Los indicadores macroeconómicos no son comunes en mis análisis, pero es necesario hacer un esfuerzo y tener un criterio sobre lo que está sucediendo en la economía el país. Esta situación ha llevado a un debate donde algunos acusan al sector público de ser la causa de este problema, por consumir el presupuesto nacional y otros mencionan a la evasión y elusión fiscal como motivo de que los ingresos se reduzcan.
Para esto analizo algunos datos históricos del país e interpretar si esta situación es reciente o lleva algunos años desarrollándose.
Buena parte de nuestro sistema de Administración Pública nace en la década de los cuarenta con las reformas sociales y se fortalecen después de la fundación de la Segunda República a finales de esa misma década. Por esta razón contamos con instituciones como la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), el Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), el Instituto Nacional de Seguros (INS) y Universidad de Costa Rica (UCR), entre otras, que tienen cerca de 80 años de prestar servicios a nuestra población.
Y aquí es donde no empiezan a cuadrar algunas cosas: ¿Por qué instituciones que hace 70, 60, 50 o 40 años no contaban con problemas, hoy plantean un déficit presupuestario? ¿Por qué hay problemas de déficit si contamos con el mismo sistema de recaudación? ¿Por qué, si en este momento hay una mayor población con mayores ingresos que en esas épocas? ¿Estas instituciones han tenido un crecimiento desproporcionado que devoran las riquezas del país?
Para esto consulté las bases de datos disponibles del Banco Mundial [2] principalmente porque son los datos a los que tuve oportunidad de acceder de forma más rápida. En el caso de la población, efectivamente se da un aumento al pasar de 1 330 782 habitantes en el año 1960, a 5 047 561 habitantes en el año 2019, y como se analizará posteriormente el producto interno bruto (PIB) también se incrementó.
Para esto lo invito a que realice un ejercicio simple: ¿Cuál era su salario, el de sus padres o abuelos en 1960 y cuál es su salario actual? ¿Cuál era el salario mínimo en 1960 y cuál es actualmente? Si lo desea puede ir un poco más allá e incorporar un análisis en el que considere el valor del dinero en el tiempo y traiga a valor presente esos montos; sin embargo, la conclusión será la misma.
Otro elemento por considerar en este análisis es que al tener un aumento demográfico, como el que se aprecia en la Figura 1, se va a requerir de una mayor inversión de recursos para mantener o ampliar la cobertura de servicios públicos que tiene la población; sin embargo, hay que tener en cuenta que muchos de estos servicios no han sido actualizados con tecnologías que mejoren su productividad y eficiencia, esa actualización está pendiente en nuestra sociedad.
Como parte del debate que mencionaba, la mayoría de las veces escucho o leo un enfoque dirigido únicamente al gasto, mencionando presupuestos institucionales o incluso salarios de algunos empleados públicos, pero se dejan de lado los ingresos y un análisis integral como país. Para esto considero tres variables: la producción de riqueza del país (PIB), los ingresos del gobierno y el gasto público en un nivel histórico, los cuales incorporo en la Figura 2 para compararlos y tratar de esclarecer las inquietudes descritas.
En la Figura 2 el producto interno bruto (GDP), según el Banco Mundial, corresponde a precios de comprador a la suma del valor agregado bruto de todos los productores residentes en la economía más los impuestos sobre los productos y menos las subvenciones no incluidas en el valor de los productos. Se calcula sin hacer deducciones por depreciación de activos fabricados o por agotamiento y degradación de recursos naturales. En resumen, la producción de bienes y servicios generados en el país en un año específico expresado en colones.
El comportamiento de esta curva lo interpreto de la siguiente manera: antes de la década de los noventa Costa Rica basaba su economía en productos del sector primario (agricultura) como el café y el banano; prevalecían carnicerías, ferias del agricultor, abastecedores y pulperías para proporcionar abarrotes a los hogares costarricenses. Para esa época se comienzan a dar cambios desfavorables en el mercado del café y el país da un giro comercial basando su economía en productos del sector secundario (manufactura) y terciario (servicios); estos cuentan con mayor valor agregado y tienen un precio más alto en el mercado, y entre ellos podemos citar como ejemplos procesadores para computadoras y dispositivos médicos.
Por esta razón vemos cómo la curva a partir de los años noventa comienza a crecer exponencialmente, porque año con año Costa Rica genera más ingresos por productos y servicios, más empresas transnacionales deciden trasladar sus operaciones a nuestro país debido a la globalización que iniciaba y en muchos casos estas empresas estaban integradas de procesos y productos de una alta complejidad. Aquí rescato los esfuerzos educativos realizados históricamente para disponer en su momento de personal con la capacidad técnica de asumir los retos que se estaban dando de una forma rápida.
