Tras concretar el transporte entre la Tierra y la Estación Espacial Internacional [3] (ISS, en inglés), el primer satélite de Costa Rica superó la fase más crítica y peligrosa de la misión.
Ahora falta el momento de mayor expectativa en el Proyecto Irazú: cuando los especialistas se conecten con el aparato y verifiquen que todos los sistemas funcionan adecuadamente.
Para este próximo paso no hay un plazo explícito, pues depende del cronograma de tareas de los astronautas a bordo de la ISS, quienes definirán cuándo será que liberarán en órbita el satélite costarricense.
Según explica Marco Gómez Jenkins, director de proyectos del Laboratorio de Sistemas Espaciales (SETEC-Lab), del Tecnológico de Costa Rica (TEC) [4], el tiempo de espera será de alrededor de un mes, por lo que esperan que a principios de mayo se inicie la siguiente fase de la misión espacial.
Esta nueva fase consistirá en realizar la conexión espacial –la primera vez que un satélite ensamblado por ingenieros costarricenses se comunica desde el espacio– y comprobar que los sistemas a bordo funcionan adecuadamente.
Acto seguido, detalla Gómez, el satélite empezará con la misión científica del Proyecto Irazú: transmitir información de crecimiento de los árboles ubicados en las llanuras de San Carlos. Esos datos servirán para que los investigadores e investigadoras del TEC estimen cuál es la tasa de captura de dióxido de carbono en los bosques costarricenses.
Mediante un sistema store and forward (almacenamiento y reenvío), el computador del satélite almacenará los datos recibidos de la Estación Remota, en San Carlos, para que sean descargados en la Estación Central, en Cartago.
El aparato, que estará en órbita durante seis meses, pasará dos veces por día sobre Costa Rica.
“El satélite comenzará en una órbita similar a la ISS, pero su órbita se degradará por la resistencia atmosférica. Durante seis meses, su altura cambiará de 400 km a 100 km. En este punto, el satélite entrará a la atmósfera terrestre y se incinerará en el proceso”, explicó Gómez.