La carrera de Arquitectura y Urbanismo del TEC [2] finalizó su proceso de reacreditación ante el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superior (Sinaes) [3] con la visita de tres observadores externos, quienes ya presentaron su informe oral de recomendaciones para el mejoramiento continuo de la carrera ante la entidad acreditadora.
El equipo de observadores estuvo integrado por la arquitecta Carolina Montt, directora de la Escuela de Diseño de la Universidad del Pacífico [4] en Chile; por la arquitecta Adriana Guevara, jefe de trabajos prácticos de la Facultad de Arquitectura; Diseño y Urbanismo de la Universidad de Buenos Aires [5] en Argentina, y por el arquitecto Mario Villalta, profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Costa Rica [6].
Entre otras actividades, sostuvieron reuniones con profesores, extensionistas, investigadores, empleadores y autoridades del TEC y de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo [7], así como con egresados y estudiantes de todos los años de la carrera.
Para Francisco Castillo, director de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo del TEC, la acreditación que se obtuvo hace cuatro años catapultó la calidad de la carrera y cultivó un espíritu de mejoramiento permanente, al punto de cumplir con el 94% de los 72 compromisos de mejora que se adquirieron. “Por ejemplo pasamos de 12 a 34 profesores, ahora tenemos una carrera con una estructura académica horizontal, mantenemos un promedio de siete investigaciones anuales y contamos con una Comisión de Revisión Curricular permanente”, detalló.
Castillo asegura que la visita de los observadores externos, año con año, le permitió a la carrera llegar a las siguientes conclusiones:
- Definir, redactar y aprobar el rumbo de la Escuela.
- Sistematizar todas las actividades que desarrolla la unidad académica.
- Hacer un seguimiento de los graduados de la carrera.
- Complementar la formación de los docentes en educación y pedagogía.
Según Castillo, la carrera de Arquitectura y Urbanismo es sumamente atractiva para los estudiantes por la dimensión social que tiene y por su acento en el urbanismo. “El actual plan de desarrollo de la Gran Área Metropolitana fue hecho en esta Escuela, así como otros proyectos urbanos de gran relevancia, como el Parque de Desarrollo Humano en Tejarcillos de Alajuelita. Esos son ejemplos del impacto urbano y social que tiene esta carrera, donde el estudiante no solo aprende a diseñar y a crear espacios arquitectónicos funcionales, sino también a darles una solución social”, resaltó.
Similar criterio externaron las observadoras Guevara y Montt. “Hay algunos rasgos que son distintivos, como un área de formación que tiene que ver con el urbanismo, que no había visto en ninguna carrera de arquitectura. Y, por otro lado, tienen un foco en proyectos sociales, un tema muy bonito que tiene que ver con la responsabilidad social del arquitecto y ahí la carrera tiene importantes desafíos que hacer”, puntualizó Montt. Por su parte, Guevara resaltó que el tamaño de la Escuela facilita relaciones más fluidas entre docentes, estudiantes y directivos que enriquecen el proceso de formación.
Para Montt es importante garantizar la calidad de la formación de los estudiantes de arquitectura por medio de estos procesos de acreditación por la dimensión social y humana de la profesión. “La manera como el hombre se desenvuelve y se desarrolla tiene una estrecha relación con la calidad arquitectónica de los espacios que diseñan los arquitectos. De ahí su influencia en los ámbitos sociales, culturales y económicos”, subrayó.
El equipo de observadores externos ya rindió un informe oral ante las autoridades de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo y ante el Sinaes. Ahora está trabajando en un informe técnico que presentará al Sinaes antes de que finalice el presente año. A partir de este insumo, el Sinaes valorará el otorgamiento de la reacreditación por cuatro o seis años más. Se espera conocer esta decisión en febrero del 2019.