Como es de esperar, nuestro país genera una producción de bienes y servicios significativamente mayor en la actualidad que la generada en los años sesenta, cuando muchas de nuestras instituciones públicas estaban comenzando a surgir y es comportamiento similar en otros países; el caso de Costa Rica se diferencia porque ha sido un crecimiento estable y sostenido.
El gasto público (Expense) en la Figura 2, está definido por el Banco Mundial como pagos en efectivo por las actividades operativas del gobierno en la provisión de bienes y servicios. Incluye compensación de empleados (como sueldos y salarios), intereses y subsidios, subvenciones, beneficios sociales y otros gastos, como alquiler y dividendos.
Esta curva muestra un crecimiento no tan acelerado como el caso del PIB; sin embargo, es posible apreciar cómo la brecha entre ambos cada vez se hace mayor, mostrando que el gasto público crece en menor proporción con la producción de bienes y servicios a como lo hacía 10, 20, 30 o 70 años antes. También es importante considerar que es esperado un incremento del gasto público teniendo presente el crecimiento demográfico en los últimos años: más población requiere de servicios eléctricos, agua potable, educación y salud, entre otros.
Un par de casos más específicos que podría citar es que las Universidades Públicas cuentan con más carreras y más estudiantes y el otro tiene que ver con el acceso de nuevas tecnologías como el caso de salud donde podemos considerar que inicialmente los pacientes de cáncer que requerían radioterapia eran tratados con bombas de cobalto y actualmente se utilizan aceleradores lineales, los cuales tienen un costo considerablemente mayor y un beneficio superior para el paciente. Por otra parte no está demás mencionar que es necesario adoptar tecnologías y mejoras en los procesos con que cuentan las instituciones públicas para obtener una mayor productividad y eficiencia operativa.
En esta sección concluyo que el gasto público se ha incrementado, pero cada vez es mayor la diferencia que existe respecto al PIB del país históricamente desde el año 1960.
Los ingresos tributarios (Tax Revenue), en la Figura 2, se refieren a las transferencias obligatorias al gobierno central para fines públicos. Se excluyen algunas transferencias obligatorias como multas, sanciones y la mayoría de las contribuciones a la seguridad social. Los reembolsos y correcciones de los ingresos fiscales recaudados erróneamente se tratan como ingresos negativos, de acuerdo con lo definido con el Banco Mundial.
En cuanto al crecimiento a lo largo del tiempo, esta variable es la menor de las tres que he analizado y la brecha respecto al PIB cada vez es mayor, incluso esta brecha es mayor que la identificada con el gasto público en relación con el PIB. Y es que, aunque nuestro país cada vez produce bienes y servicios de mayor valor agregado esto no se ve reflejado en los ingresos tributarios del gobierno, como sí se vio 20, 30, 40 o más años antes.
La razón podría estar en que nuestro sistema de recaudación tributaria fue diseñado para el modelo económico que tenía Costa Rica antes de los años noventa y requiere de una actualización, para que esos grandes capitales, que generan ese considerable incremento al PIB del país, aporten más ingresos tributarios como se hacía años antes y que esta carga no esté solo sobre los hombros de la clase trabajadora pública y privada. Este debe ser un proceso más frecuente, más justo con las clases vulnerables y menos abrupto; el último que tuvimos tardó más de 20 años en realizarse y generó más dudas que soluciones.
Otro elemento relevante que pude constatar con este análisis respecto a mis cuestionamientos iniciales es que el gasto público ha crecido, pero lo hace para atender el crecimiento demográfico y brindar nuevas tecnologías a una población cada vez más numerosa; sin embargo, los ingresos tributarios son insuficientes para cubrir este gasto porque se basan en un sistema obsoleto y desactualizado que no es capaz de captar el crecimiento del PIB.
Nuestro país produce año con año más bienes y servicios, pero no aportan una carga tributaria justa como lo fue en su momento para cubrir el gasto público actual; a la larga, esta inversión pública generó el entorno adecuado para que alcanzaran ese nivel de crecimiento. Todo esto sin dejar de lado que es posible mejorar la eficiencia y productividad de la Administración Pública, siempre hay espacio de mejora; en particular, la operatividad y burocracia que privan en muchos de sus procesos o incluso la obsolescencia de la función para la que fueron creadas algunas instituciones o parte de ellas; no necesariamente me refiero a cierres o ventas, me refiero a rediseño y mejora continua de lo que hay actualmente.
____________________________________________________________________________________________
Las opiniones aquí vertidas no representan la posición oficial de la Oficina de Comunicación y Mercadeo y/o el Tecnológico de Costa Rica (TEC).