Según Redondo, alcalde de Cartago, el panel no se limitó a las zonas tradicionalmente agrícolas de Cartago (los distritos de Llano Grande, Tierra Blanca, Corralillo y Quebradilla), sino que contempló también la relación del área más urbana en las iniciativas de negocio, así como de territorios colindantes con el cantón.

Por su parte, Ronald Alvarado, director de la Escuela de Administración de Empresas, apuntó a la importancia de este tipo de asociaciones para que el sector académico aporte al país:

“Como Universidad tenemos conocimiento, tenemos laboratorios, equipos, hay mucha experiencia..., pero esto requiere ser compartido a nivel de la sociedad y sabemos que hay sectores que tienen necesidades muy puntuales. Así que como Universidad y como Escuela, lo que estamos buscando es fortalecer todo lo que es la vinculación, con el fin de ayudar a construir realmente al crecimiento socioeconómico del país”, argumentó Alvarado.

Respecto a las facilidades de la Escuela de Administración de Empresas, Alvarado mencionó que laboratorios, como los de neuromarketing o economía experimental [7], pueden servir para que los productores de este país prueben sus productos y generen innovación en el mercado.

Carlos Pontigo Aguilar es dueño de una empresa llamada Berrys de Costa Rica, ubicada en Llano Grande de Cartago. Él ha trabajado dos proyectos con el TEC y describe los resultados como “excelentes”, por lo que le interesa que esos conocimientos sean tomados en cuenta para el desarrollo de políticas en la zona.

“Es muy importante tener juntos a la academia, los gobiernos y los productores, porque al final son los tres pies que debe tener una mesa. Un productor puede producir, pero lo que la academia hace en la parte de investigación, desarrollo, en la parte de nuevas tecnologías, en la parte de nuevos procesos..., es una oportunidad que uno debería de aprovechar. Y el interés del gobierno local en desarrollar al agricultor al final es de muchísima importancia”, comentó Pontigo.

Para Marianela Gamboa Murillo, docente e investigadora de Agronegocios, la relación es de ganar-ganar, pues tanto investigadores como estudiantes se benefician enormemente del acceso a las condiciones reales de producción.

“El hecho de que nosotros tengamos grandes actividades de investigación en el TEC, nos permite ayudar a los productores a mejorar sus capacidades, sus oportunidades y a desarrollarse como productores, en general. Es una responsabilidad que tenemos como universidad y que desarrollamos con mucho gusto”, acotó Gamboa.