Desde que presentó hace dos años su tesis sobre arboricultura para obtener su título como Ingeniera Forestal del Tecnológico de Costa Rica (TEC) [2], Carolina Alfaro Rojas ha enfocado su esfuerzo profesional en pro del correcto establecimiento y mantenimiento de árboles y la vegetación en las ciudades.
La egresada se desempeña desde 2021 en la Contraloría Ambiental de la Municipalidad de Santa Ana y su trabajo consiste, entre otras labores, en evaluar la condición de los árboles, determinar y calificar el riesgo en relación con los bienes y servicios públicos y de terceros. El potencial de caída de los árboles o parte de ellos, la afectación de las raíces, estado fitosanitario, gestión de hojarascas sobre la vía pública, causas de alergias en personas y conflicto con del tendido eléctrico; son sólo algunas de las variables que la profesional analiza y previene.
La planificación de espacios por construir y que incluyan árboles en su diseño, es otra de las especialidades del trabajo de Alfaro Rojas, quien asegura que precisamente ese aspecto es de suma importancia y se debe tomar siempre en cuenta en los proyectos.
De acuerdo con la ingeniera, algunos de los beneficios de los árboles en los espacios urbanos son:
- Proveen de sombra.
- Regulan la temperatura.
- Capturan carbono.
- Generan redes de conectividad entre los ecosistemas y áreas verdes mayores, lo cual beneficia a la fauna: aves y otros animales que se pueden desplazar por medio de ellos.
- Regulan la infiltración del agua, lo cual permite que las vías no se inunden.
- Capturan partículas contaminantes como los metales pesados.
No obstante, de acuerdo con la ingeniera, hay un vacío de formación en las personas en el tema específico de los árboles que hace que no se aprovechen al máximo. Esto porque existe una desconexión de la ciudadanía con la educación ambiental y muchas veces se percibe a un árbol como un estorbo o problema, ya que en un principio se plantó sin planificación ni criterio técnico. Educar al respecto desde el gobierno local o desde la academia, es la propuesta de Carolina para solventar esa situación.
Para llevar a cabo un correcto proceso de arborización en zonas urbanizadas, Alfaro Rojas señala que se debe contar con árboles de buena calidad, además deben de protegerlos del viento, guiar el crecimiento de la raíz y proveerles una buena hidratación. De no tomar en consideración esos aspectos, las comunidades se exponen a tener que enfrentar en un futuro los altos costos de mantenimiento de un árbol desequilibrado y los peligros antes mencionados.
“Se debe apostar por el diseño de áreas verdes, previniendo que no se conviertan en grandes parches, con altas temperaturas y que incluso puedan ser contraproducentes para la salud. Las constructoras normalmente se enfocan en cuántas más casas y parqueos puedan caber en sus instalaciones, dejando de lado los beneficios a mediano y largo plazo de colocar árboles”, comentó la experta, proveniente de Rio Claro de Golfito.
Uno de los principales aportes que su paso por el TEC le ha dado a su carrera profesional es el alto nivel de exigencia que la Institución tuvo siempre sobre ella durante su formación, lo cual le creó una necesidad de excelencia en su trabajo. “Una sale acostumbrada a la fuerte exigencia en la parte metodológica y académica que vivió en el TEC, lo cual te convierte en una profesional mejor”, agregó.
Carolina Alfaro Rojas cursó su carrera de 2012 a 2020 en el Campus Central de Cartago del TEC, siendo acreedora de la beca Mauricio Campos y actualmente forma parte de la Asociación Costarricense de Arboricultura. Su trayectoria incluye participaciones en el segundo y tercer Foro de América Latina y del Caribe sobre Bosques Urbanos, eventos realizados en Colombia y México, siendo incluso en el último expositora sobre el trabajo que se realiza en los parques del cantón de Santa Ana.