Con la participación de profesionales en Arquitectura de España, México, Guatemala y Costa Rica, se desarrolló el primer Simposio del Centro Internacional para la Conservación del Patrimonio (Cicop) Costa Rica, el cual reflexionó en torno a los retos en la gestión del patrimonio cultural.
La actividad inició con las palabras de Agostino Catalano, presidente del comité ejecutivo de la Federación Internacional de Centros Cicop, quien advirtió el grave peligro que están corriendo los tesoros patrimoniales de Ucrania por el conflicto armado con Rusia. De acuerdo con Agostino, una enorme cantidad de sitios están expuestos a un serio peligro de destrucción irreversible e irreparable.
“Los estados firmantes del convenio de La Haya de 1954 sobre la protección del patrimonio cultural en tiempo de guerra tienen normas y reglas de conducta claras y precisas para proteger las edificaciones, pero se teme que no sea suficiente. […] Muchos territorios ucranianos están incluidos en la lista de sitios patrimoniales de la humanidad por su asombrosa belleza, historia y tradiciones, y muchos otros son candidatos a ser incluidos en este prestigioso catálogo, entre los que destaca la catedral de Santa Sofía de Kiev, fundada en 1037”, detalló Catalano.
En este sentido, Agostino manifestó que el Cicop espera que el poder de la palabra sea suficiente para terminar con el conflicto y se resguarde, en primer lugar, la seguridad de la vida humana, pero también la cultura identitaria de todo un pueblo.
Paisaje cultural y economía urbana
El primer día del encuentro se abordó el tema del paisaje cultural y la economía urbana. Inició con la exposición de Juan Manuel Palerm, del Cicop España, quien se enfocó en el paisaje como paradigma desde el contexto y del entorno y resaltó la importancia de una integración plena de “árboles, edificios y personas”, mucho más allá de la “plantita” o de la “vista panorámica”. “Es una visión integral que sea capaz de contraponer y establecer un paisaje como un sistema vehicular y no como un valor informativo o divulgativo, sino un valor de acción”, subrayó.
Por su parte, Dominique Chang Albizurez, docente e investigadora de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo [2] del TEC [3], hizo un recorrido por la sexta avenida del Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala y destacó elementos de su contexto, su historia, su paisaje cultural, su transformación a lo largo de los años y su economía urbana.
Esta zona de la capital guatemalteca destaca por contar con 3.700 inmuebles declarados patrimoniales y 13 conjuntos históricos que comprenden desde la época prehispánica hasta la moderna con gran cantidad de valores asociados, como tradiciones, festividades religiosas y gastronomía.
Para Chang, el territorio es el resultado de la interacción de las personas con el entorno. Para que esta relación sea exitosa y genere cohesión social y un mejoramiento en la calidad de vida, debe haber una adaptación a los retos mediante políticas públicas y la participación activa del sector privado. “El mercado puede llegar a generar condiciones para que se dé esa cohesión social, como las viviendas que se están habilitando en viejos edificios vendiéndolos como joyas arquitectónicas. Sin embargo, hay que trabajar más para que eso incluya a otros sectores sociales”, ilustró.
La exposición final del primer día estuvo a cargo de Isaac Cordero Hernández, arquitecto del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos) México, quien habló sobre las ciudades creativas y el paisaje cultural de Chiapas, en México.
Para Cordero, los principales retos para la gestión del patrimonio se relacionan con la generación de una estrategia de identificación y evaluación del impacto de la cultura y el patrimonio en el desarrollo sostenible de una comunidad, pero también con el desarrollo de productos culturales de calidad que se encuentren basados en su identidad y territorio, y que refuercen el paisaje y el turismo rural. “Una gestión adecuada de la cultura y patrimonio generan prestigio como destino y como producto que impacta directamente en las economías urbanas”, enfatizó.
“Nuestras ciudades tienen en sus manos todo el potencial de crecer y convertirse en comunidades inclusivas y productivas de un desarrollo sostenible, usando a la cultura y el patrimonio como inspiración y la creatividad como herramienta de innovación. Para esto es necesario provocar la reflexión sobre la constante construcción de su identidad cultural, para generar estrategias de gestión del patrimonio, que permitan a las comunidades entender el valor y potencial”, agregó Cordero.
Intervención arquitectónica, puesta en valor y relación con el contexto
Para el segundo día de exposiciones, Jeannette Alvarado Retana, directora de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo del TEC, inició recordando los aportes que realiza la academia a la gestión de la conservación del patrimonio desde la investigación y la extensión universitarias para el desarrollo físico, técnico y tecnológico; así como para la producción de conocimiento y para dar soluciones a la sociedad.
Posteriormente, Bernadette Esquivel Morales, arquitecta del Icomos Costa Rica, compartió una serie de experiencias en la restauración de la arquitectura de tierra en el país, entre las que destacan la antigua Gobernación de Liberia y la estación del ferrocarril en Heredia, esta última supervisada por Ileana Hernández Salazar, docente e investigadora de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo.
