Luego de un extenso proceso de exploración, el grupo seleccionó las siguientes historias:
Villa Sandoval: un hombre regresa a su pueblo en el momento en que se entierra a Sandoval con todo su poder y crueldad.
Bingo: dos viejos que se aman y ven aparecer la amenaza, mientras juegan bingo.
La tumba de la novia: un joven enamorado con locura de una estatua de novia en un cementerio.
En un abrir y cerrar de ojos: una joven bella, inteligente y fuerte que muere en un instante.
Mi querido Yorick: adaptación del Acto V, escena I y II de Hamlet de William Shakespeare.
Máscara de la muerte roja: adaptación de Máscara de la muerte roja de Edgar Allan Poe.
La introducción del espectáculo desarrolla una reflexión sobre la vida, la técnica del boro y la pandemia. De ahí los siguientes fragmentos:
“El tiempo se rasgó en mil pedazos y se hizo una pausa. Cada pequeña abertura en el lapso de los días, una encrucijada llena de espejos, de voces, de historias. En cada bifurcación una trampa, una postergación. ¿Cuándo llegará el final?”
“Este es nuestro boro, nuestra tela hecha de retazos, reparada y remendada muchas veces, olorosa, quemada, lavada, manchada, cocida con puntadas gruesas y continuas, evidentes, hechas para aguantar, para durar hasta el final o incluso más allá”.
“Está hecha para durar, para resistir. El hilo contrasta con la tela. El remiendo es lo que aparece en primer plano, indiscutible protagonista. Lo que una vez fue signo de pobreza, tela de retazos, es valorada porque contiene la historia de vida de su portador, justamente en la visibilidad de la reparación y la imperfección, ahí radica su belleza”.
“Belleza imperfecta, diversa y múltiple, retazos que nos anuncian el porvenir”.