Como parte del compromiso del TEC [2] con la sociedad costarricense y la preservación de su memoria histórica y arquitectónica, recientemente se realizó una intervención estructural de la residencia Saborío González, mejor conocida como Casa Verde, ubicada en Barrio Amón.
Este inmueble fue adquirido por el Tecnológico de Costa Rica en diciembre del 2014, luego de más de 10 años de abandono. Su restauración inicial permitió que, a finales del 2017, se obtuviera la declaratoria de patrimonio histórico arquitectónico por parte del Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Nacional del Ministerio de Cultura y Juventud.
Como toda edificación, Casa Verde requiere un mantenimiento constante, máxime tomando en cuenta que ya supera los 110 años de haber sido construida. Por este motivo y dadas unas deformaciones en su sector oeste y norte, se le hizo un reforzamiento estructural para mejorar su comportamiento y detener la aparición de nuevos problemas.
Marco Vinicio Gamboa Jara, ingeniero del Área Civil del Departamento de Administración de Mantenimiento, explica que el inmueble estaba presentando problemas de hundimientos en el costado norte y el ala oeste del segundo nivel. Para conocer la causa de esta situación se realizó un estudio de vulnerabilidad estructural y sísmica, apoyado en el análisis del estado actual de los elementos estructurales en madera.
“Los estudios reportaron que los elementos estructurales de todo el inmueble estaban en muy buen estado, excepto la viga del ala oeste, la cual presentaba pudrición porque no estaba cubierta para protegerla de la lluvia. Por su parte, el entrepiso de la zona norte presentó hundimientos debido a que se le había agregado un entrepiso de concreto encima, aumentando el peso a un nivel mayor al del diseño. Tanto la viga como el entrepiso fueron sustituidos con piezas nuevas”, detalló Gamboa.
Ileana Hernández Salazar, docente e investigadora de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo [3], estuvo a cargo de la revisión del diseño, de los planos estructurales y de las especificaciones técnicas que elaboró la Oficina de Ingeniería [4]. Ella explica que, al deteriorarse la viga, la estructura empezó a deformarse. Además, se encontró que algunas columnas del corredor tenían problemas en los anclajes al suelo por la pudrición de algunos de ellos.
La restauración fue administrada y ejecutada por el Departamento de Administración de Mantenimiento [5] y contó con el apoyo de la Oficina de Ingeniería para la realización de los estudios sísmicos, diseño estructural y confección de planos. La Escuela de Ingeniería Forestal [6] también contribuyó con el análisis de los elementos estructurales en madera.
Posteriormente, la ejecución de los trabajos de restauración fue adjudicada a la empresa TR Grupo Empresarial S.A., la cual destacó en el sitio a Reinaldo Romero Navarro como maestro ebanista y maestro de obras. El costo total de la restauración ascendió a los ₡31 730 224.50 correspondientes a la contratación directa N°2020CD-000213-APITCR por un monto de ₡23 690 160,00 al que hubo que sumarle ₡8 040 064.50 por los imprevistos que se presentaron en el transcurso de las obras.
Gamboa recomienda darle a Casa Verde el mantenimiento adecuado y realizar inspecciones generales cada cierto tiempo para asegurar que no existan elementos que se estén dañando debido a la intemperie o a posibles plagas, entre otros factores. “Es una estructura que, a pesar de tener más de 110 años de existir, se ha mantenido en muy buen estado con intervenciones menores a lo largo de los años. Ahora es responsabilidad de nosotros asegurarnos que sobreviva durante muchos años más”, resaltó.
Uso de Casa Verde
Durante varios años, el Campus Tecnológico Local San José [7] utilizó el segundo nivel de Casa Verde como oficinas para las escuelas de Administración de Empresas e Ingeniería en Computación. Sin embargo, ambas unidades académicas se trasladaron a las instalaciones de Casa Pacheco Coto, último inmueble adquirido por el TEC en Barrio Amón y recientemente remodelado. Ahora, Casa Verde espera que las autoridades definan su uso.
De acuerdo con Ronald Bonilla, director del Campus, se solicitó un estudio estructural a la Oficina de Ingeniería para definir las actividades que pueden realizarse en Casa Verde. A partir de ese insumo se tomará la decisión final sobre su utilización. Provisionalmente, se cuenta con una recomendación general emitida por la Escuela de Arquitectura y Urbanismo.
“De momento, con lo señalado por Arquitectura, se prevé el traslado de la Unidad de Cultura y Deporte para una parte del segundo piso de esa Casa. Para la otra área de ese segundo piso y el primer piso esperaremos los estudios antes señalados”, especificó Bonilla.
En este sentido, Gamboa adelantó que el primer piso se puede destinar a actividades culturales sin ningún problema. Pero, el segundo piso sí tiene una restricción en la capacidad de carga porque fue diseñado para ser una casa, por lo que su uso no puede superar la carga habitacional. “Si se desea abrir al público para actividades culturales se deberá realizar un estudio de capacidad máxima de aforo o un reforzamiento estructural para soportar dichas cargas”, subrayó.
Similar criterio expresó Hernández, quien considera que debe realizarse un estudio detallado de la capacidad de carga del edificio para conocer qué tipo de actividades podrían desarrollarse. Lo que sí tiene claro la arquitecta es que no deben ser eventos que involucren un alto tránsito de personas al mismo tiempo.