El Teatro Agosto del Campus Tecnológico Local San José [3] enfrentó el año pasado uno de sus más grandes desafíos: montar una obra de teatro desde la virtualidad. La pandemia por el COVID-19 obligó a la agrupación artística estudiantil a trabajar colectivamente, pero de forma remota; a aprender el manejo de herramientas computacionales; a desarrollar habilidades de actuación ante la cámara; a transformar los espacios personales en escenarios; y a pensar en una estética para la obra Uvieta que fuera apta para las pantallas de las computadoras y teléfonos celulares. Así fue como el grupo logró presentar su temporada y llevar la obra a diferentes espacios virtuales como la Feria Internacional del Libro y el Festival Amón Cultural 2021.
A partir de la experiencia acumulada, Teatro Agosto se propuso este año realizar una creación colectiva desde la virtualidad, pequeñas historias desarrolladas por cada uno de sus integrantes que se unirán en una sola producción bajo el concepto del boro, una técnica textil japonesa que surgió en el siglo XVII para reparar las prendas de vestir dañadas y que, posteriormente, se convirtió en toda una filosofía de vida.
“Boro significa literalmente retazos de tela. El término se usa para describir prendas de ropa y artículos que fueron remendados y reparados muchas veces. Eran prendas recicladas que antiguamente usaban los campesinos en Japón y cada una de ellas se remendaba con piezas de tela cosidas con extremo cuidado, las cuales formaban un patrón bordado único. No importa que tenga retazos, no importa que se le vean las costuras, sigue teniendo significado y lo que hace esa ropa es transportar la historia que vamos teniendo de generación en generación, se van haciendo capas y más capas de telas, de experiencias, de significados y de recuerdos. La idea es que una vez que la ropa era confeccionada tenía que durar toda la vida de su propietario o incluso trascenderla”, explica Daniel Morales, estudiante de Ingeniería en Diseño Industrial.
De esta manera, la agrupación se ha abocado a construir historias desde distintas épocas, perspectivas y experiencias, en las que se destaca lo efímero y la fragilidad de la existencia. Esto ha llevado a sus integrantes a reflexionar en su boro personal y en su familia, así como apreciar cada momento de su vida y sus encuentros con otras personas. Es el caso de Pamela Azofeifa, estudiante de Arquitectura y Urbanismo, quien está construyendo su propuesta actoral a partir de una historia familiar que sucedió 10 años antes de que ella naciera. Esto le ha permitido conocer mejor a su familia, dejar a un lado los prejuicios y darle un nuevo significado a lo que pasó 30 años atrás.
“Esta situación no es exclusiva de mi familia, es algo que ha afectado a miles de familias y que se va a seguir dando y afectando al individuo y a las personas a su alrededor. En mi vida sí me ha ayudado a aprender sobre mi familia, sobre las personas e intentar darle otro sentido, un sentido más positivo para que nos podamos poner en los pies de los demás, para poder entender los retazos de los demás”, agregó Azofeifa.
Por su parte, Pablo Ortiz, estudiante de Administración de Empresas, reconoce que muchos de los personajes que ha interpretado desde que se integró a Teatro Agosto son producto de una exploración en sus historias familiares.
“He buscado dentro de mí, en torno a las historias que me ha contado mi familia que me construyen hoy como persona, para plasmarlo en la obra, en mi personaje y, a veces, es algo superpequeño, supersencillo”, relató Ortiz.
Alexandra De Simone, directora de Teatro Agosto, detalla que la obra es un conjunto de historias que no solo tocan los retazos personales, sino también los retazos de la visión de la realidad que tiene cada persona y, sobre todo, de este momento de la pandemia, sin pretender uniformar el mensaje. Para ello, el grupo está utilizando todas las líneas vitales de su pasado familiar, personal, colectivo, comunitario, vivencial y filosófico.
“Queremos compartir diferentes cosas porque todo ha sido tan fuerte, lo que se ha movilizado dentro de nosotros, grandes y pequeñitas, pero todas tienen que ver con este frenazo que fue la pandemia para nuestra manera de entender el mundo, y pensamos que esto de los retazos y de las costuras nos conecta con los otros momentos de la historia y de nuestro pueblo, donde esto ha pasado de otras formas y en otras circunstancias. En este sentido, creemos que somos un grupo artístico universitario que quisiera decir algo que no sea como lo que ya todo el mundo oyó”, subrayó De Simone.