El tema del déficit fiscal se puede resumir en que al Gobierno no le alcanza para cumplir con las obligaciones que le establecen las leyes. Motivo por el que constantemente se debe seguir endeudando. Eso afecta a la ciudadanía principalmente de dos formas:
- Limita la capacidad estatal para el desarrollo de infraestructura y financiamiento de programas sociales.
- Crea presión al alza sobre las tasas de intereses. lo que puede desacelerar la economía y aumentar el desempleo.
“Uno de los componentes más altos del gasto son los intereses. Entonces, en lugar de estar haciendo inversión pública para que tengamos mejores carreteras, o mejor infraestructura educativa o sanitaria, estamos pagando intereses a los tenedores de la deuda. Pero resulta que cada vez tenemos que pagar más, porque había la necesidad de hacer una reforma fiscal y no se hizo”, ahondó Garro.
Para este 2017, la estimación de las autoridades económicas es que el déficit fiscal de Costa Rica llegue a representar un 6,1% del Producto Interno Bruto (PIB).
Según anunció recientemente el Ministerio de Hacienda, los gastos por pago de intereses aumentaron 21,4% en los primeros siete meses del año, debido a un mayor nivel de deuda.
“¿Por qué es un problema para nuestras existencias cotidianas? Tenemos un proceso desde el año 2008 en que el Gobierno Central no ha logrado cubrir con sus ingresos los gastos en los que está incurriendo. Eso implica que salga al mercado a endeudarse cada vez más.
“Hemos sostenido déficits superiores al 5% después del año 2008, es decir, después de la crisis, y eso ha implicado que la deuda haya aumentado de un 25% del PIB a un 50% del PIB; próximamente vamos a llegar a 48% este año y vamos a superar el 50% seguramente el otro año si la situación continúa. Cada punto del PIB, para hacernos una idea, son 325.000 millones de colones, esa es nuestra deuda, 50 veces eso (16,25 billones). Y cuando uno tiene una deuda más grande tiene la obligación de hacer abonos más grandes a esa deuda”, detalló el economista Jonathan Acuña, asesor de la Comisión de Asuntos Hacendarios de la Asamblea Legislativa.
Para ponerlo en perspectiva, asevera Acuña, en este año 2017 está presupuestado para el servicio de la deuda una cantidad superior a los 2,8 billones (millones de millones) de colones. Esa cifra es superior a los 2,6 billones de colones que se invierten en educación pública, “desde kinder hasta las universidades”.
“Ese 2,8 (billones de colones) son recursos que no podemos utilizar para invertir en carreteras, para invertir en infraestructura, no podemos utilizarlos para invertir en mejor educación pública, no podemos utilizarlo para mejores programas sociales... Tenemos que utilizarlo para pagar la deuda que venimos adquiriendo”, ahonda Acuña.
En un segundo nivel, explica el experto, el que el Gobierno tenga que pedir prestado “4 billones anuales” para completar su presupuesto provoca una presión inflacionaria sobre las tasas de interés:
“Esos son 4 billones de colones que no están disponibles para el sector privado, y como cada vez se traga más, porque cada vez lo que necesita es más para sufragar una deuda más grande, la cantidad de recursos que quedan para ser prestados al sector privado se reducen, y si de algo hay poco su precio aumenta. Si las tasas de interés se ven presionadas al alza, por este factor y por otros, los empresarios y empresarias se ven menos interesados en invertir, y disminuye el empleo”, sentenció Acuña.