Las ya conocidas sequías, que afectan constantemente a la provincia de Guanacaste y el Pacífico Central del país, comprometen a los productores de arroz de esas zonas que no tienen acceso a grandes y costosos sistemas de riego artificiales.
Es por esa razón que durante 2016 y 2017 investigadores del Tecnológico de Costa Rica (TEC) [2], la Universidad de Costa Rica y la Universidad Nacional se pusieron manos a la obra con el proyecto titulado “Selección in vitro de líneas promisorias mutantes de arroz CR 5272 resistentes a sequía y salinidad”.
Ana Abdelnour, Jason Pérez, Miguel Rojas y Walter Vargas; fueron los expertos que desarrollaron esta investigación por parte del TEC. Con una dinámica multidisciplinaria y de combinación de trabajo entre campo y laboratorio, estos profesionales recolectaron en Guanacaste muestras del arroz denominado CR 5272 –que es el que más se consume en Costa Rica- y procedieron a estudiar su crecimiento en una condición climática de sequía simulada.
El Laboratorio de Cultivo de Tejidos del Centro de Investigación en Biotecnología (CIB) [3] funcionó como espacio para irradiar con rayos gamma diferentes ejemplares de semillas. De esa manera, analizaron la reacción ante dicha radiación y luego las dejaron crecer en medio de concentraciones altas de sales y de químicos que asimilaban las condiciones de una sequía.
Las que lograban sobrevivir y multiplicarse, eran consideradas como líneas promisorias, o sea, que pueden servir para sembrar en el campo ya que demostraron ser resistentes a las condiciones.
“Trabajamos las semillas con condiciones muy controladas de temperatura, luz, estímulos y desarrollo. La simulación de la sequía era bastante exacta gracias a eso”, explicó la doctora Ana Abdelnour, coordinadora del proyecto en el TEC.
Un proyecto entre tres universidades
Una vez que en el TEC se determinaba cuáles eran las semillas con mayor potencial de reproducción, comenzaba el trabajo de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA) [4]. Los científicos del Tecnológico enviaban los ejemplares seleccionados a sus colegas en Heredia y estos los sembraban en el campo y luego, devolvían al TEC lo que se cosechaba para que volviera a pasar por el proceso de revisión. Mientras tanto, en la Universidad de Costa Rica (UCR) [5] se efectuaba un trabajo paralelo relacionado con procesos in vitro.
El coordinador del proyecto por parte de la UCR fue el doctor Andrés Gatica, mientras que por la UNA el doctor Rafael Orozco.
Fue así como, un proyecto financiado por el Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), unió el trabajo de diferentes profesionales de varias universidades estatales y dejó como resultado el avance en una investigación que podría ser determinante para la agricultura y economía regional y hasta nacional.
Los principales hallazgos tras la investigación se relacionan con las observaciones logradas sobre el mejoramiento genético de las plantas, las cuales logran un acercamiento el desarrollo de una especie de arroz que sea más tolerante a las complicadas condiciones climáticas guanacastecas.
Además, según explicó la doctora Abdelnour, con este trabajo quedó demostrado que la técnica de irradiación es muy efectiva y de gran ayuda para el mejorador, porque permite obtener nuevo material mediante variantes genéticas.
“Esto es ganancia porque estas técnicas se usan en variedades que ya son útiles. Determinamos que sí es posible crear una variedad de arroz que sea cultivada en un futuro y que tenga las características para resistir a condiciones ambientales”, concluyó.
Este proyecto se finalizó en 2017 y se encuentra en pausa, en espera de que exista nuevo financiamiento para continuar.