Para Esquivel, la conservación patrimonial empieza por conocer la edificación y su contexto para reconocer sus valores. Este paso debe complementarse con una comprensión de la cultura y del sistema constructivo para valorar el patrimonio. Por su parte, la restauración debe estar basada en conocimiento probado y en criterios fundamentados para desarrollar una conservación preventiva. Finalmente, la conservación debe reflejar autenticidad, promover el uso del inmueble y ponerlo en valor social.
“Hay que sensibilizar a la sociedad sobre el valor de esta arquitectura y capacitar al mayor número de operarios para la conservación y el desarrollo de nuevos proyectos. […] Todos somos responsables desde nuestro lugar en la sociedad, somos los que tenemos que trabajar en sensibilizar, socializar capacitar, investigar, dar a conocer y conservar ese patrimonio”, remarcó Esquivel.
Por su parte, William Monge Quesada, jefe del Departamento de Conservación del Teatro Nacional de Costa Rica, expuso sobre la adecuación tecnológica que ha experimentado el Teatro Nacional en los últimos años, en estricto apego al marco jurídico costarricense y procurando un balance entre el valor de uso y el valor de cambio del edificio.
“Es importante el equilibrio entre el valor de uso y el valor de cambio porque el teatro debe seguirse usando como teatro. No solo vale por su condición artística, por su valor histórico, por los hechos que han sucedido en el teatro, sino que es la función la que lo convierte en un sitio de memoria cultural”, explicó Monge.
Por medio de fotografías y láminas, el arquitecto detalló los cambios que se han realizado en el inmueble con miras a salvaguardar la vida humana, pero también el patrimonio y, a la vez, dar mayores facilidades a la creciente demanda tecnológica de los espectáculos.
Mientras tanto, Francisco Pinto Puerto, catedrático de Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, reflexionó sobre el papel del proyecto de intervención en la gestión del patrimonio cultural. Para Pinto los principales retos de los planes nacionales que giran en torno a este tema están directamente relacionados con la planificación y con la participación interdisciplinaria. Además, considera que es fundamental el establecimiento de consensos entre los distintos sectores de sociedad y facilitar el trabajo en red y en sistemas de acceso abierto a un gran colectivo de personas interesadas en el patrimonio.
Difusión histórica y educación en patrimonio
El último día del simposio se concentró en conocer experiencias de difusión y educación en patrimonio. Para ello se contó con la participación de Arturo Portillo Rodas, encargado de la Municipalidad de Guatemala de las publicaciones patrimoniales de la Dirección del Centro Histórico; Olimpia Niglio, docente de la Facultad de Ingeniería en la Universidad de Pavia, Italia; y Jairol Núñez Moya, profesor de la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica.
Portillo mostró una serie de publicaciones que ha elaborado la Dirección del Centro Histórico de la Ciudad de Guatemala que procuran registrar el acervo de la ciudad y promover su conocimiento por parte de toda la comunidad para su protección y resguardo. Actualmente se está trabajando en el registro de elementos arquitectónicos presentes en el Centro Histórico, como pisos, puertas y ventanas.
Por su parte, Niglio centró su exposición en la pedagogía denominada Reconnecting with your culture (RWYC), la cual ha permitido que comunidades en diversos países del mundo se identifiquen con su patrimonio cultural tangible e intangible y lo conviertan en un mecanismo de cohesión y transformación social y económica.
La experta explicó que este método promueve un enfoque ético y moral para construir una buena sociedad y, por lo tanto, el desarrollo de las naciones del mundo. En este sentido, el proyecto promueve la interdisciplinariedad e invita a todas las disciplinas a cuestionar el valor de la cultura.
“Este método pedagógico pretende proponer en todas las escuelas del mundo la enseñanza del patrimonio cultural local iniciando un curso de formación basado en la cultura y favoreciendo así el diálogo y la interacción entre las diferentes disciplinas escolares: entre matemáticas y literatura, entre el estudio lingüístico y la historia, entre el estudio de la ciencia y las artes plásticas”, amplió Niglio.
Finalmente, Núñez hizo un resumen de las políticas culturales y de la gestión de la cultura en Costa Rica entre 1998 y el 2018, y puntualizó cuáles son, a su criterio, los retos para la educación y la gestión del patrimonio en el país.
En esta línea, el docente e investigador coincide con varios expositores del simposio en que se requiere de un trabajo interdisciplinario, una coordinación estatal que vaya más allá de las labores tradicionales de las dependencias y una decidida participación ciudadana.
La actividad fue organizada por la Federación Internacional de Centros Cicop y por el Cicop Costa Rica; y contó con el apoyo del Colegio de Arquitectos de Costa Rica, el Teatro Nacional de Costa Rica, Icomos Costa Rica, la Escuela de Estudios Generales de la Universidad de Costa Rica y la Escuela de Arquitectura y Urbanismo del Tecnológico de Costa Rica.
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