El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) [2] revalidó la certificación carbono neutral para el Campus Tecnológico Local San José [3], luego de la auditoría realizada por el Instituto de Normas Técnicas de Costa Rica (Inteco) [4] que confirmó reducciones significativas en el consumo de combustible y de energía eléctrica en relación con el año base 2018.
De acuerdo con las mediciones efectuadas por el ente técnico se consumieron 393 litros menos de combustible y el recibo eléctrico disminuyó en 8 800 kilovatios hora. Solo esos dos rubros representaron 2.4 toneladas menos de dióxido de carbono en la atmósfera. Sin embargo, las acciones para reducir la huella ecológica abarcan muchos ámbitos más, entre ellos el manejo adecuado de los residuos sólidos y la utilización de productos de limpieza amigables con el ambiente.
Andrea Acuña, asistente de la regencia ambiental de la Unidad Institucional de Gestión Ambiental y Seguridad Laboral (Gasel) [5] del TEC [6], explica que para obtener el certificado de carbono neutral primero se debe hacer un inventario de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
“En el caso del Campus Tecnológico Local San José se miden las emisiones relacionadas con el consumo de combustibles y lubricantes de la flotilla de vehículos y de la planta de generación eléctrica, la generación de aguas residuales, las recargas de refrigerantes en los aires acondicionados, las recargas de extintores y el consumo de electricidad”, detalló Acuña.
Además, se contabilizan las emisiones generadas por los residuos sólidos que van al relleno sanitario, la generación de aguas residuales y los viajes aéreos que realizan los funcionarios. Estas últimas tres mediciones son de carácter voluntario, pero en el caso del Campus del TEC en San José se incluyeron para tener un inventario más completo.
Acuña subraya que para contabilizar todas las emisiones se requiere del trabajo coordinado y constante de muchas personas. Por ejemplo, en el caso de los residuos sólidos, las personas encargadas de la limpieza deben pesarlos todos los días. También se necesitan funcionarios que recopilen todas las facturas relacionadas con la compra de combustible y con el consumo de energía y agua y, posteriormente, procesarlas en un software especializado.
“De manera paralela a la contabilización de emisiones debemos cumplir con un plan de reducciones, el cual nos dice qué debemos hacer durante el año para emitir menos gases de efecto invernadero”, agregó Acuña.
Una de las reducciones más significativas fue el ahorro de 8 800 kilovatios hora en el recibo eléctrico durante el año 2019, a pesar de que el Campus adquirió una nueva propiedad.
Por otro lado, se economizaron 393 litros de combustible gracias al uso preferencial del vehículo híbrido y a la planificación de los viajes para que fueran compartidos y por rutas eficientes.
En el caso de los residuos sólidos se logró el funcionamiento del centro de acopio al 100%, se capacitó a toda la comunidad, se instalaron puntos de separación en lugares estratégicos del Campus, se eliminaron basureros para residuos no valorizables y se aumentó la tasa de reciclaje, con lo que se enviaron menos residuos al relleno sanitario.