Con miles de historias entretejidas a lo largo de su existencia y con cientos de escritores y promotores de la lectura formados en su seno, el curso-taller Miércoles de poesía, del Campus Tecnológico Local San José [2], está cumpliendo 18 años de acompañar y orientar a quienes han hecho de la poesía, el cuento y la novela, parte de su vida.
Lo que empezó en el año 2004 como un taller literario para estudiantes y funcionarios del Tecnológico se transformó rápidamente en un espacio abierto a toda la comunidad nacional, en el que han participado personas de distintas edades, procedencias y niveles académicos. De acuerdo con Adriano Corrales Arias, escritor y fundador de Miércoles de poesía, esa diversidad ha contribuido al enriquecimiento de las obras realizadas por los participantes, quienes someten sus creaciones al criterio grupal, semana tras semana.
Entre los principales logros del taller, Corrales destaca la gran cantidad de personas que han pasado por él y que se han convertido en promotores literarios y gestores de espacios similares en otras regiones del país. Asimismo, resalta una buena cantidad de participantes que han hecho publicaciones formales y ya se han convertido en escritores reconocidos a nivel nacional e internacional. Además de estas evidencias de crecimiento, también señala que se consolidó una metodología de trabajo que pronto sistematizará y compartirá.
Corrales fue el coordinador del espacio desde su fundación y hasta el 31 de diciembre pasado, fecha en la que se acogió a su jubilación. Con él haremos un repaso de los orígenes del taller, así como de su metodología e impacto en diversas comunidades nacionales y fuera del país, e intercalaremos sus respuestas con creaciones literarias que aparecen en la antología de Miércoles de poesía del año 2021 y algunas fotografías.
¿En qué contexto nació Miércoles de poesía?
El año anterior (2003) me habían trasladado de la Sede Regional San Carlos al Centro Académico de San José. Estuve trabajando por allá como 13 años, algo así. Allá tuve la experiencia de impartir este taller en Ciudad Quesada, con la biblioteca pública y con organizaciones juveniles locales. Entonces, fue una muy buena experiencia. Pero, antes ya había tenido la experiencia de impartir el taller en lo que lo fue la biblioteca o centro de documentación de lo que hoy es el Museo de los Niños, que yo creo que ya no existe, pero ahí había una biblioteca y hacían un trabajo de extensión muy bonito y, entre ellos, talleres y cursos. Ellos me habían invitado a dar un taller. De ese taller nació un grupo de jóvenes poetas que se llamó Libertad bajo palabra. De hecho, algunos de ellos quisieron continuar luego.
Entonces, cuando a mí me trasladaron a San José yo venía trabajando con estos chicos que se habían quedado y veníamos trabajando en mi casa. Los sábados ellos venían a reunirse conmigo y trabajábamos y hacíamos taller. Entonces, ya estando en San José y a sabiendas que ya funcionaba la Casa Cultural Amón, un programa de extensión estupendo, le propuse a los compañeros de la Casa Cultural que por qué no impartíamos el taller allí. Y me dijeron “perfecto”. Entonces, el taller se planificó para que fuera un programa de extensión de la Casa Cultural Amón, pero también un programa de vinculación o de promoción con los estudiantes del TEC, para lograr hacer un grupo literario representativo y de hecho se logró rápidamente, porque hubo mucha gente interesada y así fue como nació el taller Miércoles de poesía, que más tarde le pusimos “Miércoles”, porque empezamos los miércoles a las 5:30, ese fue el horario que nos dieron en la Casa Cultural Amón y, como se quedó miércoles y no teníamos nombre, uno de los muchachos le puso Miércoles de poesía y así se quedó.