El Tecnológico de Costa Rica [2] se dejó el primer y segundo lugar en la rama masculina del Primer Torneo Individual Universitario de Ajedrez desarrollado de forma presencial en el Campus TEC San José [3] el pasado 4 de junio.
Mateo Espitia Torres, estudiante de Ingeniería Ambiental, alcanzó el primer lugar con un total de 8 puntos. Mientras tanto, José Daniel Rodríguez Jiménez, estudiante de Ingeniería Forestal, se ubicó en el segundo lugar al obtener 7½ puntos.
Por su parte, en la rama femenina, la Universidad de Costa Rica [4] se dejó los primeros dos lugares, gracias al desempeño de Kristel Melissa Díaz Charpentier y Jennifer Acevedo Méndez. En esta categoría, las representantes del TEC mejor ubicadas en la clasificación final fueron Victoria Sandí Barrantes, estudiante de Ingeniería en Computación, quien logró el quinto lugar; y Priscila Campos Astorga, estudiante de Biotecnología, quien alcanzó el sexto puesto.
El torneo contó con la participación de 85 atletas de las cinco universidades estatales. De ellos, 33 en la rama femenina y 52 en la masculina. La organización estuvo a cargo de las Unidades de Cultura y Deporte de los Campus Tecnológicos de San José y Cartago y de la Comisión de Deportes del Consejo Nacional de Rectores (Conare).
Nelson Cordero Maroto, docente de la Escuela de Cultura y Deporte [5] del Campus TEC San José y entrenador del equipo de ajedrez del Tecnológico, explicó que el torneo se jugó con un formato conocido como “Sistema Suizo”, en el que se ordenan los participantes según su nivel Elo, el cual mide la habilidad relativa de cada jugador.
“El torneo inició a las 8:00 a.m. con los actos protocolarios e indicaciones del árbitro del evento y la primera ronda arrancó a las 8:30 a.m. Se realizó en un día y se jugaron nueve rondas o partidas en todo el día. Hay que recordar que todos los ajedrecistas juegan las nueve partidas. La actividad finalizó alrededor de las 5:00 p.m.”, detalló Cordero.
Para Espitia, el ajedrez empezó como un juego muy divertido que, poco a poco, se tornó en algo muy importante en su vida porque su constante práctica le ha permitido conocer a sus mejores amistades y tener lindas experiencias en los torneos en los que ha participado.
“Para mí, la mejor manera de crecer en el ajedrez es jugándolo. Como estudiante, su práctica me ayuda a la resolución de problemas, sin embargo, me quita mucho tiempo”, reconoció el ganador del primer lugar.
Por su parte, Rodríguez confesó que el segundo lugar lo tomó por sorpresa porque su intención era solo “pasar el rato”, de ahí que considere que las cosas salen mucho mejor cuando se disfrutan. Cuenta que empezó a jugar ajedrez hace unos 7 años cuando cursaba la secundaria.
“Al principio lo usaba solo como un 'hobby', pero cuando me enteré de que existían clubes de ajedrez empecé a tomarlo más seriamente. Sin embargo, tuve que dejarlo de lado un poco cuando entré a la universidad porque no tengo tiempo suficiente”, añadió.
Por su lado, Sandí destaca que el ajedrez la ayuda en todos los aspectos de su vida, especialmente con los estudios, ya que le enseña a pensar de una forma crítica y mejora su concentración. Además, considera que le ayuda a sobrellevar la carga académica y a disminuir el estrés.
Si bien reconoce que aún le falta mucho por aprender y desarrollar en este deporte, señala que su nivel obedece al esfuerzo y perseverancia de años de entrenamiento y a la ayuda de muchas personas, entre las que destaca a entrenadores, compañeros, amigos y familiares, sin dejar de lado los dones que Dios le ha dado.
“El ajedrez ha formado parte de mi vida desde muy pequeña. Conocí el deporte cuando estaba en la escuela y, desde entonces, es mi pasión. Jugar ajedrez es parte de mi día a día, va más allá de ser solo un juego o un deporte para mí”, subrayó.
Para Campos fue muy agradable volver a los torneos presenciales representando al TEC, porque pudo compartir con sus compañeros de equipo y conocer a quienes han ingresado recientemente. Resaltó la buena organización de la actividad y que se haya realizado en un espacio con mucha ventilación, lo cual disminuye significativamente el riesgo de contagio por COVID-19.