La vinculación entre academia y productores, mediante la labor de extensión del TEC, se distingue por sus aportes en distintas áreas y regiones de nuestro país.
El impulso para que pequeños productores de madera puedan obtener mejores precios, así como la mejora en distintas etapas del proceso de producción forestal, ha sido desarrollado gracias al apoyo de investigadores de la Escuela de Ingeniería Forestal [2].
Mediante la articulación entre comunidad y universidad, así como organizaciones como la Asociación para el Desarrollo Sostenible de la Región Atlántica (Asirea) [3], se ha logrado –a través de este proyecto del Programa de Regionalización Universitaria– incrementar el valor agregado a la madera con la implementación de un de un modelo sostenible en el que reconocieron los principales productos de la organización (venta de clones de melina, venta de madera en pie producto de raleos y programa de educación ambiental).
Además, se estableció una unidad comercializadora y se colabora en la reforestación de la zona.
El trabajo con Asirea tiene gran impacto, ya que los proyectos de esta Asociación están ubicados desde Sarapiquí hasta el Valle de la Estrella, con un rango muy amplio en Pococí y Guácimo.
Este trabajo se da con pequeños y medianos agricultores forestales, explica Diego Camacho, precursor del proyecto de Regionalización.