Ya han pasado 10 años desde que Cinthya Jiménez Díaz, mercadóloga, decidiera ejecutar su idea de negocio denominado Almohadas Viva Mamá [2].
A sus 34 años, Jiménez Díaz empezó a perder la vista de manera acelerada, para efectos legales era ciega total. Por ello, se vio obligada a tramitar un crédito de $5000 para su operación de implantes intraoculares. Posteriormente, Cinthya y su esposo se enteraron de que iban a ser padres, dos meses después de quedar desempleada.
La situación económica iba empeorando al ritmo que aumentaba su pancita. Jiménez Díaz puso en práctica sus destrezas en la costura para poder comer y comenzó a coser almohadas de lactancia (las que se colocan junto a la cintura para que las madres en periodo de lactancia puedan alimentar a sus hijos con mayor facilidad).
De acuerdo con Jiménez Díaz, la razón de que la despidieran de su antiguo trabajo pesó para que tomara la decisión de convertirse en emprendedora.
Hoy, tras varios años de pruebas, la empresa Almohadas Viva Mamá se mantiene dentro del mercado costarricense y ya cuenta con sus propias instalaciones en El Carmen de Paso Ancho para venta, almacenaje y distribución, así como un taller en Santa Ana.
Gracias a la excelencia de Cinthya, Almohadas Viva Mamá, también produce: almohadas ortopédicas, cervicales, para cáncer de seno, para incubadoras, posicionadores y lumbares.
Todos estos productos se venden a médicos, hospitales del país y por medio de sus redes sociales. También, a empresas que venden equipos médicos y los ofrecen en hospitales internacionales como Puerto Rico y Chile.
Para Jiménez Díaz, todos estos años de arduo trabajo no han sido fáciles, porque se ha requerido de liderazgo, investigaciones en salud y apoyo de diferentes doctores.