El distanciamiento físico que ha impuesto la pandemia por COVID-19 ha obligado a la sociedad a encontrar otras maneras de acercamiento. La mayoría de ellas están relacionadas con la tecnología y la computación. Pero, también existen otras formas de comunicación que contribuyen con la inclusividad e incrementan las habilidades blandas en las personas que las practican. Una de ellas es el aprendizaje de la Lengua de Señas Costarricense (Lesco).
Además de facilitar la comunicación con personas sordas, el aprendizaje de la Lesco puede ampliar la capacidad de expresión de un individuo y contribuye a mantener el distanciamiento en la comunicación interpersonal en el que han insistido las autoridades sanitarias para evitar el contagio del SARS-CoV-2.
En este sentido, Camila Delgado, encargada del Programa Institucional de Equiparación de Oportunidades para Personas con Discapacidad del TEC, señala que “aprender esta Lengua implica que no tengo que estar tan cerca de alguien para comunicarme. Puedo hacerlo a la distancia y, con una vista a largo alcance, puedo conversar con otras personas”.
Las empresas e instituciones que se dedican a la enseñanza de la Lesco ya cuentan con metodologías para su aprendizaje de forma remota. Entre ellas está el Centro Nacional de Recursos para la Educación Inclusiva (Cenarec) [2], el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA) [3], la Universidad Estatal a Distancia (UNED) [4], la Universidad de Costa Rica (UCR) [5] y el Tecnológico de Costa Rica [6], por medio de la Casa de la Ciudad [7] de Cartago y la Casa Cultural Amón [8].
Además de la oferta formal de cursos, en internet se encuentran muchos vídeos y tutoriales sobre señas básicas como los colores, estados de ánimo, los números y el abecedario. Sin embargo, Delgado advierte que debe verificarse que correspondan a la Lesco y no a lenguas de otros países.
Aunque hay señas que coinciden o se parecen entre un país y otro, las lenguas de señas son propias de territorios específicos. Es decir, no se trata de un sistema de comunicación universal. De tal manera que las señas que se utilizan en Costa Rica no son las mismas que en Guatemala, China o Alemania, por citar tres ejemplos.
“Las señas pueden variar según la comunidad y la cultura, inclusive dentro de un mismo país. Por ejemplo, la Lesco es específica de Costa Rica, pero hay señas particulares validadas que se utilizan en ciertas provincias”, detalló Delgado.
De acuerdo con la funcionaria, para tener un nivel de comunicación básica con una persona sorda se requiere llevar cuatro niveles de cursos de al menos diez sesiones cada uno. “Decir cuánto se dura aprendiendo Lesco puede ser muy subjetivo porque depende del compromiso de cada estudiante. Al igual que con cualquier otro idioma requiere práctica constante, porque no es solo aprender señas aisladamente, sino que se acompañan de todo un sistema gesticular en cara, manos y brazos para cada seña específica”, señaló.