Para que un emprendimiento crezca se necesita mucho más que una buena idea. Más importante es la persona que impulse el proyecto. El emprendedor o emprendedora será quien llevará la empresa al éxito o sufrirá el fracaso.
Eso hace que exista la imagen del “súper emprendedor”, que todo lo sabe y todo lo puede, y que, a fuerza de voluntad, fue quien creó y agigantó a la compañía.
Pero no siempre es así. Todos tenemos talentos, virtudes y defectos. Por eso, antes de emprender es bueno que se conozca a sí mismo, analice qué hace a alguien un buen emprendedor y mida cuáles son las diferencias. El objetivo: conocer cuáles son las áreas de mejora que usted tiene y ponerse a trabajar en ello.
“El autodiagnóstico es determinante, porque el emprendedor debe gestionarse primero a sí mismo, para luego gestionar el emprendimiento. Además, este es un elemento esencial para el crecimiento y desarrollo de un equipo emprendedor, pues representa potenciar el trabajo complementando habilidades y fortalezas, y dimensionar qué le hace falta a los miembros del equipo para buscar y desarrollar lo necesario”, explica Rytha Picado, coordinadora de TEC Emprende Lab [2].
Un buen consejo es no dedicarse solo a la empresa como un fin en sí y proponerse a usted mismo, o a su equipo, como un emprendimiento. Es decir, que la base de todo sea un modelo de negocios personal, atendiendo sus oportunidades y debilidades como lo haría con cualquier otro proyecto o iniciativa de negocios.
Esto le permitirá no solo mejorar continuamente en el plano personal o grupal, sino que también lo llevará a identificar cuáles son sus falencias o necesidades, y así buscar más idóneamente a otras personas que le complementen o las capacitaciones necesarias.
En el libro Tu Modelo de Negocio, Tim Clark y otros autores, explican un par de pasos sencillos para iniciar este proceso de introspección:
“Las organizaciones tienen capacidad para atraer recursos humanos, económicos, físicos e intelectuales significativos: personas, dinero, equipo, bienes inmuebles y propiedad intelectual.
“Sin embargo, las personas estamos limitadas en lo que a recursos se refiere y dependemos principalmente de nosotras mismas. Tus recursos clave principales engloban:
- quién eres: tus intereses, competencias y habilidades, y tu personalidad;
- qué tienes: conocimientos, experiencia, contactos personales y profesionales, y otros recursos o activos tangibles e intangibles”.
Puede descargar el lienzo de modelo de Tu Modelo de Negocio en este enlace [3]. Ahí encontrará un paso a paso sencillo para definir cuestiones relevantes para un emprendimiento, como clientes, valor añadido, asociaciones clave y más.