Más allá de los cientos de profesionales que ha graduado la sede del TEC [2] en San José por más de 40 años, este Campus ha contribuido de diversas maneras a la conservación y al desarrollo de Barrio Amón, sector de la capital que se caracteriza por su riqueza patrimonial e histórica.
Desde la promoción de la movilidad, el ordenamiento urbano y la protección del ambiente, hasta el rescate de la memoria del barrio, el apoyo a pequeñas empresas locales y la consolidación de espacios culturales y artísticos, el Campus Tecnológico Local San José [3] incrementó sus aportes a la comunidad con el inicio del siglo XXI, con el surgimiento de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo [4] y la Casa Cultural Amón [5].
Entre los años 1977 y 2000, el vínculo entre el TEC y el barrio no fue tan significativo como lo es en la actualidad porque fue una etapa de acomodo, en buena parte porque la presencia del Tecnológico en Barrio Amón no obedeció a un plan institucional, sino a un “regalo inesperado”, tal y como lo califica Vidal Quirós, primer rector del TEC.
Quirós se refiere al momento en el que la Escuela Técnica Nacional pasó a ser propiedad del Tecnológico en 1977, gracias a la donación de Rafael William (Rafles) Keith Alvarado, uno de sus creadores y dueños.