La embajadora de la Unión Europea en Costa Rica [2], María Antonia Calvo Puerta, junto a sus similares de Países Bajos, Alemania e Italia, visitaron esta semana la cooperativa Osacoop, en La Palma de Puerto Jiménez, península de Osa, para conocer el avance del proyecto que el Tecnológico de Costa Rica (TEC) [3] desarrolla en la zona e inaugurar el secador solar de cacao financiado por la misión europea.
La iniciativa, de nombre Osagro, es coordinada por especialistas de la Escuela de Agronegocios [4] del TEC, junto a investigadores del Campus Tecnológico Local de San Carlos. Cuenta con financiamiento de la Unión Europea y es coordinado con el Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (Mideplan) [5], pues además forma parte del Plan Estratégico Nacional 2050 (PEN).
Consiste en apoyar a familias agricultoras de la zona para diversificar la producción del cultivo de la palma aceitera, de forma que tengan sistemas productivos más resilientes al cambio climático y a los vaivenes del mercado.
Al mismo tiempo se mejoran las capacidades productivas de la cooperativa, por medio del centro de acopio de cacao que se inauguró el 23 de enero; este incluye fermentadores con capacidad para tonelada y media del grano y un secador solar con una capacidad de 600 kilos .
“La verdad es que estoy bastante impresionada, es impresionante lo que se ha conseguido en un año (...). Fue una selección bastante dura, porque había 70 proyectos y solamente tres elegidos, entonces la base del llamamiento era poder identificar proyectos que tuvieran una capacidad transformadora de la economía y del tejido social, y este yo creo que es uno de estos proyectos que puede cambiar los medios de vida siendo al mismo tiempo sostenible y amigable con el medio ambiente“, comentó la embajadora Calvo.
Como parte de este proyecto, se le está brindando acompañamiento y material a 16 familias para que establezcan parcelas de cultivos diversificados, que incluyan vainilla, cacao, árboles frutales, musáceas (plátano o banano) y hasta árboles maderables. Esto ayuda a mejorar la salud del suelo, a aumentar los servicios ecosistémicos y la biodiversidad, al tiempo que propicia fuentes alternativas de ingresos.
Carlos Robles, docente e investigador de la Escuela de Agronegocios, explicó que el proyecto fue ampliado a una segunda etapa en la que se construirá una planta agroindustrial en la cooperativa y se trabajará en conjunto con los productores para establecer el desarrollo de productos de valor agregado, como nibs o licor de cacao (base para la elaboración de confitería).
“Esta mezcla de cultivos en sistemas agroforestales lo que va a hacer es ayudar a mejorar la producción y la sostenibilidad, tanto económica como ambiental, de los productores. Son 16 familias beneficiadas en un inicio, pero lo que aprendamos todos aquí se puede extender a más productores de la zona“, argumentó Robles.