Casi todos los días en las noticias y en las redes sociales escuchamos términos como Bitcoin o NFT (Non Fungible Token, que es como un vale digital). Poco a poco los cripto activos han empezado a formar parte de la vida cotidiana. Y lo que está detrás de todo esto es la tecnología Blockchain (cadena de bloques), que tiene aplicaciones mucho más allá de las cripto monedas.
Para entender más sobre este tema, el Ing. Kevin Moraga García MSc., profesor de la carrera de Ingeniería en Computación [4] en el Centro Académico de Alajuela [5] del Tecnológico de Costa Rica (TEC) [6], y de la Maestría en Gerencia de Tecnologías de Información [3], explica los conceptos de esta nueva tecnología que está revolucionando la forma de hacer transacciones en el mundo.
¿Qué es y cómo funciona el Blockchain?
Desde su concepción, Internet ha sido una solución descentralizada y por naturaleza resiliente. Propone nuevas formas de organización distintas a las acostumbradas dentro la esfera pública, las ya conocidas jerarquías o sistemas centralizados. Esta tecnología, ha probado su utilidad para la humanidad a través de la era del "Internet de la Información", y se podría caracterizar como el corazón del saber colectivo dentro de la sociedad del conocimiento.
Por otro lado, Blockchain corresponde al siguiente paso evolutivo en la era de la información, proponiendo una transición hacia el “Internet del Valor”. Esta nueva tecnología viene a resolver dos grandes desafíos, el primero de ellos corresponde a cómo definir cosas únicas en un contexto donde todo es una copia fiel. Y el segundo desafío, se relaciona a cómo intercambiar valor entre dos pares sin la necesidad de un intermediario.
Para comprender el funcionamiento de Blockchain se debe de tener en cuenta tres conceptos fundamentales: 1) Funciones Hash, 2) Ledger o Libro contable Mayor y 3) Los cheques.
Se puede hacer una analogía de un blockchain, a un libro donde sus hojas son talladas en piedra y lo escrito en cada línea corresponde a transacciones que representan un movimiento de un activo. En dicha transacción se deben incluir los mismos campos que encontramos en un cheque común, por ejemplo: quién lo emite, para quién va dirigido, el monto a transar, la fecha, una descripción y, por último, una firma de endoso.
Como es de esperar, cada hoja de piedra podría contener un máximo de líneas o transacciones, por ende, al momento de llenarse en su totalidad, es necesario “sellar” la página para evitar que se pueda alterar en el futuro. Es posible compararlo con utilizar un laminado de seguridad que proteja a la hoja, y si se hace un cambio en el escrito, el sello se rompe.
Este sello se realiza utilizando las funciones de hash. Estas funciones reciben todas las palabras escritas en la hoja y generan como salida un valor único, creando así una reseña o resumen de la hoja, como si se tratara de un identificador; en caso que se modificara una única letra, la salida sería completamente diferente.
Esta reseña es almacenada al final de cada hoja a modo de sello, dando la posibilidad que cualquiera pueda comprobar que el valor es original dado un texto inalterado, caso contrario se podría concluir que hubo un cambio.
Luego, cuando se crea un nuevo bloque u hoja, se incluye el sello del bloque pasado, al inicio del nuevo bloque, generando un encadenamiento y una dependencia; y así garantizar la invariabilidad de la información previamente escrita en los bloques anteriores. Volviendo a la analogía del laminado, sería como extender este sello a la siguiente hoja, por lo que una alteración en la primera hoja afectaría el laminado de la segunda también.
Por último, una copia fiel del libro o ledger es almacenada por cada participante de la red, de forma independiente y distribuida.