Un año de muestreo de especialistas del Tecnológico de Costa Rica (TEC) [2] demostró que los nitratos están llegando en grandes cantidades al Humedal Nacional Térraba-Sierpe (HNTS), el más grande del país, con gran relevancia en materia de diversidad biológica y purificación del agua.
Según los hallazgos del grupo TEC-Nitratos, hay una relación directa entre el aumento de concentración de nitratos y la actividad agrícola.
En la época de fertilización de los cultivos se encontraron niveles de alrededor de 20 microgramos por litro de agua, una concentración cinco veces mayor que lo que sucede cuando no se fertiliza, y una cantidad mucho mayor de lo que en promedio se encuentra en aguas superficiales sin impacto agrícola.
Este es un problema severo para la estabilidad del humedal Térraba-Sierpe, pues los encargados de conservación del sitio notan un crecimiento desmedido de especies de plantas invasivas en el río, lo que afecta el crecimiento de las especies nativas y el equilibrio del ecosistema protegido.
La investigación “Evaluación de nitratos entrando al río Sierpe en el HNTS”, dirigida por la Máster Laura Hernández Alpízar, investigadora de la Escuela de Química del TEC, demostró que los niveles de nitratos en las aguas del río Sierpe aumentan 500% en la época en que se aplica el abono a los cultivos, principalmente entre los meses de marzo, abril y mayo.
También existe otro pico de aumento de nitratos, aunque en menor medida, al final de la estación lluviosa, cuando también se fertilizan los cultivos.
“En varios puntos de muestreo a lo largo del río Sierpe comprobamos la presencia excesiva de nitratos en el agua, lo que claramente está afectando el humedal y a las distintas especies que ahí habitan.
“Es un problema grave y por eso presentamos los resultados a las personas de la comunidad y en especial, a las instituciones relacionadas con el manejo del humedal o de las actividades agrícolas, para que ojalá se empiecen a tomar medidas para resolver este problema“, explicó Hernández.
El equipo de especialistas tomó muestras mensuales de agua en 14 puntos a lo largo del río Sierpe, lo que les permitió verificar de forma científica el efecto que la actividad agrícola está teniendo en el humedal, expresado en el aumento inmediato de la presencia de nitratos.
Lo que pasa, explica Hernández, es que en los días previos al inicio a de la estación lluviosa los productores aplican abono en grandes cantidades en las plantaciones de palma africana y arroz.
Luego, la parte del fertilizante que no utiliza la planta o el suelo, es conducida por el agua de las lluvias hacia los drenajes o canales de riego, y de ahí llega al río.