, vinculación con las carreras del Campus Tecnológico Local San José, trabajo con la comunidad en temas de seguridad.
“Pero se busca generar un evento que sea muy atractivo y donde la gente pueda venir y, en un día, darse una idea de lo que pasa en los barrios a lo largo del resto del año. Es una pincelada de lo que ya está instalado en la zona”, comentó el arquitecto Juan Pablo Campos, productor general del festival y funcionario de la Unidad de Cultura y Deporte del TEC en San José. [2]
Según el productor, más de 15.000 personas podrían haber disfrutado esta edición del festival, en 32 ubicaciones distintas.
Campos destacó la coordinación de más de 50 comercios, instituciones y organizaciones de la zona, para que el festival sea un éxito. También el soporte financiero de Coopecaja y de la Municipalidad de San José, que además apoya en la logística.