Trabajar en equipo, manejar la presión, y agregar creatividad al trabajo cotidiano son algunas de las habilidades blandas que los empleadores miden para contratar nuevos profesionales. Esto especialmente en las áreas de alta tecnología, donde es el elemento humano el que diferencia y potencia la innovación y el desarrollo.
Precisamente, Jean Carlo Alfaro Campos, quien es un profesional egresado de la carrera de Administración de Tecnología de Información (ATI) [2], del Tecnológico de Costa Rica (TEC) [3], nos cuenta que está muy agradecido con esta Institución porque aprendió y aplicó las habilidades blandas, en especial, el trabajo en equipo.
Este joven oriundo de Grecia nos narra que durante su época estudiantil debía cumplir con 50 horas mensuales, porque le otorgaron la beca socioeconómica Mauricio Campos y uno de los requisitos era colaborar en alguna oficina o programa.
Por esa razón, Jean Carlo comenzó a tocar puertas para cumplir con sus horas y por recomendación de un compañero fue al Centro de Vinculación. En ese lugar no solo aprendió, sino que también cuenta con grandes amigos.
Al llegarle ese día de suerte, al estudiante de ATI, le asignaron impartir un curso de computación a 10 adultos mayores que pertenecían al Programa Educativo para la Persona Adulta Mayor (PAMTEC) [4].
Manos a la obra
El joven preparó su primera lección, así como se las estructuraron a él en el TEC y cuando la trató de impartir, sus alumnos le comunicaron que desconocían de computación; de inmediato cambió de estrategia en su manera de enseñar.
Jean Carlo señala que pensó que ese era el momento de poner a prueba sus conocimientos técnicos y al final terminó aprendiendo de sus estudiantes sobre temas de habilidades blandas, como el trabajo en equipo.