El engaño para que personas realicen labores que violenten sus derechos básicos se ha convertido en uno de los negocios más lucrativos a nivel mundial. De hecho, la trata de personas, misma que ha sido denominada como la "esclavitud del siglo 21", es el tercer negocio ilícito más lucrativo a nivel mundial según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). [2]
Para quienes dirigen este negocio, las personas representan simples mercancias para ser explotadas y comercializadas mediante una serie de estrategias y modalidades. La más común es la explotación sexual; sin embargo, cientos de miles de víctimas también son objeto de trata con fines de trabajo forzoso, servidumbre doméstica, mendicidad infantil o extracción de órganos.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC [3], por sus siglas en inglés) destaca en el Informe Global sobre la Trata de Personas 2016 [4] que casi un tercio del total de las víctimas de trata de personas a nivel mundial son niñas y niños. El informe establece que las mujeres y niñas comprenden el 71% de las víctimas.
El informe destaca que, mientras que mujeres y niñas tienden a ser víctimas de trata de personas con fines de matrimonios forzados o explotación sexual; hombres y niños son explotados con fines de trabajos forzados en la industria minera, como maleteros, soldados o esclavos.
La estadística señala que el 28% de las víctimas detectadas a nivel mundial son niñas y niños, en regiones como África subsahariana y América Central y el Caribe.