A pesar de que los golpes eran la constante en cada uno de los encuentros que se realizaron, la confraternidad universitaria y el espíritu deportivo terminaron siendo dos de los protagonistas en la intensa jornada que tuvo el taekwondo en los Juegos Deportivos Universitarios (Juncos).
Los sensores que los competidores tenían en su peto y protector de cabeza serían el testigo tecnológico de la intensidad y precisión de las embestidas entre los contrincantes en cada una de las batallas.
Los gritos de cada atleta para darle más fuerza sus golpes, se combinaban con la euforia del público que se metía de lleno en las peleas que fueron subiendo su intensidad al cierre de la jornada. La concentración era clave en cada uno de los encuentros que se desarrollaron, muchos de manera simúltanea en la jornada que había empezado temprano en la mañana con el Poomsae.
Los combates o Kyorugi así como el Poomsae fueron realizados en el gimnasio anexo del Polideportivo de Cartago durante todo este jueves, en ocho categorías tanto masculinas como femeninas, según el peso de los atletas.
Ocho universidades fueron las representadas por los jóvenes, quienes en compañia de sus entrenadores en cada uno de los encuentros, dieron una muestra clara de espíritu deportivo. Y es que no importaba el resultado, ganador o perdedor, el cierre de cada combate era marcado por un abrazo entre quienes acababan de terminar su pelea.
El entrenador del equipo de la UNED, Iván Coto, destacó precisamente cómo los Juncos han demostrado además de una buena organización, un ambiente amigable entre todos los universitarios.