La Oficina de Comunicación y Mercadeo no toma como suyas, las opiniones vertidas en esta sección.
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La propuesta de metas en cada una de las acciones que se realizan es una de las formas más efectivas de lograr resultados. La característica esencial de concretar objetivos se da mediante el conocimiento de la ruta a tomar así como de los medios a utilizar, los cuales, se convierten en características esenciales del proceso.
Para cualquier país, el tener claros sus objetivos es fundamental para que de este modo, el desarrollo se logre de manera constante y con plazos que permitan un trabajo continuo y lograr así lo propuesto.
Costa Rica ha tenido a lo largo de los años una fuerte inconsistencia en la propuesta y realización de objetivos reales a largo plazo. No es de extrañar ver cómo proyectos son enmarcados en un periodo político de cuatro años, que sin duda han cobrado una alta factura debido a la carencia de una visión de "Proyecto País".
El corto plazo con el que está acostumbrado a desarrollarse Costa Rica, es sin duda, uno de los aspectos que se refleja en elementos básicos que van desde el arreglo de una calle para la posterior destrucción de la misma, hasta el dilema fiscal que se tiene hoy como consecuencia del desorden de planificación económica del país.
Muy diferente es el panorama que naciones orientales como China ha desarrollado durante las últimas décadas, basado en una serie de metas que tienen como protagonista la planificación y cumplimiento de acciones a largo plazo como uno de sus baluartes.
Un ejemplo de esto es la propuesta Made in China 2025, la cual establece un principio rector para transformar este país de “gigante de la fabricación” en “potencia de la fabricación”. Otro de los objetivos propuestos en el seno del Partido Comunista, es el de transformar a China en una “nación plenamente desarrollada y avanzada” para el 2049, en el marco del centésimo aniversario de la fundación de la República Popular.
La visión es que China sea una sociedad socialista próspera, civilizada, armoniosa y moderna, que pueda hacer alarde de una sólida gobernanza; un país con estas características, sería una potencia global líder, ubicada en la parte superior de la lista de sociedades avanzadas.
Estas metas son ejemplos claros de cómo este país ha tomado seriamente el pensamiento de largo plazo, en conjunto con otras acciones de relevancia como lo es la nueva Ruta de la Seda, la cual impacta ya distintas naciones de Latinoamérica y del resto del mundo con la construcción de líneas ferroviarias, autopistas y puertos, entre otras, lo que que ha permitido aumentar el estatus de ese país y difundir su prosperidad económica, social y cultural.
Este pensamiento oriental de largo plazo, es sin duda, uno de los contextos que permite reflexionar cómo la visión de nuestro país debe transformarse en una que logre realmente concretar metas no sólo por compromiso político sino por un compromiso verdadero para Costa Rica.
El trabajo y acciones no solo recaen en quienes se desempeñan como políticos o funcionarios, sino en todo un pueblo que ocupa ampliar su visión de tiempo y recapacitar en la importancia de planificar y pensar en el futuro. Preguntarse hacia dónde queremos ver el país es esencial, de modo tal que debemos eliminar cada vez más las limitaciones y los "cuentos chinos" que sólo en Costa Rica se dan.